FUERZA (IEGO)

8.

Y como bien sabía yo, Víctor ha dejado de aparecer por los entrenamientos y por el instituto, estará en su casa maldiciendose por haber roto las normas, ahora solo falta que se dé cuenta de que ha hecho lo correcto.

Me encontraba yo el viernes a primera hora antes de empezar las clases, mirando por la ventana del aula, era bonito ver el amanecer y de momento estaba yo sola en clase, había madrugado y había llegado pronto.

— Buenos días — Gabi llegó a mi lado y se puso a mirar por la ventana — ¿Que ves?

— El cielo, me encanta ver cómo va a cambiando de color — sonreí y le miré — Buenos días.

— Nos han cancelado primera hora, ¿Vamos a dar un paseo por el patio?

— De maravilla no me apetecía dar matemáticas — cogí mi mochila y le miré — ¿Esperamos a Riccardo?

— Solo espero que no aparezca por aquí en todo el día — sonrió y yo le miré asustada — Está enfermo con fiebre pero capaz le veo de venir.

— Es terco, no me sorprendería — rodé los ojos y ambos salimos del aula.

Empezaba a hacer calor, no como para ir en manga corta pero se estaba muy agusto solo con la chaqueta sin necesidad de ir con 50 capas de ropa, ventajas de que sea ya abril, Gabi y yo paseamos un rato por el patio en completo silencio, el resto de alumnos estarían en clase y los de la nuestra repartidos por el centro.

— Me he aburrido de andar — miré a Gabi con puchero y señale un almendro lleno de flores preciosas — ¿Vamos? — soltó una risilla y asintió, no nos dio tiempo llegar cuando a nuestra derecha divisamos el pelo corto y castaño de Riccardo acercarse a nosotros.

— ¿Se puede saber que haces aquí? — Gabi puso los brazos en jarra y miró al castaño que se acercaba a nosotros con cara de no me habléis.

— Estamos a una semana de los finales no puedo quedarme en casa Gabi, te lo dije ayer — llegó donde estábamos y me miró — Hola Laura.

— Pero yo te habría pasado los apuntes, Riccardo me llamaste ayer con casi 40° de fiebre no deberías haber venido — Gabi bufo y tocó la frente de su amigo — Y sigues con fiebre.

— Bueno vosotros donde ibais que ya he visto que no hay clase a primera ni a segunda — ¿Cómo que a segunda tampoco?

— Joder Riccardo yo veo eso y me doy la vuelta a casa — rodé los ojos y Gabi asintió dándome la razón — Íbamos debajo de se almendro.

Y empezó a andar hacia allí, estaba claro que no iba a irse a casa, se sentó y Gabi y yo hicimos lo mismo, nosotros dos empezamos a hablar de temas de todo tipo, fútbol, cielo, verano, más fútbol... mientras que Riccardo solo leía y requetelia sus apuntes.

— Te vas quedar tonto tanto mirar eso — le quite la hoja de la mano y vi que estaba con química.

— Dámelo que tengo que entenderlo.

— ¿No lo entiendes? Si es bien fácil — me miró y negó — Ven — di un toque en mi pierna y él me miro frunciendo el ceño — Que te tumbes, que te lo voy a explicar.

Y se tumbó poniendo su cabeza en mi regazo yo puse la hoja frente a su cara y empecé a explicarle las fórmulas, hasta Gabi se intereso.

— ¿Mejor? — miré a Riccardo que levantó los ojos y asintió — Has visto como no era tan difícil — le acaricié el pelo y lo tenía muy suave — Acabo de encontrar mi nuevo Hobbie.

— ¿Tocarme el pelo? — levantó los ojos y yo asentí emocionada — Entonces supongo que tengo prohibido levantarme.

— Por supuesto quedate quietecito — sonreí y empecé a acariciar su pelo suave mientras seguía hablando con Gabi.