Hinata y Kageyama se conocieron por casualidad.
Hinata y Kageyama se enamoraron por casualidad.
Hinata es torpe por casualidad.
Kageyama es sensible por casualidad.
No es casualidad que pese a amarse no se entiendan.
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Omegaverse
Hinata Alf...
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El pelirrojo estaba bastante bien, divertido jugando con el rubio. Atsumu hacía bromas de vez en vez y Hinata no se aguantaba las carcajadas sonoras que soltaba.
-Hola, Hinata.- Llegó a decir Osamu. El Alfa de cabellos grisáceos se estaba apoyando en una muleta, dirigiéndose al traspatio en que se encontraba la dichosa cancha. -¡Samu, hola!- Dijo el pelirrojo, dejando de lado al rubio con quien jugaba para dirgirse al otro Miya.
-¿Cómo estás?- Le dijo, parándose a su lado, Atsumu arqueó la ceja y miró mal a su gemelo. El Miya mayor le devolvió el gesto. -Bien, en lo que cabe.- Dijo refiriéndose a su pierna. -¿Cuánto falta para que te recuperes?- Le dijo. -Uhm, se supone que esta semana estaría bien, pero alguien me pegó otra vez en la pierna, así que llevaré el yeso otras dos semanas.- Dijo, refiriéndose a su hermano gemelo.
-¿Qué?- Le dijo haciéndose el desentendido, el pelirrojo soltó una torpe risa nasal.
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Hinata y Atsumu ya no estaban haciendo nada. Solo estaban sentados en la acera, cada uno con una botella de agua en sus manos.
El atardecer empezaba a ponerse. Pronto Hinata se iría por su pareja. Atsumu no quería que se fuera.
-Oye.- Dijo el rubio. -¿Mm?- -Me gustas.- -Ya lo sé.-
Ambos permanecieron en silencio.
-¿Qué piensas al respecto?- -¿Qué quieres que te responda?- -Que yo también te gusto.- -No voy a mentirte.-
El rubio suspiró melancólico. -No es por ser grosero, verdad... Pero ¿Qué le viste?- -Mm... Que es diferente. Es serio pero tímido y una vez llegas a ganarte su confianza y cariño es muy dulce... Es... Creo que es la mejor persona que he conocido en toda mi vida.- Llegó a decir, ensoñado. El rubio no pudo evitar sentirse molesto.
-Oye.- -¿Mm?- -¿Ya te vas a ir?- -Sí. Siempre llevo a Tobi a su casa y no lo dejo solo en la noche.- -Aún no es de noche... ¿Quieres quedarte otro rato?-
El pelirrojo pensó unos segundos.
-Claro, ¿Por qué no?-
Jugaron algunos videojuegos, vieron una serie policial, y Hinata se durmió en el regazo de Miya.
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Ya era tarde.
Hinata no llegaba.
Estaba nervioso, ansioso incluso. Sus amigos del club se habían ido ya y él seguía esperando a su novio. Llevaba ya bastante tiempo ahí, casi una hora.
Sus padres estarán preocupados si no vuelve pronto.
Pateó una piedrita antes de empezar a caminar. Jamás se había sentido tan humillado.
-¡Tobi!- Escuchó un grito, mientras ya se iba. Levantó la cabeza, era Shoyo. El Alfa venía corriendo, era evidente que llegaba de haberse dormido.
-¡Lo siento mucho! Ah... Perdón, no planeaba dejarte esperando.- Le dijo agitado y avergonzado, Kageyama sonrió melancólico. -Está bien...- Le sonrió el Omega. Hinata sabía que el azabache se había sentido herido.
-Lo siento...- Repitió, el Omega negó. -No te preocupes... Pero pudiste mandarme un mensaje...- Dijo evitando la mirada del Alfa. -Lo habría hecho, pero me dormí y no supe donde dejó Tsumu mi celular hasta hace como diez minutos...- El menor abrió los ojos en sorpresa.
Tsumu. Otra vez, era Atsumu.
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