En un mundo donde los lazos del destino se entrelazan con la oscuridad, Sarvente emerge como una figura enigmática, marcada por su trato con un demonio y las cicatrices de un pasado turbulento.
Con la sombra del remordimiento persiguiéndola, se encu...
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El sol se estaba poniendo cuando Sarv, Tomoe, Lexa y Varelt llegaron a la casa de Tomoe. La tranquilidad del vecindario contrastaba con la tensión que se sentía en el ambiente.
Tomoe abrió la puerta y las dejó entrar con una sonrisa forzada. Sus ojos oscuros evaluaron a Varelt con cautela antes de invitarla a entrar.
Tomoe: Sarv, ¿estás segura de que es buena idea traer a una desconocida aquí? (preguntó en voz baja mientras cerraba la puerta)
Sarv: (asintió) Creo que es mejor hablar en un lugar seguro. Además, no creo que vaya a hacernos algo. Ya lo habría hecho ¿No?
Tomoe frunció el ceño, pero asintió.
Tomoe: De acuerdo, pero mantén tus ojos abiertos.
Lexa permaneció en silencio, observando la interacción con una expresión impasible.
Una vez dentro, Sarv se dirigió al sofá y ofreció a Varelt un asiento.
Sarv: Siéntate, por favor. Estaremos más cómodas aquí para conversar.
Varelt asintió y se sentó, tratando de parecer lo más relajada posible. Aunque estaba agradecida por la hospitalidad, no podía evitar sentirse incómoda en ese ambiente tenso.
Tomoe se sentó en una silla cercana, manteniendo una distancia prudente, mientras que Lexa se quedó de pie junto a la ventana, observando el exterior con atención.
Sarv se sentó frente a Varelt y le ofreció una sonrisa amable.
Sarv: Ahora que estamos aquí... ¿Podrías contarnos un poco de tí?
Varelt titubeó por un momento antes de responder.
Varelt: Mi nombre ya lo sabes. ¿Que más quieres saber?
Tomoe arqueó una ceja, claramente escéptica.
Tomoe: Quizás saber quién eres o mejor dicho... Qué es lo que eres.
La mirada de Varelt se endureció por un instante antes de suavizarse de nuevo.
Varelt: Solo soy una humana que corrió la misma suerte que ella. (Mira a Sarv)
