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Las dos la guiaron hasta una habitación, al entrar vio a Leo acostado en una cama aún dormido.
- ¡Leo! - intento correr hacia el sin embargo tropezó.
- ¡Cuidado niña! - las dos se acercaron para ayudar la.
- Si haces algo así luego de la caída que tuviste, claro que te vas a caer, ¿No eres muy inteligente verdad? - Ella miro mal a la niña.
- ¡Kika! - la regaño - mejor ve a traer me el pan de la cocina.
- Si mamá - refunfuño.
- Es una niña algo particular, ¿No?.
- Disculpa la - la miro apenada - mejor ven - la ayudo a llegar con Leo.
- ¿El va a estar bien? - con cuidado toco las vendas que tenia.
- Si, no te preocupes - sonrió enternecida al ver la - ¿Es muy importante para ti?.
- Por su puesto - dijo segura.
- ¿Lo quieres mucho, verdad?.
- Si, claro que lo quiero - contestó sin pensar.
Cuando se dio cuenta de la pregunta y la mirada que le daba la mujer, se sonrojo y se puso nerviosa.
- Bu..bueno, o sea, e..es que... - se avergonzó.
- Tranquila, entiendo ese sentimiento - le sonrió calidamente.
- ¡Ya volví! - hizo que las dos brincaran en su lugar.
- Kika ya te dije que no entres asi.
- Mamá... - se despertó llamando la atención de todas.
- ¡Si despertaste! - se lanzó sobre el abrazando lo - Que bueno, me preocupe mucho.
- ¿Catalina...? - hablo con dificultad - no respiro.
- ¡Lo siento! - lo soltó un poco.
Aun estaba algo confundido del golpe, en la caída la había protegido para que recibiera todo el golpe. A los segundos recordó lo que había pasado y se dio cuenta de su alrededor.
- ¿Esta bien? - se separo para revisar la.
- Si lo estoy, ¿Que hay de ti? - lo miro preocupada - ¿Te duele algo? - lo tomo de la cara.
- Estoy bien - puso sus manos sobre las suyas y le sonrió.
- Si se besan, vomito - hizo una mueca.
Se habían olvidado que no estaban solos, se separaron rápido avergonzados.
