Capítulo 14

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Kara está con su mochila en su regazo y su celular en la mano.

Violentamente aprieta los botones laterales y alcanzo aescuchar cómo maldice entre dientes.

-¿Algún problema?

-Es este estúpido celular, no puedo hacer que encienda. - con la cara de derrota vuelve a dejar el celular en su mochila y la coloca en sus pies. - Y ya que no tiene intenciones de dejarme en mi casa...

- ¿Hay alguien a quién debas avisar? - ella ya había mencionado que no es originaria de Nacional City, por lo que no vive con sus padres, solo espero que no diga quea su novio, y en especial que no sea ese Mon-el, porque no se si sea capaz de dar la vuelta y hacer lo correcto.

-Por supuesto... A la policía.

Después del frenado en seco que ocasionó mi reacción a su comentario, veo como Kara pone cara de haberse llevado el susto de su vida.

- ¡Demonios! Que sólo era una broma, profesora.

Aprovecho que el carro no está en movimiento para ponerlo en piloto automático hasta mi departamento.

- Ka-ra, lo primero: no me llames profesora, sabes mi nombre, he oído cómo lo dices gimiendo - sus mejillas empiezan a sonrojarse - lo segundo:si no estás completamente segura de querer ir conmigo, lo entenderé, te llevaré a tu casa, haremos cómo que esto nunca sucedió.

-No se preocupe por eso, si pudiera yo fuera quien lo llevara conmigo... - sus palabras son todo y más de lo que quería escuchar, poso mi pulgar en sus labios y los comienzo a acariciar.

- Entonces lo tercero: - apenas y puedo concentrarme pues ella ha metido mi pulgar en su boca, lamiéndolo, chupándolo y dándole suaves mordiscos que no me permiten imaginarme otra cosa que no sea mi coño en su boca, la cuál en estos momentos está palpitando y mojando mi ropa. - No hagas ese tipo de bromas, porque tendrás un castigo. Quítate los pantalones. - retiro mi dedo de su boca y muevo mi asiento para que haya más espacio.

- ¿Cómo? ¿Aquí? - dice volteando a los lados.

-Sí. Solo yo puedo verte. - Aún un poco insegura, puedo ver cómo deja a la vista de nuevo sus bragas de cerezas.

Puedo ver como, aunque sean pocos, hay autos en las calles, pasando a un lado de nosotras. El auto sigue avanzando hacia mi departamento y juro no haberme alegrado tanto hasta el momento de tener un Tesla. Me quito el cinturón de seguridad y volteo mi cuerpo en dirección de la rubia semidesnuda que está en el otro asiento.

Este será un espectáculo digno de disfrutar.

NO DEBERÍAS (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora