17. Ojalá te pudieses ver con los ojos con los que te veo yo.

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VIC:

- ¿Cuándo piensas decírselo?

- Mike, cállate de una vez, cada vez que hablo contigo me entra dolor de cabeza. No es tan sencillo, ¿vale?

- ¿Necesitas ayuda?

- ¿Qué? ¡No! Ni se te ocurra hacer nada. - Se cruzó de brazos y se hundió un poco en el asiento del coche, este enano sí que empezaba a darme dolores de cabeza. - Hoy lo intentaré. - Dije después de una pausa. 

- Menos mal, pensé que no tenías un buen par de-

- Vale, para. Solo necesito un poco de tiempo.

- ¿Más? Llevas toda tu vida esperando a ser feliz, ya es hora. - Negué con la cabeza ante el dramatismo innecesario de las palabras de Mike y empecé a pensar en lo que le diría a Kellin. 

A decir verdad tenía miedo. No quería estropear las cosas, no quería que me dijese que no siente lo mismo, no quiero que me acepte cuando en realidad no siente nada, no quiero hacerme ilusiones y tampoco quiero volver a sufrir por amor, algo que creía que ya había perdido. Me había prometido no volver a dejar mi corazón en las manos de nadie, y sin embargo aquí estoy, queriendo ceder mi corazón a alguien que quizás no lo pueda sostener. ¿Y si por mis tonterías termino por estropear nuestra extraña amistad?

Cuando llegamos al instituto la campana ya había sonado y solo quedaban unos pocos rezagados que caminaban sin mucho ánimo hacia la primera clase del día. Claro que podríamos haber llegado mucho antes, pero esta mañana tuve que ser arrastrado literalmente fuera de la cama por mi hermano, no sabía de dónde sacar las fuerzas para enfrentar el nuevo día, pero ahora que estaba aquí, no podía esperar a que la mañana continuase. 

No sabía qué clase me tocaba así que miré en el gran tablón y poco después subí las escaleras hasta la clase número 12. Alex estaba en el sitio de siempre, bostezando y con cara de no haber dormido, y a su lado mi lugar esperándome.

- Vaya, parece que no soy el único que ha tenido una mala noche, ¿y esa cara? - Me senté y empecé a sacar las cosas.

- ¿Mala? No, es que Jack se ha pasado la noche envuelto en sus dudas existenciales y claro, tengo que ser un buen novio y estar ahí aunque me quede sin dormir.

- Creo que hasta ahora no lo había dicho, pero hacen una pareja muy bonita.

- Gracias. - Dijo con una gran sonrisa. - ¿Y qué hay de ti? ¿Alguien que te guste? - Aparté la mirada y reí un poco por lo bajo.

- Oh, dios... ¡Es verdad!

- Bueno... puede.

- ¡Cuéntamelo todo, yo te ayudo en lo que haga falta! - En ese momento el profesor entró en la clase y todos se quedaron en silencio, y justo cuando creía que ya me había librado de la charla, Alex me escribió algo en una hoja y me la puso delante. "Después no te escapas, lo quiero saber todo" se podía leer en el trozo de hoja que había arrancado sin piedad de su libreta el chico que ahora mismo me lanzaba una sonrisa malvada.

Apenas pude prestar atención a la clase, en mi mente barajaba todo tipo de posibilidades y organizaba con cuidado las palabras que le diría, aunque no creo que lo estuviese haciendo demasiado bien porque desechaba una idea detrás de otra. Saqué el colgante que escondía siempre bajo mi camiseta, un anillo con tres círculos grabados que colgaba de una cadena, y empecé a jugar con él, las clases de lengua son aburridas cuando te pasas una semana entera con un mismo texto expositivo argumentativo que hemos leído y releído hasta la saciedad y donde hemos analizado hasta las comas y los puntos.

Cuando a media mañana la campana que anuncia el inicio del recreo sonó, Alex y yo salimos juntos hasta el parque donde siempre nos encontrábamos con los demás, y por el camino alguien saltó encima de Alex, casi tirándolo al suelo y abrazándole por detrás. 

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⏰ Última actualización: Jul 08, 2015 ⏰

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Forever and Always (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora