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Atenea, Diosa de la sabiduría y la guerra estratégica

Me desperté en la noche, en un templo que sé perfectamente no era mío, pues tenía muchas cosas que yo no, allí recordé lo de flecha, pero no alcance a ver de qué tipo de flecha se trataba, pero si tenía gran necesidad de ver a Ares, me levanté dándome cuenta del acólito, sal y vendas que estaban en el suelo, ¿Ares me sanó? Empecé a buscarlo, estaba desesperada por encontrarlo, al verle entrar por el jardín trasero, me acerque a él, parecía de un modo preocupado

- ¿Te encuentras mejor? - preguntó dándome una bolsa - Es comida, le pedí a Hebe que trajera un poco - explicó desviando la mirada

Yo solo asentí mientras abría la bolsa, había néctar, algunas frutas como serbas, higos, uvas y fresas, también ambrosía, saque las cosas, me senté y empecé a comer, mientras que Ares se iba al baño, y al rato empecé a escuchar agua caer, en un tiempo, Ares volvió a salir del baño con una toalla en manos y se acercó a mi

- Tienes que bañarte o si quieres te vas a tu templo si quieres - rápidamente negué, no quería irme y eso era un poco raro - ¿Entonces te vas a bañar? - Asentí levantándome y dejando la comida en la mesita de Ares - Vamos, te acompaño -

Ares me dejó en el baño y cerró la puerta detrás de ella, me metí a la tina y estuve allí un rato pensando, no entendía el porque me sentía sumisa al lado de Ares y al parecer el se preocupaba, me sumergí pero salí al escuchar que tocaban la puerta

- ¿Quién es? - pregunté y Ares me respondió que era él - ¿Necesitas algo? - empecé a salir del agua

- Artemisa te vino a buscar, dice que necesita hablar contigo, así que cámbiate por favor - su voz empezó a alejarse y lo escuché hablar con Artemisa de manera normal y simple, eso me molestó, pero igual me cambié con la ropa que Ares me dejó allí

Salí de allí y Artemisa me empezó a revisar, es normal, talvez pensaba que Ares me había hecho algo, al acabar de revisarme, me abrazó

- Gracias por cuidar a Atenea Ares.....Te lo agradezco.... - dijo agarrando mi mano, mientras Ares solo asentía

- Gracias Artemisa - susurré caminando con ella hasta afuera del templo de Ares

- Bueno, supongo que puedes ir a tu templo desde aquí o ¿Necesitas que te acompañe también? - me miró un poco obvia

- No, estaré bien, gracias - me fuí a mi templo

Cerré la puerta un poco nerviosa y me fuí al centro de mi templo miré mi estatua, una mujer muy seria y imponente, y ahora me encontraba en un tipo de momento de sensibilidad, quería estar junto a Ares, no parecía el mismo que intentaba matarme, me sorprende que hubiera rechazado ser rey del olimpo, fuí a mi habitación y me dormí

Al día siguiente me desperté y ví a padre, que al verme despierta me abrazó, creo que van a pensar que Ares me lanzó aquella flecha

- ¿Estás bien? Artemisa me dijo lo que sucedió - ¿Sucedió? Pero si no estuvo allí - fue Ares estoy seguro....¿No te hizo nada más? - negué con la cabeza mientras él se alejaba - Si quieres te puedes quedar aquí o hacer cualquier otra cosa mientras te sanas - dijo paseando por mi templo

- Seguiré con lo de Ares....Quiero acabarlo - no sé porque pero no quería ver a otra chica cerca de él, de una vez le preguntaré que flecha me lanzaron

- ¿Segura? Ares podría llegar a matarte mientras aún estás así - dijo preocupado - ¡Ya sé! Artemisa o Apolo irán contigo - decía emocionado, mientras yo negaba, no quería ver a Apolo - ¿Por qué no? -

- Yo misma puedo, recuerda que nos enfrentamos a muchas cosas, y yo las lideraba aún estando dañada - le expliqué y ví como sonreía

- Que astuta, pero si sucede algo, grita - asentí mientras se iba

Cuando se fue, me levanté y me preparé, espero que nada raro suceda hoy con Ares, no quiero más problemas

¿ℙ𝕠𝕣 𝕢𝕦é 𝕥𝕖 𝕕𝕖𝕤𝕖𝕠? - 1st -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora