Capítulo 29: El reencuentro

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Alex:

Han sido dos meses muy duros. Dos meses sin ver a mi Clara. Dos meses sin sentir su olor, sin despertar a su lado cada mañana, sin ver crecer a mis peques. Me he aislado del mundo, solamente salgo para ir a clases y poco más. Intenté seguir revisando las grabaciones del día del accidente del señor Estévez, pero me pongo a pensar en Clara y rompo a llorar.

Estaba seguro de que había encontrado al amor de mi vida, pero un error y una confusión me la ha quitado. ¿Debería haberle dicho la verdad y pedirle que se quedara conmigo? Puede, pero me daba mucho miedo perderla del todo a ella y a mis hijos.

Mamá Luz me llamó el otro día. Me dijo que Clara había estado en casa durmiendo, en mi cuarto precisamente. Me dijo también que estaba muy guapa y que vió a los peques moverse. Ojalá haber estado ahí. Me dejó claro que la vió que aún me quería, pero estaba muy dolida.

Son las diez de la mañana y ya me estoy poniendo mi segunda copa, sé que no está bien que haga esto pero es la única forma que veo de ocultar mi dolor. Me veo al espejo y no me reconozco. Jamás me he dejado tan descuidada la barba y lo de llevar dos meses sin ir al gym no ha ayudado mucho a mi físico.

Estoy inmerso en mis pensamientos cuando recibo una llamada. No pienso cogerla hasta que veo que quién me llama es Clara. Sin dudarlo lo cojo intentando disimular mi malestar.

-Hola Clara, ¿qué sucede?¿Están los niños bien?- Joder que rasgada me salió la voz.

-Sisi Alex, solo es que tengo revisión esta tarde en el ginecólogo y me gustaría saber si te gustaría venir.

-C-Claro claro. ¿A qué hora paso a por ti?

-A las cinco si no es molestia.

-Te recojo en tu casa.- Cuelgo y comienzo a dar saltos de felicidad.

Ahora me llega el otro problema. Fuera alcohol y tengo que ir decente joder. Llevas semanas sin poner una lavadora, no te quedan cuchillas de afeitar ni champú. Pues bueno, toca ir a comprar.

Tras poner la lavadora me voy de compras y para mi sorpresa me encuentro a Nuria allí. Intento evitarla hasta que nos cruzamos frente con frente.

-Alex cuanto tiempo sin verte.- Me abraza pero se aleja al instante. Vale huelo mal.

-S-si si desde ese día.

-Siento mucho lo que sucedió. He intentado hablar con ella.

-Tranquila la culpa es mía, yo fui quien la lió.

-Por cierto, ¿has seguido con la investigación?

-No pude... me recuerda mucho a Clara.

-Tienes que conseguirlo Alex. No queremos un asesino suelto y además trabaja con tu chica.

-Aún no sabemos que sea Diego... y no es mi chica recuerda.

-Ya verás como al final sí. Esa historia no puede acabar así.

-Ojalá tengas razón Nuria.

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Venga Alex es tu momento. Barba arreglada, check. Ducha totalmente necesaria, check. Ya no huelo a cadáver, check. Ropa limpia, check. Físico de antes, no check pero de eso ya nos ocuparemos. 

Es el momento, aviso a Clara que estoy en su puerta y los nervios me llegan. Creo que voy decentemente vestido, llevo una camisa blanca y unos vaqueros. Sé que a Clara le gusta ir siempre bien vestida y no quiero dar la nota.

Cuando la veo salir me quedo petrificado. Va con unos leggings de yoga y mi camiseta de "Jaque mate". ¿En serio se la ha quedado? En cuanto a su tripa ya es bastante grande, bajo del coche y la veo sonreír a la distancia pero en cuanto se acerca la va ocultando. Le abro la puerta y entra al coche con dificultad.

El camino a la clínica es muy frío, ninguno de los dos se atreve a decir nada, así que decido romper yo el hielo. -Me dijo Luz que estuviste en casa.

-S-si discutí con Francesco y pues el único sitio al que quería ir era ese.

-¿Estás con Francesco?

-Ya no. No llegó a nada más que un lío largo. No era bueno con los niños y yo necesito a un hombre que los quiera.- Se acaricia la tripa.

-¿Cómo va el embarazo?

-Cada vez más duro pero todo sea por los nenes.

-Si necesitas cualquier cosa me avisas.

-¿Y tú cómo vas con Nuria?

-No la he vuelto a ver desde ese día. Miento, la ví esta mañana en la compra.

-Clara...

-No quiero hablar de eso. No creo lo que digas.

Suspiro y llegamos a la clínica. Vamos subiendo por el ascensor cuando Clara me pilla.

-Alex...¿me estás mirando el culo? No me mientas.

-Es que esos leggings son de otro mundo.

-Increíble. No puedo gustarte estando como estoy.

-Tú me vas a gustar siempre.- El silencio se hizo entre nosotros hasta que la doctora nos hizo entrar.

La revisión seguía su ritmo, lloré al oír el latido de los bebés por primera vez y me sorprendí cuando la doctora le pregunto a Clara si la camiseta seguía haciendo efecto.

-¿Qué efecto se supone que hace?

-Los bebés están más activos cuando la lleva.

-Dicen que están activos cuando la madre está feliz.

-¿Todos habéis leído la misma revista o que? Joder todos me decís lo mismo. Y no, ya no hace efecto. Ya no huele a su padre.

-Así que por eso llevas mi camiseta.

-La llevo por los niños y porque es cómoda, no porque huela a ti.- Se me escapa una risa.

-¿Habéis decidido ya el nombre?

Nos miramos y hablamos a la vez, sorprendiéndonos de la respuesta de cada uno.

-Yo había pensado en Emma y Mateo.

-Así me gusta, que los papis estén de acuerdo.

Al salir la llevo de camino a su casa.- Si quieres una camiseta que huela a mi te dejo esta camisa.

-A los niños les gustará mucho oler a su papi.- Me fijo y veo una pierna sobresalir del vientre de Clara.- Ay por Dios mis peques.

-¿Quieres hablarles?

-Ahora cuando estemos en tu casa.

Entro a la habitación de Clara y recuerdo esos momentos en los que nos escondíamos aquí para no mostrar nuestra "relación" 

-Que gusto estar en casa.-  Clara se quita la camiseta y aparto la mirada - ¿En serio? Vamos a tener dos hijos y apartas la mirada por verme en sujetador.

-Pero cuando eso sucedió éramos pareja.

-Anda dame tu camiseta que me la ponga.- Me la quito de espaldas a ella y por un espejo veo como ligeramente se muerde el labio. Le doy mi camisa y se la pone sin atar los botones. 

-Tiene razón la doctora, se mueven más ahora.- Le acaricio la tripa y comienzo a hablar a la tripa mientras ella juega con mi pelo.

Miro por la ventana y veo que ya es de noche.- Debería irme a mi casa. A no ser que me dejes quedarme.

-Alex, esto también es duro para mí pero me hiciste mucho mucho daño.

-Pero si me dejaras explicarte...

-No, aún es muy pronto.

Me despedí y volví a casa. Triste por no haberme quedado pero pensando que estoy más cerca.


Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora