Tregua

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Goody admiraba las armas en la sala de entrenamiento, pasaba los dedos delicadamente por las hojas y los mangos comprobando su filo. No solía practicar ni ejercitar, al menos no como lo hacían convencionalmente los cazadores.

Estaba examinando un conjunto de dagas cuando escuchó unos pasos acercarse; sonrió de lado reconociendo las pisadas que antes eran expertas y silenciosas. Suponía que no venía sola así que calculó el tiempo exacto para que, cuando la puerta se abriera y permitiera a aquellas personas ver la sala, las dagas se clavaran todas en el centro de la diana.

- Wow - murmuraron a su espalda y tuvo que girar su cabeza para observar los dos cuerpos de las recién llegadas, la segunda tan misteriosa como siempre - Eso fue asombroso -

- Gracias, Enid - respondió con una sonrisa amable antes de encaminarse a la pared y retirar las dagas una por una - ¿Vienen a estirar los músculos? - preguntó como quien no quiere la cosa.

- No realmente, queremos hablar contigo - Goody aparentó sorpresa.

- ¿En serio? ¿Después de que te até a un árbol y casi te atravieso el pecho con una espada? - preguntó llevando una mano a su boca, conmovida.

- Sabemos que no lo hiciste con malas intenciones -

- No hay pruebas, lo negaré todo - hizo un ademán con la mano para quitarle importancia al asunto

- No es necesario que sigamos fingiendo - interrumpió Merlina, hablando por primera vez desde su llegada.

- ¿No? Eso si es interesante - la peli-blanca lanzó una daga hacia arriba y la atrapó por el mango luego de que diera unas vueltas -¿Por qué? - preguntó, un brillo peligroso iluminó sus ojos.

- Bueno la verdad es que creemos que tu sabes cosas y nos gustaría... - empezó a responder Enid.

- No, espera - la interrumpió levantando su pálida mano - Quiero que ella lo diga - anunció llevando su mirada a la peli-negra - Solo así les creeré -

Merlina intentó simular indiferencia, sin embargo, Enid pudo notar como el músculo de su mandíbula se tensaba.

- No tienes que decirlo si no estás lista - apaciguó la rubia, podía ser muy pronto para dar un paso de esa magnitud.

- Esa es la cosa - habló Goody volviendo a lanzar la daga - Si no está lista - la atrapó - No me sirve -

La joven Sinclair se lamentó por lo bajo y volvió la vista a su compañera, no podía obligarla; suspiró derrotada.

- Entonces creo que no... -

- Lo diré - la menor de todas dio un paso al frente, su oscura mirada fija en los ojos azul, casi blancos, frente a ella - Yo, Merlina Addams quiero tu ayuda - la sonrisa de Goody se amplio.

- Continúa -

- ... - un corto silencio se adueñó de la sala - Aunque eso implique trabajar con... - dudó unos segundos - Monstruos - finalizó, ajena a la mueca de su más cercana colega.

- Esa fue una buena, repitelo - pidió la peli-blanca con una sonrisita infantil.

- Lo dije una vez, no lo haré de nuevo - aseguró la peli-negra con una mirada desafiante.

- ¿Entonces qué es esto? - contra todo pronóstico, Goody llevó la mano izquierda a su bolsillo y sacó su celular, un toque con su pulgar y en el aire sonaron las últimas palabras dichas por la heredera

"Aunque eso implique trabajar con... Monstruos"

- Fue algo despectivo, pero supongo que es suficiente - dijo victoriosa.

Sombras Entrelazadas (Wenclair) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora