SeokJin recordaba con claridad el día en que la primera alma en pena se le acercó. Y esa alma pertenecía a su propio hermano.
Con apenas diez años, sus ojos se abrieron al mundo que yacía entre los vivos y los no vivos. Estaba en plena clase de matemáticas cuando un escalofrío recorrió su nuca, erizando su piel y erizando cada vello. La presencia era tangible, como si alguien respirara junto a su oreja, tan real como su mejor amigo sentado frente a él. Pero al girar su rostro, se encontró con la imagen de su hermano fallecido. SeokJin saltó hacia atrás, cayendo de su silla y soltando un chillido agudo que atrajo la atención de todos sus compañeros. El velo entre los mundos se había rasgado para él, y su vida nunca volvería a ser la misma.
La mirada de algunos era extraña, mientras otros trataban de descifrar la causa de su sobresalto. SeokJin apenas lograba respirar con calma. La profesora se acercó de inmediato para averiguar qué sucedía, pero él apenas podía articular palabras. Su garganta era un nudo imposible de deshacer, y las razones detrás de su estado actual eran inefables.
La profesora lo condujo a la enfermería para una revisión. El niño de diez años apenas conseguía respirar correctamente. Lo peor de todo era que era plenamente consciente de que lo que veía solo era visible para él. Por eso, había sido sumamente astuto al no revelar a nadie que su hermano lo acompañaba a todas partes. Sin embargo, su hermano apenas podía hablar debido a que llevaba una soga al cuello, sus cuerdas vocales inflamadas e imposibles de dejarle formar alguna frase coherente para comunicarse con SeokJin.
La piel pálida, los ojos enrojecidos y la extrema delgadez, lamentablemente, en la memoria de SeokJin y en el ranking de almas en pena que parecían sacadas de una maldita película de terror, la imagen de su hermano ocupaba el primer lugar. Lo persiguió durante mucho tiempo e incluso intentó apoderarse del cuerpo de SeokJin para regresar a este mundo.
Una gran ironía, pensaba el pequeño de diez años en aquel entonces, porque su hermano se había quitado la vida incapaz de lidiar con todo lo que su padre había hecho. Este ya estaba encarcelado y listo para cumplir su condena años después. SeokJin comprendía que era demasiado para un adolescente en aquel entonces. Su hermano creía firmemente que su padre no tenía la culpa y que SeokJin había mentido por no ser reconocido legítimamente como el hijo menor de Kim JiHyuk.
Porque claro, SeokJin era el bastardo que había sido víctima de la locura descabellada de su propio padre.
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INTERLUDE - Jintae (Finalizando)
FanficKim SeokJin, es un escritor muy popular por sus libros de géneros: fantasía y sobrenatural que, necesita una pausa del ajetreado Seúl y evitar una fecha complicada que se aproxima a su vida. Por lo cual decide tomarse unas vacaciones laborales para...