Dulce Amália | +18 - Draco, Mattheo & Tom Riddle.

Veinticinco - Las piezas claves para la Orden y los Mortifagos

La puerta se abrió con cuidado.
Snape se levanto de un salto y fue corriendo hacia mí.

- Estaba preocupado, ¿Estás bien?¿no te hicieron nada? -Snape dijo, estaba preocupado y seguro se habia aguantado las ganas de ir a verme en cuanto pisó Hogwarts.

Snape, por más que tratara de no expresar cariño conmigo, sabía que me amaba más que nada en el mundo. Para el, mi vida era más importante que la de él, se notaba en su rostro lo mal que lo había pasado el aquí.

-  Por favor dime que estás bien -Siento un nudo en la garganta.

- Si -Dices alejandote de el, ya con dificultad en mi voz respondo- Fue la orden del Fénix, ellos volveran por mi.

Snape no podía creer lo que escuchaba le temblaban las manos y sentía el nudo en su garganta aumentaba, por más fuerte que sea no podía dejar de mostrar debilidad de que temía lo que pudiese pasarme.

Snape sin decir palabra extendió sus brazos esperando  un abrazo.

Estaba temblando sentía que en cualquier momento iba a entrar en pánico.
No sabía que había hecho Snape para encontrarte, pero el tenía que ayudarme a salir de Hogwarts. Definitivamente.

-En cuanto Harry Potter se de cuenta que estoy en Hogwarts sabrán que escapé...

Povs Severus Snape.

Me quedé helado, sabía que el fénix era peligroso pero no tenía idea que la tenían secuestrada y que Harry Potter estuviera detras de ello, la vida de Amália podía correr peligro.

Aunque era infiltrado en la orden con Dumbledore, también era pieza clave para Voldemort. Yo mismo ponia en peligro a Amália.

Sabía que tenía que ocultarla de Harry, ella y él no podían mezclarse, tampoco podía permitir que la lleven de vuelta, sabia que sus planes no eran malos.
También sabía que con los mortifagos no estaba segura, podían tener malos planes en cuanto supieran que ella tiene influenza en Mattheo, no tenía lugar a dónde correr. Los dos bandos podrían hacerle daño.

- Tienes que irte antes del amanecer -Me sentía totalmente culpable por no poder hacer nada al ver la expresión de Amália, ella queria quedarse?.

Sabía que si ella me pedía quedarse era un tanto egoísta de su parte y no sería justo permitirle que se quedara solo porque yo temía por su vida.

Con mucha tristeza en mi voz y una sonrisa que trataba de no quebrarme respondi.

- Va a estar bien, te voy a ayudar a que escapes ellos no te van a volver a encontrar

- Que hay de Mattheo y... ellos. -Su voz sonó como suplica.

Sin mirarla a los ojos me quedé callado por unos segundos. Quería que estuviera a salvo pero los Riddle la ponían en peligro.

Me vi forzado a ser honesto con ella, odiaba ser así pero sabía que era lo más correcto.

- No puedo prometerte que ellos no estén en peligro... Nacieron con el peligro frente su futuro.

- Están en problemas?

Guardé silencio  por un momento, era cierto que los tres estaban metidos con los mortifagos, era evidente , lo llevaban en la sangre.
Pero no quería decirle nada que pudiera ponerla nerviosa, pero sentía que si no le decía nada le estaría mintiendo y eso me comía por dentro

- Se metieron con algo más grande de lo que ellos pensaban -mi voz era muy baja y a un tono muy serio.

Ellos estaban metidos en un problema terrible, ellos ya no tenían como salir y la situación estaba demasiado complicada. No sentía que estuviera bien que dijera la verdad pero si estaba diciendo la verdad.

Amália tenia curiosidad y queria saber en qué estaban metidos pero en ese momento su vida estaba en peligro, por más que ella amara a Mattheo y tuviera buena amistad con Tom y Draco, su vida ahora era más importante.

- Solo debes saber que tus amigos están metidos con los mortifagos y las cosas no se van a poner más fáciles para ellos

- No puedo involucrarme con ellos así. -Dijo Amália sorprendiendome.

Notaba la preocupación en su mirada y quería decirle algo que la calmara pero solo escuchaba su respiración que ya se había acelerado por miedo, Amália estaba tan mal, habia pasado tanto en tan poco tiempo.

- Por tu bien vas a tener que irte de Hogwarts, si te quedas vas a estar en peligro, ellos no van a parar, lo mejor que puedes hacer es irte a un lugar seguro.

Por un momento supe que pensaba en Mattheo, pero el no podía saber tampoco donde estaría por seguridad. Ningun hijo de Voldemort debia saberlo, nadie de la orden del Fénix. Básicamente tenia que fingir la desaparicion de Amália hasta que pudiera encontrar un plan.

Amália tomó la maleta en sus manos, ella estaba lista para recibir mis ordenes, siempre tan valiente y obediente.
Nunca pude tener hijos pero sentía que si le pasaba algo yo lo perdería todo ya que nunca volvería a ser el mismo. Ella me recordaba a su madre, era su viva copia.

- No te despedirás de tus amigos? -Tomé la misma postura de siempre.

- No es necesario -Dijo muy sincera, habiamos vuelto a ser los mismo, ella se acercó a mi, tomó mi brazo, lista para ser llevada a un lugar alejado.

*No pude evitar pensar en ese pobre chico, en como estaba vuelto loco cuando Amália no estaba.
Mattheo charlaba conmigo, y siendo sincero me parecía un buen partido para Amália, era fuerte y le protegía, hasta donde sabía era buen tipo con ella.
Hasta que supimos que su padre habia vuelto, habia charlado conmigo miles de veces tratando de comprender la situación, y por ello terminó su relación, para no ponerla en peligro.

La miré a los ojos sin poder moverme de lo sorprendido que estaba, en mi mente pensaba en todos los hombres que habían estado cerca de Amália y en todos tenía una desconfiansa total, Mattheo era la excepción.

- Debes estar muy segura para querer eso -Traté de convenserla.

- No tiene que saber a dónde iré. Nadie debería, ¿No es así?

Entendí lo que quería hacer, si su novio se enteraba de dónde estaba podría ponerse en peligro.

- Lo que tu quieras -Me giré y  tomé una maleta con hechizo de expansión, que había preparado mientras Amália descansaba con Mattheo.

- Arreglé el armario edvadecente para Draco -Dijo de pronto, haciendo que parara de hacer lo que hacía.

Estaba muy sorprendido ¿qué había hecho?

Hice una pausa para pensar, en mi mente aparecía la imagen de un mortifago entrando en la torre de Slytherin.
Amália acababa de hacer  algo malo, Amália no sabia que había hecho, pero tenía la corazonada que era algo malo.

- ...¿Qué hiciste? -Guardé la compostura para no gritar.

- Miré a Mattheo muy cansado y abatido por esa tarea que tenían y yo solo los ayudé -Se escusó

No me importaba en ese momento que estuviera metida en algo malo lo importante es que la pudiera tener a salvo.

Pero el tiempo empezaba a ir más rápido al saber que en cualquier momento los mortifagos entrarían por ese armario a Hogwarts.

Me di cuenta de ello, no sabía cómo podría salir de la situación la quería a su lado pero la situación de los Riddle  no me dejaba pensar bien, él no podía arriesgarse a que ella corriera el peligro de ellos

Tenemos que irnos.