𝕊𝕠𝕦𝕝𝕞𝕒𝕥𝕖𝕤 | Leo San Juan ☆

02

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– Lo que pasa es que son bien distraídos, el Alebrije piensa en comer, Teodora es una vanidosa – se quejaba Leo.

Ya llevaban unos minutos caminando sin problemas.

– Si, ella tiene su personalidad – agrego.

– Y Don Andrés es un gruñón.

– Mi papá también es bien gruñón.

Se alarmaron al escuchar un ruido, eran las momias nuevamente, avanzaban hacia ellos, retrocedieron lentamente.

– No se muevan – ordenó.

– Tu no te muevas – le contradijo.

– ¿Nos movemos o no?

– No caminen.

– Tu no camines.

– Decidan se de una vez – hablo ya harta de ellos.

No se daban cuenta que estaban quedando se sin camino, una momia trato de alcanzar a Leo, el se alejo,  quedando tambaleándose en el borde.

– No huyan.

Para no caer se agarro de la mano de Catalina, tirando la atras con el y ella sujeto a Luis de su capa trayendo lo con ellos hacia una caída.

Cayeron sobre un carruaje que comenzó a moverse cuando una momia cayó sobre los caballos.

– ¡Abajo! – empujo a Leo.

– Para ser caza fantasmas, son un poco miedosos, eh.

– ¿Miedoso yo?, Ni que fuera niña.

– ¡Leonardo San Juan!.

El pego un grito al oír la, alejándose de ella, por esto un letrero lo golpeo, tuvo suerte de agarrar se del carruaje antes de caer el piso.

– ¡Toma mi mano, te ayudare a subir!

– ¡Atenta! – la hizo girar.

Había una momia frente a ellos, se pusieron en posición para defender se.

– ¡Abajo de nuevo! – se agacha ron.

Otro cartel tiro del carruaje a la momia. Vieron que se iban hacia a un tunel con dos caminos, los dos se bajaron a la parte del conductor.

– ¡Guía el camino! – le dio a ella las riendas de los caballos.

Luis libero a uno de los animales. Al salir del túnel, el carruaje se soltó del otro caballo. Ahora se dirigían afuera del camino, al precipicio.

– ¡Gira!

– ¡¿Con que?!

Por el choque, salieron disparados de la carroza, descendieron sobre un tejado, se movieron rápido de ahí para evitar que los restos de la carroza les cayera encima, quedaron colgados de una farola por unos segundos antes de seguir cayendo sobre un tablón.

– ¡¿Que hacen!?.

– ¡Jugando un juego de ajedrez! – grito con sarcasmo – ¿¡Que puedo estar haciendo mientras caemos hacia una muerte segura!?.

Al tocar el suelo, el tablón se deslizaba con rapidez, con ellos arriba de el. Entraron por un túnel de desagüe, al salir, se dieron de cara contra el piso, a excepción de Catalina que Leo la abrazo para cubrir la.

– ¿Estas bien? – la reviso con la vista buscando alguna herida.

– Eso creo – levanto la cabeza– gracias.

Se levantaron con dificultad, los tres estaban adoloridos y cansados.

– ¿Oye, tu cabello crecio? – señaló.

– ¿Tienes el cabello largo Luis?

Oculto su cabello – Las momias nunca nos atacaron, ¿Se fijaron? – cambio de tema.

– Cómo la señora que reconoció a su esposo – recordó.

– Solo se nos acercan, pero en ningún momento tratan de lastimar nos.

– ¿Y si no son malas?.

– Si no son malas, ¿Quién tiene a Xochitl?

– Desde que revivieron, las momias a sus trabajos, a sus hogares con sus seres queridos, algo alteró el ciclo de la vida y la muerte – comento Luis.

– El orden natural de la cosas se a roto – agregó Cata.

– Los muertos no pertenecen al mundo de los vivos, las momias, la explosión, Xochitl, todo esta relacionado a la mina.

– Mi tío puede ayudar nos, el estaba en la mina el día de la explosión, el día que volvieron los muertos.

Se giro hacia ellos, notando las mirada que le daba Leo y como ponía su mano en su hombro con lastima. Catalina lo miraba sin entender que hacía.

– Mi tío esta vivo – quito su mano – Se que esta vivo.

– Lo está – aseguró, confundiendo los.

– ¿Tú me crees?

– No solo te creo, se que es así, de cierta forma.

– ¿Cómo lo sabes? ¿Y a que te refieres de cierta forma? –pregunto con dudas.

– No lo se, pero si se de alguna forma que el esta vivo, además hasta ver un cuerpo está vivo – camino dejando los atrás – ¿Vienen o no?.

– Bueno, al menos es un consuelo saber que ella sí me cree.

– No es solo eso, ella es capaz de saber estas cosas.

– ¿Que quieres decir?.

– Catalina tiene como un tipo de talento, así que si ella lo dice, te aseguro que puedes confiar en ella.

– ¡Ustedes déjense de estar de chismosos y caminen rápido!

Los dos la siguieron, a partir de ahora tendrían que ser un equipo.

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