12. La calma

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Saliendo de la casa de Jeongin, entre Hyunjin y Seungmin subieron al asiento trasero al menor, lo llevaron rápidamente al hospital y entraron por el área de emergencias. Los médicos se movilizaron y atendieron de inmediato a Yang.

Pasados algunos minutos explicaron a ambos jóvenes que Jeongin debía reposar, les dieron la buena noticia de que no había nada malo en su corazón, pero que era evidente que sintiera dolor en su cuerpo después de tantos golpes.

Al poco tiempo un médico que conocía a Hyunjin se acercó para preguntarle qué había ocurrido con Jeongin y les daba su apoyo en caso de querer levantar alguna denuncia contra el padre del menor.

Ellos dos también fueron curados de las heridas que había provocado el señor Yang en ellos.




—Pueden pasar a verlo. —Indicó el médico Félix.


—Ve tú primero. —Animó Kim al mayor.




Hyunjin entró lentamente, no sabía qué iba a decirle, la última conversación que habían tenido no había sido muy agradable para ninguno.

Lo vio, estaba en la cama, sus ojos permanecían cerrados, había demasiados hematomas en su bonito rostro, su labio estaba reventado, él era demasiado blanco y eso hacía que todos esos golpes se vieran demasiado exagerados, pero... la verdad es, que sí había sido maltratado demasiado.

Hwang no sabía las razones exactas de que el padre de Jeongin lo hubiera golpeado de esa forma... él no sabía que Yang había ido hasta su casa para confesar que le gustaba un chico.

Otra vez estaban ahí, en la habitación de un hospital y el rubio seguía siendo la persona lastimada, eso era demasiado horrible para el pelinegro ¿por qué siempre el menor?




—Hyung. —Habló a duras penas, todo le dolía.


—Hola Innie ¿cómo te sientes? —Se acercó a él y acarició con delicadeza su cabello.


—Siento que me pasó un tractocamión encima. —Se quejó, pero soltó una risita que al mayor le pareció tierna.


—Lamento no haber estado ahí. —Hyunjin se sentía demasiado mal, no era su culpa, pero se sentía fatal.


—Solamente habrías recibido una golpiza como yo hyung... aunque por lo que veo, sí recibiste algo de ello. —Jeongin acercó su mano hasta el rostro del mayor.





En ese momento ellos eran los únicos existentes en el mundo, ese ligero toque había borrado la demás existencia. Los pies de Jeongin hormigueaban y el estómago de Hyunjin se retorcía, era una pequeña, mejor dicho, una enorme emoción la que estaban sintiendo.

Hwang tomó entre sus manos la mano con la que estaba tocándolo. Lo miró con dulzura y se sentó a un lado de la cama. ¿Cómo ese chiquillo lo hacía sentirse de esa forma? Rebozaba de felicidad.

ᴛᴜ ᴍᴇ ᴇɴꜱᴇÑᴀꜱᴛᴇ《ʜʏᴜɴɪɴ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora