Trato de frotar sus paredes internas en busca de más placer para ella, cada que toco una parte muy sensible Kara da pequeños saltitos que logran estremecerme.
Siento que he ubicado el punto que hace que ella jadee y murmure maldiciones por lo bajo, por lo que comienzo a estimularla justo ahí, con un ritmo pausado pero constante.
- P... Profesora, pare - en cuanto lo dice, paro de moverme, aunque dejo mi mano tal como estaba -es demasiado, siento demasiado- menos mal que quería que parara por esa razón.
Sonrío de medio lado y vuelvo al mismo movimiento anterior, pero más rápido.
-¿Profesora? Creí haberte pedido algo.
-L... Lee... Lena - escucho mi nombre entre jadeos, pero no bajo el ritmo.
-¡Lena! - grita mientras sus paredes contraen y la humedad aumenta en mi mano, y es el todo de lo que está frente a mis ojos lo que casi hace que me venga con ella: su voz gritando mi nombre mientras tiene un orgasmo; su cuerpo en mi regazo, teniendo ligeros espasmos; su ropa interior en una mano y su centro en la otra, empapada de ella y casi aprisionada por sus paredes. Nunca había visto algo más sexy que esto, ni se diga experimentado.
Después de algunos segundos, deja de temblar y siento como se relaja mientras mis dedos siguen dentro de ella. Lentamente saco mis dedos, y una vez afuera los paso una vez más por su clítoris, pero por su movimiento brusco me doy cuenta que sigue muy sensible.Me sorprende que no haya tenido que estimularla más. Realmente esperaba tocarla toda para llevarla hasta el clímax.
Inclino más mi cabeza para disfrutar más de la vista de su trasero. Sus líquidos han sido tantos que hasta llegaron a mi pantalón y le confiere a sus labios un brillo vidrioso, si no fuera por la posición, pasaría mi lengua.
Acomodo sus bragas a su posición original, muy a mi pesar, y mientras ella recupera el aliento, trato de recuperarme yo de todo lo que siento, pero el que succuerpo baje y suba con su respiraciónc justo encima de mi pubis tampoco es que ayude demasiado. Y, aunque ya tapé sus glúteos con la tela de cerezas, no puedo contenerme de morder esa parte de piel que queda descubierta.
- ¡Au! ¿Qué hace? - se levanta de mis piernas y no se lo impido. Esta posición no es la más adecuada para lo que pienso hacerle. Pero ella empieza a subirse el pantalón y acomodarse la ropa.
- Tsk, ¿tú qué haces? No vas a necesitar tu ropa, no es necesario cerrar ese pantalón.
- Ni siquiera trataré de aparentar, prof...Lena, me gusta, quiero saber que hay entre sus pantalones, aunque ya medio una ligera idea hace un momento, podía oler su humedad- puedo sentir como la sangre se instala en mis mejillas por su forma tan directa de hablarme, y un guiño de su parte hace que el efecto sea mayor -pero se ha hecho tarde.
Hasta que ella lo dice me sorprende ver que hemos estado iluminados por un foco y la luna llena que se alcanza a asomar por la ventana, parece ser que el atardecer había terminado ya hacía un rato - no vivo en un barrio tan tranquilo cómo para pasear tan noche por ahí y...
- No te preocupes por eso - digo interrumpiendo- yo te llevaré.
- Además la escuela ya está por cerrar, tal vez lo haga más temprano por ser el último día de clases- En eso tenía mucha razón, pero en este caso sería una ventaja para mí, pues habría menos gente que nos pudiera ver salir, la idea de irnos de aquí no me desagrada, hay cosas que no puedo hacer que sean cómodas en mi oficina...
- Vamos - digo levantándome de mi escritorio.
ESTÁS LEYENDO
NO DEBERÍAS (SUPERCORP)
FanfictionLena Luthor tiene fama de ser una profesora estricta, cruel y fría. Pero el hielo también quema, y si juegas con el... bueno, no te puedo asegurar lo que pase.(+18)