ᴛᴜ ᴍᴇ ᴇɴꜱᴇÑᴀꜱᴛᴇ《ʜʏᴜɴɪɴ》

4. No fue un sueño

Narrador omnisciente.

Jeongin despertó, sus ojos tardaron en acostumbrarse a una luz extremadamente blanca, después de varios minutos logró enfocar bien y se percató de que estaba en el hospital ¿Qué hacía ahí? Pensaba al instante en que sintió un leve dolor en el pecho, miró a su alrededor y ahí lo vio...

El pelirrojo estaba recostado en el pequeño sillón que había a un lado de la cama de Yang, dormía, pero se notaba el cansancio en su rostro, tenía rastros evidentes de lágrimas ¿por qué estaba precisamente él ahí?

Jeongin se quedó mirando a su roomie y empezó a recordar lo ocurrido el día de su accidente... su dolor había regresado, había sido un tonto al pensar que esos dolores no volverían, él nunca estuvo bien de su corazón, era sólo cuestión de tiempo para que se presentaran nuevamente.

Después recordó cuando salió del aula de danza, Hyunjin estaba con una chica, después... sí, Hyunjin había corrido hacia él, estuvo en todo momento a su lado hasta que la ambulancia llegó, él había llorado. Jeongin se sentía tan desconcertado con la situación.

—¡De-despertaste! —El pelirrojo sacó de sus pensamientos al menor.

—Hyunjin sunbaenim. —Jeongin se sentía tan avergonzado de todo lo que había ocurrido.

Era un chico débil, se sentía un estorbo, siempre había sido de esa manera, desde pequeño su familia lo protegía demasiado, no lo dejaban practicar ningún deporte y por lo mismo había aprendido a tocar la guitarra y cantar un poco, incluso dibujaba.

En el momento en que su madre lo veía con una pelota corría y se la quitaba para después darle un tremendo sermón de por qué no debía estar jugando así. Del mismo modo en la escuela, sus profesores ya sabían que no debían dejarlo salir a jugar en el patio y cuando lo veían iban por él para llevarlo al salón de nuevo, había sido tan difícil.

Cuando le daban los dolores sus padres entraban en pánico y lo llevaban de inmediato al médico exigiendo un trasplante para él.

Nunca había podido ir a acampar porque había montañas y eso podía hacerle daño, según su madre, no había llevado una vida normal, él era una carga para todos, siempre lo era.

—¿Te duele? —Preguntó Hyunjin mirando el pecho contrario.

—Un poco... ¿Qué me hicieron? —Jeongin estaba consciente de que tuvo un accidente, pero no estaba enterado del trasplante.

—Amm... —Hwang rascó su nuca y desvió su mirada—. T-te hicieron un trasplante de corazón.

El menor abrió sus ojos con sorpresa, había estado esperando toda su infancia y adolescencia por ese trasplante, incluso llegó a creer que moriría antes de que eso fuera posible, pero la vida daba muchas sorpresas.