15.

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Me levanté al día siguiente y aún con legañas en mis ojos y el pelo despeinado salí de la habitación y bajé a la cocina donde mi tía estaba haciendo el desayuno.

— Laura — Julia se giro y me miró con el cazo en la mano — Sube ahora mismo y arreglate o no te daré el desayuno — bufe y la hice caso.

Subi, me dejé el pelo suelto cosa que era rara en mi, siempre iba con una coleta, me puse el uniforme de entrenamiento del Raimon y baje a la cocina.

— Ahora sí — mi tía me sonrió y planto un plato de tortitas con nata y chocolate delante de mí cara — Felicidades mi niña — me dio un beso en la cabeza y me miró

— Gracias tía — le devolví la sonrisa y miré a todos lados buscando a mi padre, hasta que empezó a resonar el cumpleaños feliz por toda la casa — No porfavor — reí mientras me ponía roja y Axel entraba cantando por la puerta de la cocina.

— Felicidades pequeña — me dio un abrazo y beso mi cabeza unas 10 veces para luego acercarse a mi oído — Te quiero.

— Y yo — le miré fijamente — Gracias papá — le guiñé un ojo y miré mis tortitas — ¿Puedo? Se van a enfriar.

Me dejaron desayunar tranquilamente y luego me obligaron a ir al salón donde había unos regalos para mí.

— Pero yo no quiero regalos, no necesito nada — miré a ambos frunciendo el ceño.

— Quieres callarte y abrir las cosas — Axel se cruzó de brazos y me empezó a dar paquetes.

Me regaló un collar con el escudo del Raimon, unas botas nuevas de fútbol y un viaje a Roma.

— Y será verdad que nos vamos a Roma — miré el papel entre mis manos mientras él sonreía.

— Si, siempre has querido ir ¿No? Pues cuando menos te lo esperes te llevaré.

— ¡Siii! — me lancé a su cuello y le abrace fuerte — Gracias, gracias.

— De nada — me revolvió el pelo y sonrió — ¿Tú no tienes que irte al entrenamiento antes del partido? — asentí — Pues venga o llegarás tarde.

No era novedad en mi llegar tarde la verdad, salí corriendo de casa y me maldije a mi misma por haberme olvidado una goma para atarme el pelo, solo rezaba porque Gabi tuviese alguna, por supuesto llegue tarde y vi a todos en círculo en el centro del campo.

— Supongo que buenos días — dejé las cosas en el banquillo y les miré, se abrieron y vi a Víctor sentado en el suelo con cara de sufrimiento y una mano en el tobillo — Venga no me jodas Blade — me acerqué hasta el equipo y le miré.

— Que no es nada — se puso de pie pero se tambaleó y Riccardo le tuvo que sujetar.

— Ya vas a hacer que me esfuerce más en el partido — rodé los ojos y le miré.

— Usa ese arte tuyo para poner vendas anda maja — Víctor me miró y se fue cojeando al banquillo, me quedé de pie mirando y el se giro antes de llegar — Eres solo un año más vieja no debería costarte venir — pero callate gilipollas.

— Callate imbécil — le seguí y le ayude a llegar al banquillo donde le vende el tobillo — Se puede saber que te ha pasado.

— He estado entrenando toda la noche y he forzado demasiado — puso una mueca de dolor mientras le vendaba pero no se quejó.

— Que tonto eres de verdad — le terminé de pegar la venda y le miré — Ya estás pero no hagas más tonterías — agachó la cabeza para mirarme y asintió para después ponerse de pie.

FUERZA (IEGO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora