ᴛᴜ ᴍᴇ ᴇɴꜱᴇÑᴀꜱᴛᴇ《ʜʏᴜɴɪɴ》

10. Respuestas

Hyunjin llegó al campus acompañado por Yeonjun, entraron al dormitorio y el menor se tiró en el sillón, el de prominentes labios se quedó en silencio, esperaba que saliera del propio Hyunjin decirle lo que ocurría, pero no sería de esa manera.

Yeonjun aprovechó y dejó descansar a su dongsaeng, se puso a preparar algo para cenar puesto que ya era tarde y ninguno había comido nada hasta ese momento desde que se habían encontrado en el campamento.

Buscó algo de comida, pero al parecer el pelirrojo y su roomie no solían comer mucho en casa, la nevera estaba vacía y realmente no había casi nada para preparar una cena decente. Continuó con su búsqueda y encontró ramen, no era lo que deseaba preparar, pero no había nada en casa y en caso de hacer un pedido a domicilio tardarían demasiado.

Hwang seguía pensando en todo lo ocurrido en ese campamento, no estaba seguro de si había sido uno de los mejores o uno de los peores días... su mente estaba en un conflicto.

Hwang reaccionó cuando el olor del ramen llegó a sus fosas nasales, su estómago empezó a gruñirle y era obvio, tenía más de seis horas sin comer nada.

—Preparé un poco del ramen que tenían aquí. —Entró Yeonjun con una charola y dos cazuelas—. ¿Por qué no te alimentas bien Hyunjin?

—Si lo hago, solo que como nos fuimos al campamento decidimos no ir al mandado hasta regresar de él.

—¿Ahora si me dirás que pasó? No sueles llamarme tan seguido desde que me gradué y... bueno, nunca suenas de esa manera tan

—¿Patética? —Rio amargamente.

—No, jamás diría que eres alguien patético y lo sabes. —Lo miró serio—. Te escuchabas demasiado lastimado ¿pasó algo con Lia? —Enarcó sus cejas esperando respuesta, pero no recibió nada—. Dios Hyunjin ¡Te dije mil veces que ella no te convenía! Es una arrogante, intolerante, superficial, no sé qué le viste.

—No hyung... no fue Lia. —Dijo cabizbajo.

Yeonjun se quedó sin palabras, si no era Lia ¿Quién? ¿Quién podía tener de esa manera a su dongsaeng? Además, él sabía que Hwang se había convertido en un tipo de máquina desde la muerte de su hermana, él ya no lloraba, no se mostraba débil ante nada y el hecho de que ahora estuviera tan destrozado como cuando le llamó, lo había aterrado.

Recordó a aquel chiquillo de once años, alegre, parlanchín, extrovertido... era adorable a sus once años, ellos no eran cercanos en absoluto, pero su familia tenía empresas en común y se habían visto un par de ocasiones... cuando entró a la universidad, aquel jovencito lleno de vida había desaparecido ante la mirada de Yeonjun... Hyunjin se había vuelto serio, frío, no solía mostrar demasiadas emociones.

Un día de borrachera, Choi descubrió lo que había ocurrido con Hwang y comprendió... aprendió a aceptarlo en esa nueva faceta, se hicieron buenos amigos y se apreciaban mucho, por eso... el cambio que estaba teniendo el menor tenía angustiado al azabache.

—¿Me vas a decir que está pasando contigo? —Tomó una de sus manos en señal de apoyo.