Alzó la vista para mirar a Jungkook, pues quería comunicarle cuán agradecido estaba. Fijó la mirada en él. Su atractivo era insoportable con su atuendo de gala, el pelo negro rizándose sobre el selecto tejido de su chaqué y la mandíbula firme y fuerte bajo la suave llamarada de luz que proporcionaban incontables velas y lámparas de aceite. Parecía tan refinado y desenvuelto entre toda la belleza y riqueza distinguida que flotaba a su alrededor que Jimin vio claramente que éste era su mundo. Y no obstante, había algo en él que lo diferenciaba del resto de hombres de la galería.
Había un aire amenazante en su persona, un leve indicio de peligro que sugería que no era tan civilizado como su atuendo o sus modales insinuaban. Era esto lo que atraía la atención de muchas de las mujeres de la sala, quienes lanzaban miradas furtivas en su dirección, en un intento de determinar cuál sería su relación con Jimin. Sintió una punzada de celos.
Jungkook frunció el ceño, preguntándose por aquel cambio repentino en Jimin.
—Dios bendito, Jeon. —exclamó una voz asombrada desde algún lugar de la abarrotada habitación— ¿de veras eres tú?
A Jimin se le detuvo la respiración.
Jungkook se puso ligeramente rígido, luego se obligó a fingir un aire de calma completa. Respiró a fondo y se volvió lentamente a saludar al joven de cabello rojizo que se apresuraba hacia él.
—Hola, Rodney —dijo sonriendo—. Qué placer encontrarte aquí. Permíteme que te presente al Señor Blake. Señor Blake, éste es un viejo amigo mío, el señor Rodney Caldwell.
Jimin se esforzó por contener el pánico. Con la copa de champán firmemente sujeta en una mano, alzó graciosamente la otra al apuesto hombre, a quien echó unos treinta años.
—¿Cómo está, señor Caldwell?
—Un enorme placer, señor Blake. —Dejó un breve y sutil beso en el dorso de su mano—. Ya veo que el marqués mantiene su afición a disfrutar de la compañía del hombre más hermoso de la sala. —Le hablaba con tono amistoso y bromista—. Jungkook, astuto miserable, ¿dónde diablos has estado? Dijeron que te habían ahorcado, pero es evidente que esas historias se exageran sin el menor miramiento —se rió.
Jungkook dio un sorbo al champán, con aire ligeramente divertido.
—Eso parece.
—Bien, me alegro mucho de que toda esa historia se haya aclarado. Un mero malentendido, ¿cierto?
—Me temo que sí.
—Gracias al cielo. Todo el mundo en Inverness te daba por muerto, excepto yo, por supuesto. Sabía que fuera cual fuera el apuro en que estuvieras metido, te las arreglarías para sortearlo. Hablo en serio, se van a reír un rato cuando les cuente que te he visto dando una vuelta por Glasgow, bebiendo champán en compañía de un hermoso hombre en una exposición de arte.
—De veras, señor Caldwell, me adula demasiado—protestó Jimin, obligándose a sonreír—. Lord Jeon, ¿le importaría acompañarme junto a mi esposo? Si me ve aquí de pie hablando con dos hombres tan apuestos, sin duda se va poner insoportablemente celoso. ¿Me disculpará, señor Calwell, verdad? —añadió con dulzura.
—Por supuesto que sí, señor Blake. —Se movió hacia delante con una leve inclinación—. Ha sido un placer conocerlo. ¿Cuánto tiempo tienes planeado estar en Glasgow, Jungkook? —preguntó volviéndose a él—. Yo voy a estar aquí toda la semana. Tal vez podamos cenar juntos una de estas noches, y así me cuentas todos los detalles de cómo lograste escapar a la horca. —Su tono era jovial.
—Por desgracia, me voy mañana.
—Qué lástima. ¿Vuelves a casa?
—No directamente. Espero regresar en pocas semanas —dijo Jungkook evasivo.
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Corazón Prisionero x Kookmin +18
FanfictionEn el pasado fue un hombre poderoso. Ahora es sólo un asesino convicto. Jungkook, marqués de Jeon, sabe que no hay forma posible de librarse de la soga del verdugo. Pero está equivocado y un misterioso joven aparece en su tenebrosa celda y al amparo...