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MILLIE


La lengua de Dylan recorre mi núcleo, lamiendo, chupando y girando. Provoca que mi clítoris, ya de por sí sensible, envíe zarcillos de presión a través de mi abdomen, y cada lametón hace que esa espiral se apriete más y más hasta que ya no puedo ni pensar.Cuando dijo que debía agarrarme a algo, no se equivocaba. Mis manos vuelan hacia los lados, tirando de las mantas que tengo debajo. Y cuando eso no me parece lo suficientemente seguro, deslizo los dedos en el espeso y oscuro pelo de Dylan, tirando y empujando mientras me balanceo contra su cara, perdiendo la cabeza y la capacidad de formar palabras. Me encuentro en un estado en el que los únicos sonidos disponibles son 'ahhhhh', 'ohhhhh' y 'eeeeee'.Quienquiera que haya inventado el cunnilingus merece una estrella de oro.Y entonces, para hacerlo aún más increíble, añade un dedo y lo siguiente que sé es que estoy viendo estrellas.— ¡Dyyyylaaaaaaannnnn!—Joder, qué bien sabes. Podría comerte toda la noche.—Oh, Dios. Creo que me moriría si hicieras eso; felizmente, pero muerta al fin y al cabo.Riéndose, me vuelvo para mirarlo mientras se tumba a mi lado después de haberse limpiado la barba con su camisa arremangada. —Yo también estoy enamorado de ti, Millie. — susurra, deslizando su mano sobre mi vientre y hasta mi cintura mientras me vuelvo hacia él, todavía desesperada y con ganas de más cuando nuestras bocas se unen, las lenguas bailando, la respiración entrecortada.—Gracias por acercarme en lugar de alejarme —susurro finalmente, pasando los dedos por el costado de la cara, con las uñas rozando su barba, antes de posar la palma de la mano sobre el mechón de pelo que cubre su pecho por encima del corazón. Truena bajo supiel, como la tormenta que parece haberse alejado en la distancia.—Siento haber sido tan idiota contigo. —Está bien. —Realmente no lo está. —Bueno, estará bien. — digo, una sonrisa subiendo por mi boca mientras mi mano baja. —Una vez que terminemos lo que acabas de empezar.— ¿No quieres descansar primero?Niego lentamente. —No. Quiero sentir lo que es tenerte dentro de mí. Luego quiero dormirme en tus brazos.Rodando hacia atrás mientras le abro el cinturón, Dylan se desprende rápidamente de sus vaqueros antes de sostenerse sobre mí con sus musculosos brazos. —Voy a tomarte desnudo, sunshine.—De acuerdo. — murmuro, pasando las manos por su pecho ondulado y agradeciendo a los dioses que me hayan dado un hombre tan hermoso con el que pasar mi vida en la montaña. —Confío en ti. Te amo.—Las tres mejores palabras que he oído nunca. — dice, mientras se introduce entre mis piernas y empieza a empujar.


nuestro brillante amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora