11. Polos opuestos.

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JACK:

Alex y yo entramos corriendo por las puertas del instituto, habían pasado ya unos días desde que llegó hasta nuestra ciudad el mal tiempo y la lluvia, y no tenía pinta que querer parar pronto. Sequé un poco con la manga de la sudadera el archivador que llevaba en la mano y que había usado para taparme un poco la cabeza, al fin y al cabo ahí solo había papeles rellenos de cosas que realmente no me importaban, y no había modo de que me fuese a mojar el pelo después de haber estado diez minutos peleando contra él para que se viese presentable. Mi pelo ahora estaba seco, pero toda mi ropa estaba mojada y eso hacía que tuviese frío, menuda forma de empezar el día, solo me faltaba pillarme un resfriado.

- ¿Qué te toca? - Me preguntó Alex mientras mirábamos en el gran tablón la asignatura que tendría a primera hora. Recorrí con la mirada todo los cursos hasta dar con el mío; Primero C.

- Latín con Frank, aula 11.

- A mí me toca a primera hora Historia del Arte con Gerard, en la 13. 

- Bien, ya que estamos en el mismo pasillo pasaré por tu clase en el cambio.

- Te estaré esperando. Por cierto, ¿te has enterado de que van a venir dos nuevos? - Dijo mientras subíamos juntos las escaleras. Aún faltaban algunos minutos para que empezaran las clases y todo estaba más tranquilo de lo habitual, agradecía que nos dejaran pasar antes para no congelarnos de frío bajo la lluvia.

- Qué raro, ¿por qué iba a entrar alguien a mitad de curso?

- No lo sé, quizás se hayan mudado o algo por el estilo. - Ya habíamos llegado al aula 11, pero él parecía que esperaría conmigo hasta que sonase el timbre.

- ¿Son de primero o de segundo? 

- La verdad es que no lo sé Jack, pero se supone que empiezan hoy, así que ya lo descubriremos. - Alex tenía ya 17 años mientras que yo aún tenía 16, así que él estaba en segundo, lo que me resultaba fastidioso. Soy una persona algo callada y que solo se dedica a observar, y aunque la verdad es que soy muy sociable, aquí no tengo amigos. No es porque no pueda hacer amigos, simplemente todo lo que ven mis ojos son idiotas, y jamás se me pasaría por la cabeza intervenir en sus conversaciones, simplemente no tengo los mismos gustos que las personas de por aquí, y sus personalidades son muy diferentes con respecto a la mía. Es por eso que soy el chico "marginado" de la clase, el que se sienta al final y no suelta palabra. Sin embargo, aunque me diga a mí mismo que no hace falta tener a nadie a mi lado y que estoy bien solo, a veces extrañaba tener alguien con quién hablar y con quién compartir todas esas ideas locas que se me pasaban por la cabeza estando en clase. La campana me sacó de pronto de mis pensamientos, ya era hora de empezar esto a lo que yo llamaba infierno, lo único que me ayudaba a mantenerme cuerdo en este lugar que más que un instituto parecía una prisión, era Alex, y desgraciadamente ya se tenía que ir.

- Te veo después, que te vaya bien el día.

- Uy, sí, como tengo asignaturas tan interesantes. - Dijo con una pequeña risita. - Que te vaya bien a ti también Jackie. - Me dio un beso en la mejilla y vi cómo se alejaba por el pasillo hasta el aula 13. Si había algo que me gustaba de este sitio era que cada uno iba a lo suyo y no les importaba ver a dos chicos más cariñosos de lo normal en los pasillos.

Fui uno de los primeros en entrar, y como siempre me dirigí con aire pesado a uno de los asientos del fondo. Después de sentarme me puse a sacar el libro, el estuche, y me dediqué a comprobar si las hojas del archivador estaban en buen estado. Me maldije cuando encontré el dibujo que había hecho Alex de Jack, el personaje de "Nightmare Before Christmas", pero por suerte no se había mojado, lo más preciado que tenía ahí guardado era ese dibujo, todo lo demás no me importaba demasiado. No es que no me importase estudiar, el problema era que todavía no había decidido qué quería hacer, tengo solo 16 años, ¿cómo quieren que decida de un día para otro el oficio que quiero ejercer por el resto de mi vida? Lo que más me daba miedo era terminar trabajando en algo que odiase, pero cuando Alex terminó la ESO y empezó a estudiar Bachillerato, no me lo pensé dos veces y yo también quise estudiar lo mismo, total, así podría estudiar algo mientras me tomaba más tiempo para pensar y encima podría tener a Alex cerca, eran todo ventajas.

Forever and Always (Kellic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora