𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 17

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Regulus ha tenido más tiempo libre en los últimos días.

Bueno, tanto como una persona como él puede tener. Las horas que pasaba con Barty —quien ahora persigue a Evan como una polilla a la maldita luz y supone que es su etapa de ¨luna de miel¨ en la relación o lo que sea que estén construyendo—están libres. No es que a Regulus le moleste, no tiene cara para siquiera pensarlo, pero la ausencia del chico se vuelve notoria cuando fuma sólo y no hay ningún mensaje exigiendo encontrarse.

Y Remus...Oh, ese era otro minúsculo pero relevante problema para Regulus, está un 99% seguro de que Remus Lupin está suspirando por alguien y la pequeña parte que duda ( el 1% restante) solo es él queriendo ignorar lo que sucede justo enfrente de sus ojos. No ha encontrado la forma de preguntarle o el coraje para intentar averiguarlo. Regulus decidió dejarlo así por un tiempo, quizás era algún tipo de flechazo pasajero y, si es sincero, ellos no hablaban demasiado de esos temas.

Entonces...sí, matar el tiempo con James Potter no era la opción más inteligente.

Pero no es como si tuviera una puta lista para elegir ¿cierto? A veces, ser una persona tan arisca tenía sus desventajas y Regulus podía contar con los dedos de una sola mano las personas con las que podría pasar el tiempo a gusto. Cuando lo vio a metros de distancia, con su playera blanca y camisa a cuadros oscura, pensó que quizás se lo estaba imaginando (una mala broma de su propia mente) o que tal vez estaba ahí por Remus. No esperaba, realmente, que Regulus fuera el motivo.

No estaba contento con verlo, ya tenía suficiente con tenerlo rondando su mente como método de tormento propio. Un recordatorio de sus malas acciones y las consecuencias que tenía cuando perdía el control. James solo le provocaba una extraña sensación de incomodidad, un grito interno de hacer todo lo posible por mantenerlo alejado y, sin embargo, ignorando todo lo racional que podía ser, deja que se acomoda a su lado con total naturalidad.

Por varios segundos siente pena por sí mismo y seguramente no querrá verse al espejo al día siguiente por lo humillante que es aceptar pasar tiempo con alguien que no soporta porque se siente un poco sólo. La soledad nunca fue algo de lo que Regulus huía, la abrazaba como una vieja amiga y la apreciaba tanto hasta el punto de buscarla por comodidad propia.

Pero era un viernes por la noche, un próximo y aburrido fin de semana, así que sin saber exactamente el por qué, extendió su cajetilla como si se tratara de un acto de caridad.

Si James Potter sufrió algún tipo de sorpresa por su decisión, no lo demostró y no sabía si eso era bueno o malo. Regulus no pudo evitar compararlo con un cachorro enorme de ojos grandes, podía jurar que en algún momento le crecería una cola y la movería de un lado a otro, sus iris marrones brillaban mientras miraba su mano como si se tratara de una pelota mordible lo que guardaba en ella.

—¿Encendedor? —preguntó en tono entusiasta.

Regulus entornó los ojos pero buscó en su otro bolsillo. James quiso tomarlo pero no lo dejó, en su lugar prendió fuego al cigarro que ya estaba en la boca del contrario, quien se quedó quieto al verlo actuar, seguido lo guardó nuevamente y se alejó lo máximo posible del joven luchador. No le dio otra mirada, Regulus observó la farola a unos metros como si fuera la cosa más interesante del mundo.

No hablaría ni mucho menos comenzaría la conversación, de todos modos, fue Potter quien apareció ahí ¿no? Regulus no tenía nada que decirle, al menos nada bueno o amable.

Tal vez, James si esté un poco mal de la cabeza y no es capaz de entender que su poca tolerancia hacia él es verdadera y que todo lo que alguna vez le dijo es cierto y no solo un impulso del alcohol.

Ultraviolence | Jegulus |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora