Forever and Always (Kellic)

7. Soñar no cuesta nada.

KELLIN: 

Volví unas horas después a la Tierra, donde un nuevo día acababa de empezar. Lo primero que quería hacer era disculparme con Vic, ¿cómo se me ocurre besar a un completo desconocido así? Seguramente estaría molesto conmigo o quizás enfadado, aunque no le culpo, yo también me hubiese sentido incómodo estando en su lugar. Es por eso que no me sorprendí al llegar a la habitación de Jack y no encontrarlo, tampoco sabía por qué pensé que estaría ahí. ¿Y si se había cansado de mí y no quería volver a verme? Intenté apartar los malos pensamientos de mí y decidí esperar a que Jack se despertara y se preparase para ir al instituto. Me senté en el suelo y observé absorto sus movimientos mientras me perdía en mi pequeño mundo de recuerdos. Lo recordé todo, desde la primera vez que vi a Vic con su actitud de gruñón hasta las horas anteriores a este momento, cuando abrí los ojos y lo vi observándome con ojos de admiración y una expresión de duda en su cara. Recordé los abrazos que me había dado, y eso que sentí dentro de mí. También recordé cuando lloré delante de él y cómo terminó llorando conmigo, la primera vez que me llamó "muñeca de porcelana", todas las discusiones en las que nos terminábamos riendo, el día en el parque con el gato y hasta la primera sonrisa que me dedicó, y aunque todo había pasado tan solo unos días atrás, sentí nostalgia. Miré a mi lado el lugar donde Vic se hubiese sentado de haber estado aquí, y de pronto sentí miedo, miedo de la soledad que me había acompañado durante toda mi vida y que desapareció cuando vi por primera vez sus majestuosas alas negras. Sé lo estúpido que debían sonar mis palabras para una persona que no hubiese estado en mi lugar, porque realmente no llevaba ni una semana a su lado, pero cuando te pasas toda tu vida sin nadie al que le importes y de pronto aparece de la nada alguien como él que aunque de una forma extraña se preocupa, todo lo que haces es aferrarte a eso. Aunque siempre me engañé a mí mismo, sé que a nadie le gusta estar solo, todos necesitamos sentirnos queridos y sentir que nuestra existencia no es un simple error. Y ahora me daba cuenta de que probablemente le había pedido más afecto del que podía darme. No sé aún qué me impulso a besarle, quizás tan solo quería sentir nuevamente en mi interior esa sensación tan maravillosa. Esperé sentir lo mismo que con uno de sus abrazos, pero cuando él me correspondió, esa sensación se multiplicó por mil. Mentiría si dijera que no quiero volver a sentir eso otra vez, pero no quiero cometer más errores, quiero disculparme y mantenerlo a mi lado tanto tiempo como pueda. Cuando me quise dar cuenta Jack ya estaba saliendo por la puerta, y yo me apresuré a alcanzarle. Esperó en la parada por el transporte, y como el primer día, vi a Vic acompañando a Alex.

- Hola. - Le saludé sin siquiera mirarle a la cara por miedo a su reacción.

- Hola. - Me contestó tras un bostezo, y entonces levanté la vista. - Lo siento, no he pegado ojo. - Parecía muy cansado, ¿y si no había dormido por culpa mía? Quería disculparme, pero el ambiente parecía tan normal que no quería estropearlo. Aunque pensándolo... ¿estaría bien el disculparme por algo de lo que realmente no me arrepiento? Vic parecía no haberle dado importancia al asunto y haberlo olvidado, así que yo haría lo mismo. 

- ¿Cuál es el plan para hoy?

- No lo sé, estoy demasiado cansado como para pensar.

- Está bien, supongo que podemos seguir intentándolo mañana. - Aunque hoy no íbamos a hacer nada y no teníamos ninguna razón para quedarnos, ninguno dijo nada, y pronto llegamos al instituto, donde al igual que otras veces, nos sentamos en las mesas del fondo en la clase de Jack.

Yo también estaba bastante cansado, no había dormido nada porque no paraba de reproducir la misma escena en mi cabeza, y con un brazo de apoyo para mi cabeza, los ojos se me empezaron a cerrar. Todo estaba en silencio, a excepción del profesor que hablaba de una forma calmada sobre algunos personajes importantes en la historia, pero cuando parecía que por fin iba a sucumbir ante el sueño una voz pareció traerme de vuelta a la realidad. Miré a mi lado, donde Vic dormía con la cabeza apoyada en la mesa y los brazos extendidos. Parecía hablar en sueños, y lleno de curiosidad me acerqué un poco a él, sorprendiéndome cuando lo único que pude escuchar fue mi nombre. ¿Estaba soñando conmigo? Quería saber más, pero ¿cómo? De pronto se me ocurrió que si podía ver y controlar los sueños de los humanos, ¿por qué no el de otros ángeles? Con un poco de esperanza dentro de mí le tomé del brazo con cuidado de no despertarle y cerré los ojos intentando concentrarme. Como fragmentos de una película incompleta su sueño apareció ante mí, parecían ser recuerdos, y lo primero que vi debía ser de hacía mucho tiempo, porque él y Alex estaban juntos, besándose. No quería seguir mirando la escena, por alguna razón me hacía sentir triste, pero de pronto apareció otro recuerdo, uno en el que Vic estaba hablando con otro ángel vestido completamente de negro y con ropa de cuero. Sus alas eran negras al igual que las de Vic, tenía una piel muy pálida que hacía que resaltase el color de sus claros ojos azules, los cuales había pintado con maquillaje, y sin duda lo que más destacaba era su larga melena negra y alborotada.