𝐋𝐞𝐱𝐚 - 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟑 (𝐀𝐜𝐭𝐨 𝟑)

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Las chicas y God aparecieron en las instalaciones bajo tierra, donde se encontraba el Punto Cero. La atmósfera estaba tensa; cada una sabía que no había margen para errores.

Tomoe, aún con su escopeta en mano, miró alrededor, desconfiada. "¿Cómo sabemos que esto no es una trampa?" murmuró.

God, imperturbable, respondió: "No tienes opción."

Sarven, liderando al grupo, avanzó hacia la sala central. "No hay tiempo para dudas. Ya estamos aquí, solo hagámoslo."

Las instalaciones estaban oscuras y silenciosas, pero había una vibración casi imperceptible en el aire, un indicio del caos que el Punto Cero estaba generando. Cuando llegaron a la sala, la esfera estaba aún más corrompida que antes, emanando un resplandor ominoso.

El cuerpo de Sarv que estaba en el suelo había desaparecido.

Erisa, con sus orejas de gato atentas a cualquier sonido, comentó: "Esto se ve peor de lo que imaginaba."

Sarven asintió. "God, haz lo que tengas que hacer."

God se adelantó, levantando las manos hacia la esfera. Un portal oscuro comenzó a abrirse, directamente en el centro de la sala. "Este portal os llevará al interior del Punto Cero. Debéis trabajar juntas para repararlo desde dentro."

Taki miró con duda el portal negro. "¿Y por qué hablas en español de España?"

God volteó para ver a Taki. "Calla."

Sarven, con firmeza en su voz, dijo "God, solo abre el portal."

God escuchó a Sarven y terminó de abrir el portal.

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Lexa dio un paso adelante. "Lo haremos por Sarv. No dejaré que su sacrificio haya sido en vano."

Tomoe, con lágrimas en sus ojos, asintió. "Por Sarv."

Sarven les miró a todas. "Una vez dentro, no habrá vuelta atrás. Si alguna quiere dar un paso atrás, es el momento."

Ningúna mostró ningún tipo de ganas de no continuar.

God, con una última mirada de advertencia, añadió: "Recuerden, no pueden fallar, o quedarán atrapadas ahi dentro."

Con un último vistazo entre todas, las chicas se prepararon para entrar en el portal. Una vez listas, Sarven fue la primera en cruzar, seguida por Erisa. Tomoe, Lexa y Taki se miraron una vez más antes de seguirlas, desapareciendo en el vórtice oscuro.

La sala quedó en silencio, el portal aún abierto, pero la presencia de God se desvaneció.

La verdadera prueba acababa de comenzar.

...

Varelt, inquieta, se levantó del sofá y comenzó a caminar de un lado a otro en la sala. Cada paso resonaba en la quietud de la habitación, aumentando su ansiedad. "Deberían haber vuelto hace horas," dijo en voz alta, pasándose una mano por el cabello.

Nusky, sentada en silencio en una esquina de la sala, observaba a Varelt con curiosidad en sus ojos. Aunque no podía hablar, su expresión mostraba una mezcla de preocupación y calma.

𝐒𝐚𝐫𝐯𝐞𝐧𝐭𝐞'𝐬 𝐅𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐒𝐭𝐨𝐫𝐦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora