05

203 32 8
                                        


≫━━━✧♡✧━━━≪

Vale lloraba en el hombro de Catalina, desconsolada por perder a su padre nuevamente, ella trataba de consolar a su amiga lo más que podía en esta situación.

Ellos también estaban muy afectados, le habían dicho que la ayudarían con su padre y al final no pudieron hacer nada.

» Odio esto « Se mordió el labio, tratando de no llorar también.

Leo se dio cuenta de esto, tomó su mano para tratar de ayudar.

El hombre alejó a Vale de ella, reteniendo la.

– ¿Que debemos hacer? – se pudo delante de la morena.

El les señaló con la cabeza el altar, caminaron hacia el.

Se detuvieron por un fuerte estruendo, eran los demás de su equipo, estaban aquí, la alegría invadió sus rostros.

Con el apoyo de sus amigos, acorralaron al que tenía a Vale.

– Ni un paso más, no saben de lo que soy capaz.

Levantó su mano, que tenia un raro brillo.

– Terminen con todo esto – planeaba lastimar a su amiga.

Leo y Catalina se miraron de reojo, pensando lo mismo, asintieron.

– Alto – Leo detuvo a los demás – Háganse para atrás.

– Es a nosotros quien quiere.

Sus amigos trataron de detenerlos, no sabían lo que les pasaría a ellos si los dejaban ir, más los dos ya habían tomado una decisión.

No dejarían que nadie salga más herido por ellos.

Se subieron a la parte de la mano gigante del altar, se desmayaron por la extraña mano brillosa del hombre.

– Oh, señor estoy aquí, ¡Guardián del portal!

Los cuerpos inconscientes de los dos jóvenes flotaban en el aire con una luz rodeandolos.

– ¡Levanta la de este sueño! ¡Devuelve la a la vida! ¡Haz que regrese a este mundo terrenal!

Otro luz verde alumbró el cuerpo tapado, mientras que los cuerpos de los dos jóvenes salieron una piedra y dos esmeraldas.

El cuerpo misterioso se elevo, la sabana que la cubría se cayó dejando ver a una joven hermosa, esta descendencio donde su amado.

– Amor mío, haz vuelto.

– Esposo mío.

Se abrazaron, reencontrandose después de tanto tiempo, sería una escena linda de ver si no fuera por el contexto de la situación en la que estaban.

– Lo hiciste, cumpliste tu palabra.

– Ya no estaré sólo – beso su mano con delicadeza.

– Nunca has estado sólo.

– Te extrañaba tanto, no me separare de ti jamas.

– Mi vida ya termino — cerró los ojos por unos segundos.

– ¿De que hablas?, podemos estar juntos, realizar nuestros sueños, amarnos — hizo una mueca ante lo dicho por ella.

– Y yo siempre soñé con eso, fuiste el hombre que ame – acaricio su rostro con sincero amor.

– Pero estas viva.

La mujer observo a su alrededor, todo lo que esto había provocado, las pérdidas, las personas lastimadas, y esas dos jóvenes almas que se perderían si ella se quedaba.

𝕊𝕠𝕦𝕝𝕞𝕒𝕥𝕖𝕤 | Leo San Juan ☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora