Capítulo 10

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Neylianiz se sentó a mi lado una noche que la lluvia arremetía furiosa contra la ventana de mi habitación. Lucía exhausto, pero siempre encontraba la fuerza suficiente para regalarme una sonrisa que prometía que todo estaría bien. Le sonreí también porque era sencillo y era cómodo. Porque para mí él era mi padre y esa familia era lo único que me importaba en el mundo.

—Estamos a punto de partir —me dijo con voz suave mientras acomodaba mi cabello—. Solo quería desearte buenas noches.

—¿Saldrás ahora? El clima es terrible.

Miró hacia la ventana y suspiró. Hacía eso a menudo cuando algo no le gustaba, pero no tenía más opción que hacerlo porque era el rey y eso significaba hacer cosas que no le gustaban. Yo lo entendía, más allá de los sentimientos que compartíamos por el lazo que nos unía, lo conocía lo suficiente para poder descifrar sus expresiones y eso era algo que amaba.

—Tenemos que viajar mucho tiempo y si no partimos ahora, llegaré tarde a la reunión programada.

—Está bien. Espero que puedas llegar a tiempo.

Neylianiz acarició mi mejilla y besó mi frente como lo hacía con Loïc todo el tiempo. Eso hacía que la calidez dentro de mi pecho creciera como nunca antes.

—Estoy orgulloso de ti, Shane. Nunca olvides eso.

—No lo haré.

Me sonrió una vez más antes de partir.

🥀

Abrí los ojos de forma suave y apenas reconociendo la habitación en la que me encontraba. Me permití quedarme en esa posición unos minutos mientras el último sueño que había tenido sobre Neylianiz se desvanecía poco a poco. No estaba acostumbrado a no tener pesadillas constantes así los sueños nuevos que tenía eran una maravillosa novedad. Me incorporé despacio porque mi cuerpo estaba adolorido y cansado. Estaba solo en la habitación lo que me hizo pensar que quizá había dormido demasiado. Eso también era algo nuevo que disfrutaba, aunque la noche anterior fue Lysander quien había despertado entre pesadillas de las que no quiso hablar y yo decidí no presionarlo porque recién había regresado a mi hogar y todo parecía inestable.

Después de un rato salí al pasillo buscando a alguien más allá de la servidumbre, hasta que reconocí la voz de Lysander que salía de una habitación abierta. Me alarmé por un momento porque su voz sonaba elevada y con tono amenazante, pero me relajé cuando distinguí la risa de un niño quien supuse, era del hijo de Loïc.

—¡Así que escucha bien, canalla! —Amenazó Lysander blandiendo una temible espada de cartón—. ¡En este puerto no hay cabida para los piratas, mucho menos para aquellos que sirven al temido Krev! ¡Si insistes en pasar, tendrás que enfrentarte a la justicia de mi espada!

Sheehan comenzó a reír mientras Lysander simulaba luchar contra enemigos imaginarios. Estaba seguro de que incluso un temido pirata de leyenda como Krev temblaría ante su semblante serio, con un sombrero mal dibujado y una espada que no causaría ningún daño. Me recargué en el marco mientras lo observaba saltar de aquí allá causando risas escandalosas que llenaban los pasillos del castillo. Lysander era mucho más parecido a Neylianiz de lo que él jamás sabría y eso me causaba una nostalgia indescriptible. La reina Violet me indicó que me acercara cuando la feroz batalla de Lysander terminó. Ella estaba sentada detrás de Sheehan y lo rodeaba con sus brazos.

—Este es Shane —le dijo mientras me señalaba. Me acomodé sobre mis rodillas para poder mirarlo más de cerca. Sheehan tenía los mismos rasgos de Loïc, con sus ojos miel y su cabello oscuro, pero tenía la suavidad y dulzura de Violet.

—Hola —saludé con voz suave—. Me llamo Shane, y mientras yo viva, siempre estarás a salvo.

Sheehan no me conocía, no me había visto y yo era una criatura extraña ajena a lo que él conocía, pero eso no le impidió caminar con torpeza hacia mí para abrazarme. Me congelé por un par de segundos antes de corresponderle. Era tan pequeño y frágil y me daba pánico lastimarlo sin querer. La reina lo tomó de la mano después de eso y ambos abandonaron la habitación, no sin antes anunciar que el rey nos esperaría para el almuerzo.

OdjurDonde viven las historias. Descúbrelo ahora