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Sé que Choso se queja cuando folla. El hombre no puede contenerse.
Se embiste contra ti, agarrando las sábanas por tu cabeza con tanta fuerza que sus nudillos se vuelven blancos. Sus ojos se ponen en blanco y su lengua cuelga.
Está jadeando, gimiendo y lloriqueando. Agrada y necesita que se derrame de sus labios. Él se está follando a sí mismo dentro de ti, las lágrimas caen de sus ojos.
Y cuando estas arriba, señor. Te mete su polla como si fuera la última vez que te sentiría. No sabe qué hacer con las manos, así que te toca las caderas.Te ruega que vayas más rápido para ordeñarle la polla.
Y cuando Choso se corre se corre mucho. Sus muslos se contraen cuando los machos se acercan a ti. Se empuja tan profundamente, con los dedos de los pies curvados y las piernas bien abiertas.
No podía parar si lo intentaba, el semen salía continuamente de su punta.
Él se queda allí contento y satisfecho, acercándote más para poder quedarse dormido.
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