ᴛᴜ ᴍᴇ ᴇɴꜱᴇÑᴀꜱᴛᴇ《ʜʏᴜɴɪɴ》

19. Él

Su vida había dado un giro inesperado, desde el encuentro uno con su hyung Hwang Hyunjin. Antes de conocerlo, siempre había tenido pensamientos débiles, un tanto negativos en ocasiones, tenía una perspectiva muy cerrada de la vida, las personas y el amor.

Jeongin era un joven lleno de ilusiones, pero con limitaciones demasiado grandes, había nacido con su corazón frágil y a partir de ese instante, restricciones para cosas que le gustaban, como hacer deportes, salir con sus amigos a jugar... llevar una vida regular.

Siempre quiso hacer tantas cosas... pero nunca lo conseguía, su trasplante jamás había llegado y creció alejado de muchas personas, a excepción de Seungmin, el único niño que jamás se alejó o cansó de la condición de él, su único y verdadero amigo.

Esa fue una de las cosas difíciles para Jeongin, su amistad con Seungmin, debido a que él desde siempre se mostró tal y como era y con ello su orientación sexual, para Yang nada de eso era un problema, pero si se trataba de su padre todo era distinto.

Cuando su padre supo que Seungmin gustaba de los chicos, un día mientras hacían una tarea, lo corrió de su casa, llegó a insultarlo y le dijo cosas horribles, de cierto modo el padre de Jeongin había herido demasiado al joven Kim, y esa fue la primera vez que el menor enfrentó a su papá.

En ese día tuvo una de sus recaídas más fuertes por el enorme coraje que había hecho al ver llorando a su mejor amigo por culpa de la homofobia de su padre, no había soportado verlo de esa manera, le había gritado a su papá que era un mal hombre, una mala persona, porque Seungmin había sido el único en su vida que jamás lo había abandonado a pesar de su patética condición y que el hecho de que fuera homosexual no lo hacía menos importante o menos humano.

Tras aquel coraje, el corazón de Jeongin entró en un paro, pensaron que no lograría salir de él por la intensidad, si antes Seungmin había llorado por los insultos del padre del menor, esta vez estaba completamente desconsolado, además, se sentía culpable, pero no era de esa manera.

El menor salió del paro, pero no despertó en dos días, a partir de ese momento él y Seungmin hicieron la promesa de jamás alejarse, ahí Jeongin le dijo que a él no le importaba quién le gustara, que para él no existía diferencia, él era su amigo y nunca dejaría de serlo, así que... no debían dejarse nunca.

La promesa se cumplió, ellos siguieron siendo amigos, su amistad se fortaleció con el paso de los años, pero Jeongin siempre recibía burlas y malos comentarios provenientes de su papá...

"Ese amiguito tuyo está torcido", "De seguro le gustas", "Que asco me da verlo", "¿No te da vergüenza que te vean con él?", "Qué decepción que sigas siendo amigo de alguien así", "¿Cuánto falta para que nos vengas con la graciosa noticia de que te has volteado?", "Esa clase de gente irá al infierno", "Están corrompidos", "Son sujetos llenos de suciedad", "No deberías dejar que se te acerquen", "No puedo creer que mi propio hijo sea amigo de un maricón", "Van a terminar corrompiéndote si sigues con los de su clase"...

Esos comentarios habían sido diarios, no había momento del día en el que su padre no lo molestara, y le dolía porque después de todo era su familia. Incluso cuando empezó a sentirse atraído por un chico en la preparatoria, uno llamado Jungkook, él se sintió pésimo, sentía que las palabras de su padre retumbaban en sus oídos, tenía tanto miedo de enfrentar el hecho de que empezaba a sentirse atraído por un chico...

Incluso, llegó a pensar en alejarse de Seungmin, pero cada que lo veía con esa sonrisa, ese entusiasmo al verlo recordaba todos los momentos que pasaron juntos, el hecho de que solamente él estuvo a su lado 100% real, todas esas ideas estúpidas que su padre le metía desaparecían...