—¿Qué hiciste? —Resopló Jimin con desdén.
—Me fui del funeral y estuve borracho como una cuba durante varias semanas. Me sentía completamente impotente, y beber me ayudaba a olvidar lo inepto que era. Difícilmente podía irrumpir en casa de Vincent y exigir que me devolviera a mi hija, a la que nunca había reclamado en ocho años. Aunque hubiera accedido, ¿qué diablos podía ofrecerle yo? Todo el mundo sabría que era mi hija ilegítima, lo cual la hubiera condenado a una vida de marginada. Mis ingresos por entonces no eran suficientes ni para mantener mi despilfarrador estilo de vida. No sabía ni una palabra acerca de cuidar niños. En resumidas cuentas, Emmaline estaba atrapada. Era la prisionera de Vincent, a la que él podía desatender o atormentar a su gusto, y yo me convencí de que no podía hacer nada al respecto.
Jimin no dijo nada.
Jungkook interpretó aquel silencio como reprobación. Sabía que si él hubiera estado en su situación, habría hecho algo para rescatar a Emmaline.
—Durante la temporada que pasé borracho, mi hermano murió. El pobre Edward, que nunca había estado un solo día enfermo en toda su vida que yo pueda recordar, había pasado su larga jornada, como era habitual en él, sentado a su escritorio, luego se levantó y se cayó en redondo en el suelo. Aún no había encontrado tiempo para cortejar a una mujer y casarse, por consiguiente no tenía herederos. Por lo tanto, me vi colocado de repente en el papel de marqués Jeon, con todas las trampas y responsabilidades que a lo largo de los años había delegado de buena gana en las manos capaces de mi hermano. Te lo aseguro, fue una conmoción poco agradable para mis familiares, quienes estaban convencidos de que iba a despilfarrar todo aquello por lo que mi padre y Edward habían trabajado tan duro. Tenía varios primos que en su momento me comunicaron que se consideraban mejores candidatos a marqués que yo.
—Entonces que tenía dinero y un título, y estaba considerablemente más sobrio, decidí que no podía dejar ni un momento más a Emmaline a merced de Vincent. Fui a verla y me ofrecí a llevármela y criarla. Pero Vincent se negó de forma tajante. Dijo que no tenía intención de entregar a su hija al primero que creyera que era suya. Hacerlo sería declarar públicamente que le habían puesto los cuernos y que entregaba la hija bastarda de su esposa a su amante. Me dijo que, durante años, me había despreciado a mí y a Emmaline, y que ahora tendría que vivir sabiendo que ella le pertenecía a él para hacer lo que le viniera en gana.
—Discutimos acaloradamente durante mucho rato. Incluso le ofrecí dinero a cambio de ella. Vincent se limitó a reírse. No le preocupaba el dinero. Lo único que le importaba era llevar a cabo su venganza. Quería castigarme por acostarme con su esposa y dejarla embarazada de una niña que durante cinco años había considerado suya. Quería hacerme sufrir con la idea de que mi hija había sido condenada a una vida de miserias bajo su techo y que yo no podía hacer una sola cosa al respecto. Finalmente comprendí que, de hecho, era impotente. Contaba con la riqueza y posición de mi nuevo título, pero no tenía derechos legales sobre mi propia hija. No había manera de demostrar que ella era en realidad mía. Comprendiendo que sólo estaba empeorando las cosas al provocar a Vincent, me marché de la casa.
—¿Se enteró Emmaline de que estuviste allí?
—Cuando salía furioso del estudio de Vincent, la avisté brevemente mirándome a través de la barandilla, acuclillada en las escaleras. —Su expresión se volvió atormentada—. Nunca olvidaré lo pequeña y perdida que parecía. Su aspecto era tan frágil, como un pajarillo asustado. Y entonces comprendí que nos había oído. Sabía que yo era su padre, pero que Vincent la poseía. Y que yo la abandonaba. Quise decirle que todo iba a ir bien, pese a que yo mismo confiaba poco en que fuera a ser así. Pero antes de que pudiera decir nada, Vincent salió detrás de mí, agitando los brazos como un loco, ordenándome que saliera de su casa. Emmaline subió a toda prisa las escaleras y desapareció, aterrorizada por lo que Vincent pudiera hacerle. Y yo me sentí impotente, totalmente impotente. Me convencí a mí mismo de que cualquier cosa que pudiera hacer o decir en aquel momento serviría únicamente para ocasionarle más sufrimiento. De manera que me marché.
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Corazón Prisionero x Kookmin +18
Fiksi PenggemarEn el pasado fue un hombre poderoso. Ahora es sólo un asesino convicto. Jungkook, marqués de Jeon, sabe que no hay forma posible de librarse de la soga del verdugo. Pero está equivocado y un misterioso joven aparece en su tenebrosa celda y al amparo...