Capitulo 20

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Atraída a su tersa piel, beso su cuello, muevo mis manos sobre sus brazos, acariciándola como si quisiera memorizar cada centímetro cuadrado. Ella suspira y yo me derrito por dentro; cada sonido que hace, cada escalofrío que le da al sentir mi toque... hace que me muera por darle más, con tal de que haga eso para siempre.

Continúo el viaje de mis manos hasta las suyas, coloco mi palma encima de su dorso y guío nuestras manos a través de su torso, lentamente las subo, pasando por su ombligo, yendo a los costados de su cintura, subiendo cada vez más hasta encontrar la cima de sus senos. Dejo que sea la palma de su mano la que se deleite del tacto de su piel, demasiado suave en esa zona. Hago que su mano apriete su pecho, jalándola a su vez hacia mí, haciendo que su espalda desnuda esté pegada a mí. Ligeros gemidos salen de su garganta y van directo a mi coño, que ya está chocando contra su trasero, empujando a través de mi bóxer buscando su contacto.

Hundo mi cara en un costado de su cuello, dejando que sus cabellos dorados inunden con su aroma a mi nariz. Si pudiera detener el tiempo, este sería el momento perfecto. Tenerla así conmigo, ni en mis mejores sueños ha pasado.

Dejo que una mano siga acariciándola en su pecho, mientras que la izquierda baja hasta su centro. Mientras me acerco a la zona su cuerpo reacciona, pero se nota que trata de calmarse. Cuando mis dedos topan con sus pliegues los separo y recorro una vez más su húmeda cavidad, empapando mis dedos. Cuando paso por su clítoris su cuerpo sufre de un leve espasmo, aún sigue muy sensible.

- No sabes cuánto tiempo deseé hacer esto... - le digo mientras la acomodo a la orilla de mi cama. Hago que se siente y separe sus piernas mientras me siento en el piso y dejo que su cadera quede a la altura de mi cara.

- No, no lo sé, pero puedes decírmelo. - su frase la dice entrecortada, interrumpida en casi cada sílaba por un gemido que suelta al sentir mi lengua pasar entre sus piernas, saboreándola.

Disfruto de cómo reacciona ante los movimientos de mi lengua, cuando la entierro en su entrada, cuando dibujo círculos con ella, cuando sólo enfoco mi atención en su botón.

Utilizo mi pulgar para estimularla mientras beso su ingle y bajo mis besos por la cara interna de su pierna derecha hasta la rodilla. Cuando siento su mano enredarse en mi cabello sé que ha tenido bastante de mis besos y vuelvo a mi labor, utilizando ahora mi dedo índice para aventurarse dentro de ella.

- ¿Otro? ¿O que sean tres? - pregunto al ver la facilidad con la que entró.

No escucho una respuesta coherente de su parte, pero lo tomaré como una afirmación a lo último. Introduzco más de la mitad de mis dedos en su cavidad mientras me incorporo y le doy un beso, dejo que se saboree a sí misma mediante mis labios al mismo tiempo que trato de rozar su pared interna con las yemas de mis dedos.

Estoy tan concentrada en Kara que me sobresalto cuando siento su mano en mi humedo coño. Pero el sobresalto se queda corto a lo que siento cuando escucho un ruido fuera del cuarto.

Me detengo en automático.

...La puerta.

NO DEBERÍAS (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora