—Oliver, ¿serías tan amable de ir a ver quién es? —Jimin se esforzó por controlar el intenso temor que se colaba en su voz cada vez que alguien llamaba a su puerta desde la llegada de Jungkook la semana anterior. Incluso el reparto habitual de la leche y la mantequilla la llenaba de pánico, por miedo a que alguien de algún modo desenmascarara a lord Jeon y todos ellos fueran conducidos a prisión.
—Bien, vosotros mozalbetes, limpiad bien las lámparas con esos trapos, luego enroscad de nuevo la parte superior y ponerles el tubo —ordenó Oliver, demostrando su típica falta de prisa a la hora de acudir a la puerta. —Una vez las mechas hayan tenido tiempo de secarse, las meteremos, y prometo que os asombrará...
—La puerta, ¿Oliver? —insistió Jimin.
Los golpes eran cada vez más fuertes.
—Estoy en ello, muchachito —lo tranquilizó Oliver. Lanzó una mirada inquisitiva a Jungkook.— ¿Usted, joven, no querrá escabullirse por la parte de atrás... sólo por si acaso?
Jungkook sacudió la cabeza. Si las autoridades habían deducido de algún modo que Maxwell Blake era de hecho su prisionero fugado, no abandonaría a Jimin y a su familia, dejándolo solo para dar explicaciones sobre por qué lo habían protegido. Se quedaría con él y se aseguraría de que la policía entendía que Jimin lo había obligado a ayudarlo.
—Muy bien. Si me da en la nariz que se trata de alguien que no tiene mucho interés en ver, me encargaré de hacer un montón de ruido. —Oliver se puso en pie y se estiró con cuidado la desgastada chaqueta antes de salir de la cocina en dirección a la puerta de entrada.
—De acuerdo, entonces, mis tesoros, sigamos trabajando —dijo Jin, intentando despejar el manto de ansiedad que había caído sobre la cocina. —Mantenerse ocupado mejora la mente y alegra el corazón.
Todo el mundo en la cocina continuó con sus tareas guardando un silencio cargado de inquietud.
—Es ese viejales de Humphries, el del banco —informó Oliver, quien entró arrastrando los pies un momento después. —Dice que tiene que hablar con usted urgentemente, jovencito... y también con su marido, el señor Blake. Parece que las noticias de su matrimonio ya han recorrido todo Inveraray. Sin duda ha venido a ofrecer sus felicitaciones. —Su tono era burlón.
—Gracias, Oliver. —Jimin miró a Jungkook con incertidumbre. —Imagino que el señor Humphries encontrará ahora extraño que me reúna con él sin la presencia de mi marido. Pero, por supuesto, si prefiere no acompañarme, lo entenderé.
—Será un placer conocer al banquero de mi esposo. —Lo miró con serenidad mientras le ofrecía su brazo.
Jimin apoyó con vacilación su mano en la manga de él. Podía sentir su calor y su fuerza desplazándose debajo de la palma, como los músculos de una pantera a punto de atacar. Le entraron ganas de agarrarle con más fuerza, de sentir la dureza mármorea de él flexionándose contra su asimiento. Contuvo aquel impulso y aflojó la presión hasta que sus temblorosos dedos apenas rozaron el tejido de buena lana de su oscuro chaqué.
—Señor Humphries, qué agradable verle —saludó al entrar en el salón. —Me gustaría presentarle a mi esposo, el señor Maxwell Blake. Maxwell, éste es Gerald Humphries, director de la sucursal del Banco Real de Escocia aquí en Inveraray.
Jungkook parpadeó lleno de asombro al conocer al director del banco.
El señor Humphries era un tembloroso hombre arrugado, con brazos como ramitas y piernas de aspecto totalmente insustancial para sostener la frágil estructura sobre la que descansaban su levita y pantalones flojos. Su ralo cabello blanco se dividía cuidadosamente por encima de su oreja izquierda, luego desde allí ascendía minuciosamente y con gran esfuerzo sobre su reluciente calva rosa y ahí quedaba sostenido con generosas cantidades de crema. Por desgracia, algunos de los mechones alisados se habían separado, y como resultado su cabeza calva aparecía a través de un fibroso casco blanco. El anciano precisó la ayuda de un pulimentado bastón negro para levantarse de la silla en la que se había sentado, y al ponerse en pie empezó a temblar de un modo tan alarmante que a Jungkook le preocupó que fuera a perder el equilibrio y desplomarse.
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Corazón Prisionero x Kookmin +18
FanficEn el pasado fue un hombre poderoso. Ahora es sólo un asesino convicto. Jungkook, marqués de Jeon, sabe que no hay forma posible de librarse de la soga del verdugo. Pero está equivocado y un misterioso joven aparece en su tenebrosa celda y al amparo...