-¿Puede sentir su aroma, princesa? - las horas que habían caminado habían sido eternas, y a pasos apresurados, Jenna es más rápida que ellas, asi que debían de buscarla en donde pudieran, Emma quería percibir el aroma de su alfa, pero apenas y podía hacerlo, ¿Será que acaso ya estaría cada vez más cerca de la princesa?
-Creo que lo mejor sería separarnos por unos momentos, Joy - la hechicera sabía que Emma conocía muy bien los bosques, el emperador le había enseñado todo lo que tenía que saber
-¿Esta segura de esto?
Joy tenía confianza en la princesa omega, después de todo quien más se metía en serios problemas era Naomi, pero la princesa podía dejar todo a su propio antojo, así que podía confiar en que estaría a salvo mientras estén separadas y en busca de la alfa líder.
-Estare bien, Joy, descuida - Joy dio un asentimiento, la determinación estaba en los ojos de la Omega
Entonces por fin se fueron por caminos distintos, con un punto de encuentro en la zona en la que anteriormente se encontraba, tendrían que quedarse allí para descansar y continuar al día siguiente.
Emma seguía por un camino en el que había demasiadas piedras, era consciente de que en ese lugar, las piedras eran debido a que a veces habían ligeros movimientos en la tierra que hacían que las montañas tiemblen y tiren algunas piedras que se encuentran dentro de algunas cuevas, no le gustaba para nada cuando algo como eso sucedía, le aterraba en demasiado.
Siguió caminando mirando de un lado a otro, atenta a cualquier movimiento que pudiera presentarse ante sus ojos y así poder conseguirlo, tenía que estar la pendiente de todo lo que sucediera, tenso que incluso cuidarse de posible depredadores, el bosque estaba en su mayoría lleno de osos salvajes, no le gustaba que los humanos como ella estuvieran cerca de sus territorios, pues creían que podían ser la próxima comida, o que simplemente les gustaría quitarles la comida.
Se adentro cada vez más profundo en el bosque, y aún mirando hacia todo lo que pudiera darle un indicio de algo pero no había nada, Jenna en verdad que sabe ocultarse perfectamente y la posibilidad de que estuviera cerca de aquí lugar era casi nada, no podía asegurar absolutamente con certeza, si es que la alfa líder se encontraba por alli, suspiro cansada de mirar, cerro los ojos por unos momentos, atenta a los ruidos.
Y escucho uno, el crujir de una rama para después escuchar un gruñido se puso alerta, sintiendo como se le ponía su piel totalmente erizada al escuchar eso, el gruñido no era para nada uno que hubiese escuchado salir de algún alfa, lentamente abrió sus ojos y se dispuso a mirar a lo que estuviera gruñendo, y en cuanto lo hizo, deseo no hacerlo hecho, sintió su garganta cerrarse al instante, impidiendo que un grito saliera por su boca, y tal vez era lo mejor no gritar, no frente a un oso que prácticamente estaba parada en sus patas traseras y duplicaba su tamaño, estaba totalmente paralizada, sentía sus piernas temblar, sentía que cualquier movimiento que hiciese, sería el indicativo para atacarla, y es lo que menos quería, no quería morir a manos de un animal tan importante como lo que es aquel oso.
De nuevo un gruñido se escuchó proveniente de aquel enorme animal y está vez Emma resistió, quería correr de inmediato escapar, pero en cuanto dio el primer paso hacia atrás, el oso gruño más fuerte aún.
-¡Hey! - miro como una piedra caía justo en la cabeza del oso, y como el oso giraba su cabeza hacia la dirección en qué había sido lanzada la piedra, Emma de inmediato hizo lo mismo, allí estaba Jenna - Será mejor que corra, princesa
Y antes de que el oso pudiera reaccionar para atacar a la princesa, Emma corrió y el oso soltó un fuerte rugido y comenzo a dirigirse hacia la alfa líder, Jenna estaba preparada, así que sin más comenzó a correr, tomando velocidad hasta por fin esconderse detrás de unos arbustos, donde el oso no pudiera verla, escucho pisadas sobre el césped y unos gruñidos, esperando que el oso no se percatara de su aroma, en cuanto escucho que se detenía y después volvía a caminar de regreso, y soltó un suspiro, ahora tendría que verificar que la Omega estuviera sana y salva.
Se asomo para ver si afectivamente el oso se había ido, y lo hizo, salió de su escondite y comenzó a olfatear el aire, la princesa omega tenía un aroma en particular, es suave, pero para ella es dulce y atrayente, como el olor de unas fresas, aún se siente confundida al respecto de aquello, aun así la busco.
Emma estaba escondida detrás de un árbol, hecha bolita abrazando sus piernas, Jenna camino hacia ella y le tocó el hombro, Emma de inmediato la miro a los ojos.
-Ya está a salvo, princesa
-¡Jenna! - la omega se incorporo y sin esperar más, sus brazos rodearon a la alfa líder - En verdad estoy agradecida sentí que moriría
-Es curioso también lo creí, y me asuste demasiado - Jenna atrajo a la princesa hacia ella - Al menos ya estás a salvo
-Todo gracias a mi alfa - la sonrisa que Jenna tenía desapareció casi por completo al escuchar eso
-Le he dicho...
-Por favor Jenna lo eres deja de decir que no, la princesa te mando a dar un hechizo, y eso nos ha separado, pero ambas somos predestinadas
Sus miradas conectaron por unos momentos, sus lobos removiendose en su interior pidiendo aunque sea un leve contacto entre sus labios, Emma sintió sus mejillas sonrojar al sentir leves caricias que la alfa líder había proporcionado en su cintura.
-Ven conmigo, tenemos que regresar al palacio y...
-Debo ir con la princesa
-Jenna... - Emma dejo de abrazar a la alfa, pero Jenna no le soltó, por más que le doliera a Emma aquello, sabía que ahora para Jenna había alguien más en su destino, sabía que era un terrible error, pero en verdad dolía - T-te llevaré con ella, entonces...
La alfa líder se pudo percatar de la mirada dolida de la princesa omega, pero aún así junto su frente con la de la princesa, para brindarle aunque sea un poco de compresión.
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La Omega Que Rechazo A Su Predestinada (Jenma O Jemma)
Romance-¡No soy tu Omega!, deja de pensar esas cosas, no eres más que un fastidio para mí, además ¡tu! No serías digna para una omega como yo. En ese momento, Jenna había sentido como la opresión en su pecho se había hecho cada vez más grande, escuchar aqu...