Capítulo 7: Queremos la Champions

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Alex:

La señora Estévez me llamó para que la llevara a ver a su hermana, estaba discutiendo con Clara cuando entré en la sala. Esta noche vienen sus amigas a la casa y tengo que trabajar hasta tarde, pero por ver esa sonrisa cuando le dije que iba hermosa trabajo sin descanso.

Cada vez me noto más cercano a Clara, sin embargo a su madre la noto más distante. Empezaría a sentir miedo por perder mi puesto de trabajo si no fuera porque no he hecho nada mal.

-Señora ya hemos llegado.- dije nada más aparcar

-Primero quiero hablar contigo.- mierda me va a despedir.-¿A ti Clara te parece una chica hermosa, no?

La pregunta me pilló desprevenido.-Emm s-si señora, tiene una hija muy linda.-

-¿Y te gusta, verdad?

-B-Bueno no le voy a negar que tiene todo lo que busco en una mujer...p-pero es mi jefa, sé que es algo imposible.-

-Así me gusta Alex, que lo tengas claro.

-¿Perdone?

-Pues que no quiero que te acerques a mi hija en ese sentido, no seas tan amigable con ella. Diego no tardará en volver y no quiero que se estropee su relación entre ellos por una  tontería. Así que guarda tus encantos para alguien de tu clase social.

-Entendido señora.

Ella me dió un billete como propina o soborno para que no le cuente a Clara nuestra charla y bajó del coche, dejándome con la cabeza dando vueltas. Como si hubiéramos estado combatiendo en un ring y me acabara de asestar un golpe en todo el mentón, casi me deja KO.

Vuelvo a mi trabajo y a la preparación de la fiesta pero intentando evitar a Clara, no quiero problemas con Diego ni con la señora Estévez. 

La fiesta comienza y las amigas de Clara son tal y cómo me las imaginaba. Chicas con una vida de ensueño, hijas de papi cuya única preocupación es cuantos likes tiene su última publicación de Instagram. Cada vez que entro a la sala donde están se oye un pequeño murmuro. No sabría decir si eso es bueno o malo. 

También puedo notar como el nivel de alcohol en sangre de las chicas empieza a subir. Sobretodo porque ya puedo oír como hablan de mi sin disimulo. Según ellas soy más guapo que Diego y les caigo mejor. 

Alex 1-0 Diego en nuestro partido imaginario por el amor de Clara. Aunque claro, el espectador neutral siempre apoya al presumible equipo perdedor en cualquier partido. Él es el Manchester City, con un gran nivel y poder,  muchísimo dinero y encima buena prensa( su suegra le apoya). Siendo honestos el partido va 1-3, ya que tiene el gol del dinero, de la suegra y de ser el novio actual. Y yo pues... soy el Rayo Vallecano. Un equipito de barrio que nadie sabe ni siquiera como está compitiendo por la Champions(Clara). Tal vez no tenga el mejor juego ni sea el más rico ni poderoso, pero lucharé hasta el último segundo para aprovechar esta oportunidad que tengo.

Después de este soliloquio que demuestra que debería salir más a la calle y ver menos fútbol veo como Clara se levanta de su silla medio tambaleando y se acerca a mi.-Ya le he dicho a todo el mundo que puede retirarse a descansar, ya han venido a por las chicas y solo estoy terminándome la copa de vino.-

-¿Estás segura? No te veo bien.- le digo acompañándola a la silla de nuevo

-Sisi, solo me tomo esta copa y me voy a la cama, tú tranquilo.- se levanta y me besa la mejilla.- Buenas noches Alex.- Alex 2-3 Diego

-B-buenas noches jefa.- 

Estaba lavándome los dientes para ir a dormir cuando empiezo a oír pasos en el césped camino a la piscina. Cuando escucho el agua salpicar de forma extraña, salgo corriendo a ver que sucede. Bajo el agua se encontraba Clara, ahogada enredándose entre los tubos del limpiafondos en un intento inútil de salir del agua.

Sin pensarlo dos veces me tiro al agua a sacarla, consiguiendo tras mucho esfuerzo desenredarla. Mierda joder no respira, ha tenido que tragar mucha agua. Menos mal que hice el curso de socorrista y empiezo a realizarle compresiones en el pecho seguidas del boca a boca.

Tras una de esas maniobras veo como abre los ojos y me abraza con fuerza, no dejando que separa mis labios de los suyos, convirtiendo la escena en un beso de película. Alex 3-3 Diego. Golazo por la escuadra, hay partido. 

Me encontraba en las nubes, atesorando el sabor de sus labios hasta que se separó y me vomitó encima de la camiseta. Joder encima era blanca, y digo era porque no creo que estas manchas vayan a salir jamás. 

Tras la vomitona veo como se queda dormida en el césped, por lo menos ya sé que no está muerta, solamente borracha. La llevo en brazos a mi cabaña para tumbarla en mi cama mientras me ducho, mejor que descanse ahí que no en el césped. En el trayecto solo puedo pensar en si ese beso ha sido de verdad o producto de la borrachera.

Solo tengo una cosa clara, voy a luchar por lo que creo que puedo conseguir, quiero la Champions.

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora