Capítulo 8. Pensamientos.

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—Porque no quería que le arrestaran delante de mis niños y se lo llevaran a la horca. Y me pareció que ésa era la única opción que explicaría suficientemente la razón de que se encuentre durmiendo bajo mi techo.

—¡Podría haber dicho que era su tío... o incluso un primo lejano, por el amor de Dios!

 Aquel enfado cogió a Jimin por sorpresa.

—Eso habría provocado demasiadas preguntas —arguyó. —Cualquier otro tipo de relación conmigo habría suscitado de inmediato preguntas como dónde estaba instalado, dónde vivía, y qué le había traído hasta aquí. Resultaría demasiado fácil establecer la falsedad de cualquier afirmación de otro parentesco. Soy un marginado aquí, lord Jeon, y mi tendencia a hacer lo impensable es de sobras conocida. Créame, a la gente de Inveraray no le costará mucho creer que me he casado con un hombre que conocí apenas hace unos días. He creado una familia completa compuesta de ladrones y bribones tras conocerles apenas unos pocos minutos. Que me haya casado con un desconocido por impulso no desentonará con el concepto de joven completamente irracional que tienen de mí.

Tenía razón, comprendió Jungkook, aunque aquella conclusión no le provocaba ningún placer. El hombre que tenía delante había roto por completo sus vínculos con la respetabilidad y la aceptación en el momento en que opto por criar él solo al hijo bastardo de una ladrona, en lugar de una vida de bienestar tedioso junto a ese presumido acicalado y frívolo de Charles.

Una punzada de irritación avivó el estado de ánimo ya pesimista de Jungkook. ¿Quién demonios se creía que era ese idiota, irrumpiendo en esta casa y actuando como si tuviera algún derecho exclusivo sobre él? La idea de que Jimin de hecho hubiera estado prometido a ese necio llorica y sin carácter, le llenó de furia. Fueran cuales fueran los atributos del padre de Jimin, estaba claro que no contaba con la capacidad de discernir el carácter de las personas. Jungkook había necesitado un gran esfuerzo de autocontrol para no sacar a aquel imbécil pomposo por la puerta de una patada en su trasero tan opulentamente cubierto.

—Creía que se sentiría más agradecido por los riesgos que he corrido por usted —continuó Jimin, indignado por el hecho de que él se atreviera a criticarlo. —¿Pensaba que después de haberlo cuidado noche tras noche, asegurándome de que no moría desangrado o de fiebre, me haría a un lado para observar pasivamente cómo se lo llevaban? Si es así, entonces es que no me conoce lo más mínimo, lord Jeon.

La rabia había encendido sus mejillas y su postura era más tensa. Parecía que quisiera golpearlo. El hecho de que le replicara tan prontamente, que no estuviera dispuesto a amedrentarse, despertó una gran admiración en lo más profundo de él. El irreprimible señor Park Jimin era un hombre de fuerza y convicción asombrosas, que no retrocedía un paso cuando consideraba que tenía la razón. Aún más, pese a los crímenes terribles por los que le habían acusado y condenado a él, era evidente que no le tenía el menor miedo.

Sintió una necesidad imperiosa de tocarlo en aquel momento, de atraerlo a sus brazos y apretar sus labios contra los de él, sentir su forma blanda, delgada, contra él, recorrer los firmes volúmenes de su trasero con sus manos mientras él abría la boca e invitaba a su lengua a entrar. El cuerpo de Jungkook se excitó, se puso rígido, lleno de un deseo que llevaba mucho tiempo aletargado, que abrumaba sus sentidos con una necesidad desasosegada, imposible.

Consternado, se dio media vuelta abruptamente. Ahí estaba él, en una casa abarrotada de niños, a un paso de ser atrapado y ejecutado por asesinato, y lo único que quería era hundirse en el hombre responsable de haberle salvado la vida.

Estaba claro que había perdido la cabeza.

—No era mi intención ofenderlo, Jimin —dijo, pasándose la mano por el pelo. —únicamente me pregunto si ha considerado las ramificaciones del cuadro que ha pintado aquí. Ha contado a las autoridades que usted y yo estamos casados. Si ahora me voy, todo el mundo en Inveraray sabrá que ha mentido. ¿Comprende lo que esto significará para usted? Ese despiadado agente Drummond irrumpirá aquí exigiendo su arresto por haber ocultado a un prisionero fugado. Dado que, por aquí, el hecho de encarcelar a una mujer embarazada por robar una manzana cuenta con el beneplácito de la justicia, puedo imaginarme perfectamente el tipo de castigo que decidirán aplicarle. Además de enviarlo a prisión, lo considerarán persona incompetente para hacer de cabeza de familia y le arrebatarán a sus hijos.

Corazón Prisionero x Kookmin +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora