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Hermes, Dios mensajero, del comercio y los ladrones

Todo iba bien(lean bien, "IBA") hasta que llegó la prueba de fidelidad y más con las ménades de Dionisio, este me había contando que eran impulsivas y se acostaba con cualquiera que vieran hermoso y el hecho de que estuvieran desnudas no ayudaba, miré a Dionisio quien estaba nervioso, Ares parecía desinteresado al igual que Apolo

Las ocho horas fueron insoportables, Dionisio me hablaba de cualquier cosa mientras que lo estimulaban, yo también trataba de seguirle la conversación, Apolo simplemente cortejaba a las ménades, Ares las apartaba desinteresado, al acabar las 8 horas, suspiré tranquilo y calmado, Sofrosina me abrazó feliz por soportar ese tiempo, también ví como Ariadna abrazaba a Dionisio, la boda de una dió comienzo, lo guiaba Hera

- Hermes, hijo de Zeus y Maya - su voz sonaba molesta al nombrarme como hijo de Zeus - ¿Aceptas a Sofrosina como esposa? - asentí sonrojado - Y Sofrosina, hija de la primordial Nyx y el primordial Érebo, ¿Aceptas a Hermes como esposo? - ella asintió - Entonces os declaro marido y mujer, puedes besar a la novia - cuando Hera dijo eso, sentí el aura amenazante de los hermanos de Sofrosina asustándome

Sofrosina me jaló hacia ella y me besó, yo correspondí, aunque el aura amenazante solo aumentaba, cuando nos separabamos, y Hímero nos lanzaba orquídeas, flores de Deméter que representaban fertilidad, mientras caían las flores, Euro y Noto nos guiaban a mi templo, yo me ponía nervioso cada que estábamos más cerca, al llegar allí, nos dejaron solos y Sofrosina se sentó al borde de la cama

- No te preocupes, no podemos tener relaciones hasta que Nyx se haya ocultado - dijo quitándose el velo

- ¿Cuándo Eos salga? - pregunté sentándome a su lado, ella asintió y volteó a ver a la ventana

- ¿Podrías aflojar el corset? Me está afixiando - asentí y desate el corset, ella suspiró más tranquila

Nos quedamos hablando por un gran tiempo, tanto que no me dí cuenta que Eos ya estaba por salir, Sofrosina al ver que no hacía nada, me besó y yo correspondí un tanto sorprendido, me dejé caer en el colchón y ella se sentó en mi regazo y apoyó sus manos en mi pecho

- Supongo que tienes más experiencia que yo - dijo un poco sonrojada, yo asentí - entonces tú me guías - respiro hondo tratando de relajarse

Yo agarré su cintura con mis manos, no sabía porque estaba nervioso, supongo que era porque era mi esposa, mujer a la que le debía ser fiel. Deslicé su vestido abriéndolo y dejando a la vista su pecho, la verdad eran muy bonitos y más la forma que tenían, empecé a masajear sus tetas, ella soltaba suspiros, que provocaban sonrojos en mi, acerque una de sus tetas a mi boca y empecé a lamerla y morderla, mientras que con mi boca jugaba con la otra teta, se sentía tan bien, rápidamente noté como mi pene apretaba con su entrada, parecía estar nerviosa, aunque normal, la abrace elevando su vestido hasta la cintura, ahora solo su vientre no estaba aún a mi vista, toqué su entrada que era separada de mis manos por una tela muy fina

- Parece que viniste preparada - sonreí mientras jugaba con su entrada y pecho a la vez - pareces muy mojada - la susurré para mover un poco su ropa interior y metí mis dedos, ella suspiró tratando de relajarse

Estuve así penetrando mis dedos contra su vagina, ella gemía, haciéndome entender que la complacía; cuando ella se vino, me volvió a tumbar contra el colchón y amarró mis manos con una cinta

- ¿Qué haces? - pregunté confundido y a la vez excitado

- Te has divertido ya....Ahora me toca a mí - sonrió para empezar a sentarse encima de mi pene, yo gemí, quería soltarme y ponerla ya, para que gimiera mi nombre

Al fin se sentó y empezó a saltar sobre mi, los gemidos eran lo único que se escuchaba en mi templo, sus tetas rebotaban haciéndola ver sexy, me senté a duras penas y besé su cuello, ella al sentirlo, agachó un poco su rostro tumbando mi cuerpo en el colchón, y empezó a besarme mientras sacaba y metía mi pene de su vagina, a pesar de estar amarrado, agarré sus nalgas y las empecé a azotar, también metí mis dedos en su ano, quién a pesar de estar ocupada concentrada en penetrar su vagina contra mi pene, todavía sacaba gemidos para mí.

En un periodo de tiempo, me vine dentro de ella, a lo que ella dejó salir un gemido de cansancio

- ¿Ya no puedes más? - seguí moviendo mis dedos en su entrada anal

- Aún puedo...Pero Helios ya va a salir y no quiero que nos vea - dijo deteniéndome y levantándose de mi pene - durmamos - desató el lazo que había hecho para tumbarse a mi lado

Nos arrope y después la abracé, estábamos en la postura de cuchara, ella se durmió al rato, pero me quedé pensativo, planteando todo lo que estaba ocurriendo.....Era hombre casado y mi esposa era una de las hijas de Nyx....

¿ℙ𝕠𝕣 𝕢𝕦é 𝕥𝕖 𝕕𝕖𝕤𝕖𝕠? - 1st -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora