𝕊𝕠𝕦𝕝𝕞𝕒𝕥𝕖𝕤 | Leo San Juan ☆

• CAPÍTULO 1 •

...Catalina, una niña prácticamente normal, y feliz con sus dos abuelos, con muchos amigos...Eso era, hasta que un día cambió. Veía o oía cosas que los demás no, sueños horribles, sabía cosas que no era posible que ella supiera, y visiones, diferente es lo que era ahora. Los
demás ahora la trataban y miraban diferente, incluso uno de sus mejores amigos, Nando.
Comenzó a odiar se, odiaba ser así, se distanció de todos, ya no era feliz...Hasta que alguien cambió eso, alguien que le recordó que no todos eran como los que la trataban mal, que había personas que no les importaba eso que la hacía distinta, que podía confiar sin ser lastimada, alguien que la amaría, defendería, honra ría, como ella se lo merecía, ese fue...

Hace tres años.
Casa de Catalina.

¡Catalina! - corrió hasta ponerse frente a ella - al fin te encuentro.

- Leo...¿Qué haces aquí?. 

- Tus abuelos me dijeron que has estado muy triste estos días, están preocupados, - hizo una pausa - y yo también.

- ¿Tú...te preocupas por mi? - bajo la mirada.

- ¿En serio me preguntas eso? - la miro extrañado - Claro que si, eres una persona muy importante para mi, bueno para todos - se puso nervioso.

- Pensé...que como tu hermano ya no quería ser mi amigo o los otros niños, tu tampoco querías - siguió hablando sin mirar lo.

- Qué tontería, yo jamás haría eso - frunció el ceño - los otros niños y Nando son unos tontos, no les hagas caso.

- ¿Por que...por que no te alejas como los demás?.

- Por, por, porque tu me haces feliz.

- ¿Que...? - por fin lo miro.

- Si, y así como tu me haces feliz quiero hacerte feliz a ti, tal vez yo soy un perdedor o un miedoso...pero yo no voy a lastimarte, - hablo seguro - no me importan los demás, yo te quiero a ti Catalina.

- ¿Tú me quieres? - pensó un momento - ¿Leo, tu crees que las cosas que digo son mentiras como dicen los demas?.

- No, yo se que lo que dices es verdad, yo te creo Catalina, y para que veas que lo que te digo es verdad - sacó de su bolsillo, lo que parecía ser un anillo, hecho de paja y se arrodillo - ¿¡Quie..quie...quieres casarte con..con..conmigo!?.

Leo estaba tan nervioso, que hablo tan fuerte que todos en la casa los escucharon, incluso los abuelos de ambos, que estaban escondidos espían do los. Catalina estaba sin palabras, Leo el niño más dulce que había conocido le estaba pidiendo matrimonio, a ella.

- ¡Ca..Catalina Hernandez, por favor permite me a pe..pe..pesar de ser un per..perdedor ser tu espo..esposo, yo no so..solo te quiero, yo te..te..te amo, y..y te amaré incluso después de que muera! - la miro nervioso, esperando su respuesta.

- Leo...¿Sabes que casarse en un gran paso entre dos personas, no? - el asintió - antes de contestarte, quiero que me respondas unas cosas - se agacho, y lo miro seria.

- ¿Que cosas...?.

- ¿Tú me amaras a pesar de que la gente diga que soy una mentirosa?.

- Si.

- ¿A pesar del que mundo te diga que estas loco por creer me y quererme?.

- Si.

- ¿Me amaras aun que envejezca, convirtiendo me en una vieja cascarabia, y deje de ser bonita?.

- Tú siempre será bonita...pero si.

- ¿Me amaras... - le sonrió - incluso aunque mueras?.

- Si.

- Bien - le tomo de las brazos y le hizo pararse - aun somos muy niños para casarnos, - el se desánimo - pero si puedo hacer esto, yo Catalina Hernandez te prometo que cuando seamos grandes, me casaré contigo Leo San Juan.

- ¡Yo igual prom..prometo casarme contigo Catalina!.

Sus abuelos al ver la escena se pusieron muy felices, incluso empezaron a planear la boda de ellos. Catalina a partir de ese momento recupero su luz, ahora sabía que sin importar que, tendría siempre a Leo y el la tendría a ella, a partir de ahí se enamoro completamente de él.

Un amor tan inocente que nació de la amistad de dos pequeños, uno que era rechazado por los demás sin razón, la otra por simplementeser diferente. Un amor que crecería junto a ellos, que pasaría por malos como buenos momentos, pero que jamás desaparece ría, más bien se haría más fuerte.