Capítulo 13: La fiesta

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Alex:

Cada día me es más complicado ver a Clara. No es que haya hecho algo malo, ni haya empezado a salir con otra persona. Es porque cada vez tengo más claro que me gusta. Con cada una de sus sonrisas me derrito, cuando me habla empiezo a balbucear, no me controlo cuando estoy a su lado.

Quiero lanzarme y ser valiente, pero cada vez que tengo la oportunidad vuelve a mi mente Claudia, esa noche horrible, las risas, los meses ingresado, las lágrimas de mis madres... no quiero volver ahí.

Hoy la tengo que llevar a una fiesta que organiza uno de sus mayores accionistas, estoy nervioso por lo que pueda suceder. ¿Y si conoce a un chico? No puedo competir contra alguien rico. Cuanto antes acepte que Clara y yo somos de dos mundos distintos antes seré feliz. Es algo imposible.

Me han hecho ponerme un esmoquin para hacer de chofer, esto es denigrante. No me arreglaba tanto desde la comunión de mi prima. Que molesta es la pajarita por Dios, que ganas de que se acabe este día ya. 

Estoy intentando deshacer el nudo de la pajarita cuando Clara aparece llevando un vestido rojo a juego con sus labios, elegante pero sexy tal y como es ella. En las orejas lleva unos pendientes que tienen pinta de ser más caros que la casa en la que crecí, otra prueba de que somos de dos mundos opuestos. Cuando levanta la vista y cruzamos miradas sonríe y se acerca, rompiendo el silencio entre ambos con el ruido de sus tacones sobre el frío suelo.

-Estás muy guapo Alex, aunque si te pusieras bien la pajarita estarías mejor.- sonriendo me arregla el nudo. Me estremezco al sentir el tacto de sus dedos sobre mi cuello desnudo. Por ella llevaría esta ropa tan incómoda todos los días.

-Solo he intentado estar a tu altura pero veo que me quedé corto.

-Tu siempre tan galán.- me da un beso en la mejilla dejándome la marca de su pintalabios. Subimos al coche y la llevo donde me ordena.- Cuando termines me avisas, iré a visitar a la familia de mientras.

-Perfecto Alex, nos vemos luego.

Clara:

La fiesta está yendo de maravilla. Estamos impresionando a los futuros inversores y consiguiendo nuevos tratos. Esto es mucho más sencillo cuando hay barra libre de champán, debería ir dejando de tomar no quiero emborracharme.

-Señorita Clara Estévez, un gusto verla.- Al oír esa voz detrás mía me estremezco, esperaba no tener que volver a oírla.

-Diego...¿qué haces aquí?

-Te recuerdo que sigo siendo una persona importante en tú empresa. Relájate un poco, solo vengo a hacer negocios.

-No me interesan tus negocios sucios, solo hablo de negocios con tu padre.

-Calma fierecilla. Siempre me encantó eso de ti, que  fueras tan pasional.

-Al grano porfavor, tengo cosas importantes que hacer.

-Como irte con tu pobretón, ¿no? Que bajo caíste.- Enfadada le lanzo lo que me quedaba de copa.

-Ni se te ocurra volver a hablar así de Alex. Es mucho más hombre y buena persona de lo que tú eres o serás jamás.

-Ay Clarita, ¿te enamoraste? Está contigo solo por interés. Cuando te exprima se irá a buscar otra sugar mommy.

-A él le interesa menos el dinero que a ti. No creas que todos son como tú.

-¿No te enseñó papá antes de morir que no te has de fiar de la gente?

Reacciono abriendo mi mano para darle una bofetada pero la para antes de que llegue a su cara. La está apretando y me hace bastante daño.

-¿Qué te crees idiota? No vuelvas a levantarme la mano en tu vida si no quieres ver como la empresa de papi se derrumba ante tus pies. Que pena que seas así... la verdad es que nos lo pasábamos muy bien.- Con su mano libre acaricia mi cara y en respuesta la aparto.

Riendo se aleja y salgo de la mansión llorando de la impotencia. Necesito hablar y solo sé de una persona que pueda consolarme ahora.

-Enseguida voy Clara. En 5 minutos me tienes ahí.

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora