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Hermes, Dios mensajero del Comercio y los Ladrones

Solo habían pasado días y creo que Anteros los sentía años. Desde que vino, ya que lo le suplique y le pedí a Ares ese favor me permitió que Anteros viniera; me ayudó a ordenar mi templo, me enseñó a ser un poco más poético pero se rindió nada más empezar, además dijo que no me preocupaba por el compromiso le pediría a uno de sus hermanos para que el matrimonio fuera duradero y de convivencia, hoy ambos estábamos comiendo pancakes rociados con miel, la verdad es que Anteros era un maestro en la cocina y más en el sentido de la familia, el silencio era tranquilo y cómodo, hasta que Eros abrió la puerta de un portazo, supe de inmediato que no era Eros, Eros no actuaba así aún con su madre enferma, al parecer Anteros también lo notó pero no dijo nada

- ¡Hermano! - ví como Anteros apretaba la mandíbula mientras dejaba de comer pancakes

- ¿Sucede algo? - la voz de Anteros era firme, supongo que se parecía a Ares en eso

- ¡Atenea fue secuestrada por madre! - ambos nos sorprendimos, ¿Atenea secuestrada por Afrodita? Sin mentir este sin duda no era Eros

- Ah...Ya veo - dijo agarrando su látigo que no sé de dónde sacó y amarró a ese Eros haciendo que se caiga - eres la pulga más mentirosa que he conocido en toda mi puta vida como dios - su voz era sádica y su mirada daba miedo, se parece a Ares en lo que quiere

- ¿¡Qué haces!?¿¡Desde cuándo me tratas así Anteros!? - su voz se notaba molesto - ¡Somos hermanos! - la sonrisa de Anteros se volvió más sádica que antes

- ¿Hermanos? - se burló - Tú y yo no somos hermanos, somos compañeros de juego - apretó el agarré provocando que heridas y sangre brotarán de aquel Eros

- Lo estás lastimando Anteros - dije preocupado pero él no me hacía, apretó más el agarré haciendo que ese Eros gritaba de horror y después el cuerpo explotó, haciendo que un líquido celeste se expandió por todo mi templo

- Perdón por el desastre Hermes - se limpió el líquido de su rostro - tengo que ir al templo de mi padre y por favor, no le digas a ningún dios sobre este Eros - dijo y se fue

Suspiré, esto se ponía riesgoso y la boda con Sofrosina estaba cada vez más cerca y Tánatos me vigilaba, esos dioses daban miedo cuando se ponían serios, me levanté y empecé a limpiar mi templo, poco después recibí la visita de Apolo, me moleste y le pregunté que quería

- No seas así Hermes, quiero hablarte y que me expliques el porqué decidiste casarte repentinamente - dijo entrando a mi templo sin mi permiso

- No tengo que explicarte nada, ni que fueras mi mejor amigo - dije sin interés mientras él se sentaba

- Juntarte con Ares te hará mal, ¿No ves que ese dios es un fracasado? - ignore ese comentario

- Solo voy para comer, resulta que esa comida sabe mejor que la del olimpo - dije abriendo las ventanas - y además tienen más chismes que yo - me senté en la esquina de mi sofá

- Estas siendo infantil - me dijo mientras me miraba - ¿Y tú repentino compromiso con una infernal? -

- Quería sentar cabeza, quiero formar una familia normal y tener a Nyx a mi favor es muy divertido - sonreí

- Ya..... - agachó la cabeza un momento - ¿Crees que Nyx también me regale a una hija suya? - empecé a toser sorprendido, ¿Nyx?¿Regalarle una hija a Apolo? Eso era muy estúpido por parte de Apolo al preguntar eso

- No, lo dudo - sonreí después de dejar de toser - A Hades no le caes bien y si no te llevas bien con Hades, Nyx no te hace caso - me empecé a reír, noté como se molestaba y se iba, sabía que se iría con eso

Me levanté y miré al cielo, Selene ya estaba observando desde el cielo, creo que Artemisa la había pedido a Selene que me vigilará,  la boda sería mañana....Y los nervios no me ayudaban mucho, me fuí a mi cama y me tumbé allí hasta caer dormido

¿ℙ𝕠𝕣 𝕢𝕦é 𝕥𝕖 𝕕𝕖𝕤𝕖𝕠? - 1st -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora