Capitulo 11

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He tenido más cambios de humor en este día que en esta semana completa. Y todo se debe gracias a cierta rubia me acaba de robar un beso.

Un muy buen beso. La forma tan infantil en la que lo hizo me dio ternura, la manera en la que besa me ha mojado más las bragas, y el descaro de romper el beso repentinamente y además burlarse solo ha aumentado mi deseo de mantener esa boca callada... Con la mía, y tal vez...

-A ti te falta practicar - digo tratando de sonar indiferente. Su cara pasa de divertida a ofendida. - quizá necesitas lecciones extra. 

Y sin pensarlo demasiado, ahora soy yo
la que toma sus labios, succionando levemente su labio inferior y posteriormente mordiendo con menos cuidado.

Pongo mi mano de nuevo en su cintura y la derecha la coloco justo abajo de su oreja, con la intención de profundizar el beso y pegarla a mí. Debido a la mordida ella abre su boca, aprovecho para explorarla con mi lengua, y ella hace lo mismo. Siento como sus manos empiezan a recorrer mi espalda. Una de ellas baja lo suficiente para alcanzar mi glúteo y me pellizca. Respingo ante la sorpresa y suelto un hmp en su boca.

Sin querer romper el beso, que ya se había alargado bastante, nos guio hacia mi escritorio tratando de no tropezar en el camino.

Cuando siento que la mesa toca mi espalda muy a mi pesar rompo el beso para poder subirme y sentarme, me acomodo rápidamente, coloco a Kara a mi lado y la inclino sobre mi regazo, dejando que su trasero quede expuesto a mi vista. Y vaya buena vista. Pero puede mejorar...

Sin dejar tiempo para que proteste, utilizo mis manos para bajar su pantalón hasta las rodillas, dejando ver su trasero solo cubierto por sus bragas blancas. Sonrío.

- Lindas. - digo mientras acaricio arriba de su ropa interior.

-¿Pero qué...? - intenta levantarse de mi regazo pero con una mano la devuelvo a su posición.

- Shh... Tú pediste que no dejara nada incompleto. - le propino las nalgadas faltantes y me doy el lujo de ir dando unas pequeñas más en cada glúteo. Ella da saltitos cada que mi mano choca en su piel, pero no dice nada.

Me deleito con la vista que me está proporcionando, y paso mi mano acariciándola aún con su ropa interior puesta. Estoy segura que ella está sintiendo en su abdomen la humedad en mis pantalones.

Meto mi mano por la orilla de su braga y recorro la piel que aún no había tocado. Dejo que la curva de su trasero me guíe al centro y paso mi dedo dejando que toque desde el nacimiento de su curva hasta sus labios, cuando paso por su culito ella respinga y trata de levantarse, pero con mi otra mano vuelvo a empujar su espalda para dejarla en mi regazo. Aunque me gustaría saber qué se siente entrar ahí, no lo haría en este momento. De eso no debería preocuparse.

Toco alrededor de sus labios y un poco de ellos, pero un gruñido de su parte me hace saber que quiere más que eso, por lo que los separo y mi dedo queda húmedo con facilidad, bajo hasta su clítoris y lo estimulo unos minutos antes de buscar su entrada.

Como sus bragas me estorban, pero no quiero perder tiempo, las agarro con la otra mano y las estiro a un lado para que ver cómo mi dedo encuentra el lugar que buscaba y se adentra en ella.

Disfruto de la sensación que me produce meter y sacar mi dedo, sus paredes lo aprisionan y no puedo dejar de imaginarme como será la sensación si la tuviera completamente desnuda solo para mí.

Siento que su humedad me permite introducir un dedo más y lo hago. Pequeños jadeos que provienen de ella me incitan a seguir.

NO DEBERÍAS (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora