Cap. 10 ¡Hola, Extraño!

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Estaba furiosa, mis manos temblaban y solo estaba esperando la reacción de Ran. El únicamente tenía su rostro de lado mirando el vaivén del agua de la piscina después de recibir la cachetada.

- odie cada maldito segundo a tu lado - comencé a llorar - fue una puta tortura compararme a cada segundo con una u otra chica - estaba temblando aterrada por su posible reacción. - me hiciste sentir tan insuficiente todo el tiempo, fuiste probablemente mi peor error... fuiste lo peor que me pasó en la vida - grité.

- y si fui tan malo para ti ____ ¿que mierda hacias conmigo? ¿por qué no me dejabas? - Ran se puso de pie dentro de la piscina y se acercó a mi tomándome con fuerza del cuello.

No podía dejar de llorar, era estúpido mentirme a mi misma, no lo odiaba... fue horrible... si, pero jamas lo odie, al contrario lo ame tanto que me conformaba con migas de su amor.

- porque apesar de todo eso yo te ame - dije con dificultad por el agarre de su mano en mi cuello. El me miro y soltó mi cuello para dejarme respirar. - yo te amaba, yo te amé demasiado, yo amaba verte cubierto de sangre después de tus peleas, amaba limpiar tus heridas, verte medio despeinado, sudoroso y cansado. Me parecía alucinante la forma en la que tu cabello caía sobre tu rostro cuando por azares del destino te levantabas temprano y comías un maldito cuenco de cereal por la mañana, Amaba con todo mi maldito ser que te recostaras en mi piernas para volver a dormir, amaba que me pidieras que hiciera tus trenzas aunque obviamente yo no tenia ni puta idea de como hacerlas, siempre fui un desastre haciendo peinados así que quedaban raras... pero tu solo reías y decías que se veían cool... a eso me aferre Ran, me aferre al Ran que me demostraba amor aunque fueran solo dos miseros segundos - lágrimas amargas corrían por mi rostro. - regresame con mi esposo por favor... no quiero estar más contigo - finalice evitando ver su rostro.

- No - dijo antes de salir de la piscina sin darme una explicación más.

- ¿POR QUÉ NO? - grité molesta, dolida, herida, confundida... todo, sentía de todo, no podía entenderme ni a mi misma que en este momento estaba hecha una tormenta de sentimientos. Ran sencillamente me ignoro y subió a la planta alta de la casa.

- bueno... que incomodo - Dijo Sanzu mirando a Rindou. - ________ era obvio que esto iba a detonar en algún momento ¿sabes?... ni siquiera yo estaba enterado que habías pasado por todo Tenjiku - dijo con sorpresa.

- Sanzu, prudencia - dijo Rindou casi disculpándose por la falta de tacto de Sanzu.

- no, no pase por todo Tenjiku... solo fue... con Izana... Kakucho solo accedió a mentir si alguien le preguntaba... entendió el motivo por el cual yo intentaba hacerlo con el, así que solo se limito a mentir por... "Una buena causa" - contesté avergonzada. - no fue todo Tenjiku.

- bueno... y nosotros tres... - agregó Sanzu.

- Izana y ustedes dos fueron mi intento patético de hacer sentir celos a Ran... Pero nunca funcionó, yo pensé que si el sentía celos... Se detendría y volvería a mi, si el sentía que me perdía lucharía por mí - el tono desanimado en mi voz era palpable.

- el te ama, siempre lo hizo... Solo, creo que no sabe cómo expresar sus sentimientos - justificó Rindou a su hermano mayor.

- claro y engañarme con cuánta chica podía era la única forma que el sabía para demostrar su amor - bufé molesta y salí de la piscina. - me iré a dormir... Espero mañana puedan regresarme con esposo- dije remarcando el "Mi" de mi oración.

Me envolví en una toalla y caminé a la habitación. Mi mente era un lío, yo quería volver con Takashi... Pero al mismo tiempo quería estar con Ran, que a pesar de todo sigue causando cosas en mi. Se que algo dentro de el sufre por todo lo que sucedió entre nosotros... Pero no es algo que el vaya a aceptar con facilidad.

Al entrar en la habitación ví a Ran recargado en la barandilla del balcón.

- ¿Necesitas algo? Creí que me habías dado está habitación a mi - pregunté aún de pie en la puerta de la habitación.

- ¿Por qué? - preguntó tras un largo suspiro.

- ¿Por qué, qué? - lo miré confundida mientras cerraba la puerta y avanzaba a su lado aún envuelta en la toalla.

- ¿Por qué insistes en volver a el? - Ran me miró directamente a los ojos.

- Por qué es lo correcto - Contesté secando mi cabello con una toalla más pequeña y me colocaba a su lado en el balcón.

- Tu y las cosas correctas me tienen harto - dijo con molestia mirando al cielo con pesadez - te casaste, por que era lo correcto, lo aceptaste, por qué era lo correcto, quieres volver a el... Por qué es lo correcto ¿Qué sigue ______? ¿Tener bebés por qué es lo correcto? - Ran me miró confundido y con un aire extraño de tristeza en su mirada. - ¿Alguna vez fui yo lo correcto para ti? - cruzó los brazos frente a su pecho y miro al suelo.

Suspiré, fue un suspiro largo y profundo. - claro, en algún momento para mí lo fuiste. Cómo te dije hace un momento, yo aprendí a conformarme con migas, limosnas de tu amor, lo mínimo, lo justo, lo necesario para llevar un amor medianamente correspondido - Me puse frente a el y con ambas manos acaricié su rostro. - Tú... Ran Haitani, incluso el día de mi boda me parecias... Lo correcto, por qué mi corazón así lo decía y... - me detuve... Lo que estaba a punto de decir debía quedarse únicamente para mí. Me alejé nuevamente y sonreí ligeramente ocultando un rubor sutil en mis mejillas. - Fuiste todo para mí, Ran -

El me miró y no dijo nada, se acercó como lo hacía cuando éramos solo unos chiquillos bobos enamorados y besó mis labios con delicadeza. Fue un beso rápido y suave... Pero logró transportarme nuevamente a cuando teníamos 18 años.

- Debes descansar... Fue un día ajetreado, disculpa si intenté forzarte a estar en la piscina, parece que he olvidado que no estaba tratando con una más del montón - dijo mientras acariciaba levemente mi barbilla con sus nudillos.

- ¿Eso significa que no me llevarás con Takashi? - Lo miré mientras caminaba con ese andar elegante pero ligeramente perezoso en el directamente a la puerta.

- No hoy, no mañana, no en una semana... Algún día te llevaré de vuelta - salió de la habitación y yo solo me dejé caer con la piernas temblorosas sobre la silla de mimbre que estaba en el balcón.

¿Cómo es posible que el aún logré hacerme sentir así? ¿Por qué me tambaleó como gelatina? ¿Por qué dejé que me besara? Mierda... ¿Que hice?

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Holi! Yo de nuevo dando una pequeña actualización, se que me estoy tardando pero entre los trámites y asuntos medio complicados tanto en mi trabajo como con el cucaracho me están absorbiendo... Pero aquí estoy, gracias por el apoyo que le das a la historia a pesar de mi falta de dedicación... Espero ya esté mes sea más fácil y pueda actualizar por lo menos una vez a la semana.

Te mando un abrazo fuerte y espero disfrutes este capitulo ♥️✨

Epifanía - Ran HaitaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora