Capítulo 19: La maldita rutina (y la maldita Nuria)

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Clara:

Alex y yo llevamos ya un par de meses viviendo solos y estamos adquiriendo unos hábitos de rutina como pareja. Lo primero que hacemos al despertarnos es besarnos y, como no, un mañanero para empezar con alegría. Después duchita, desayunamos y Alex me lleva a la oficina, yéndose él después a clases. Cuando termina me recoge del trabajo, vamos a casa, cocina y comemos y luego... nada. A partir de ahí soy libre para hacer lo que quiera, siempre que no haga mucho ruido ya que Alex está estudiando.

Adelantar trabajo, leer , videollamada con las chicas, tentar a mi chico hasta que al final deja de estudiar y me da mimos... últimamente con los ahorros que estamos consiguiendo (con mi sueldo de encargada de marketing de una internacional podemos vivir tranquilamente en esa casita) estoy decorando la casa y dejándola a mi gusto. Alex será un amor, pero decorando es horrible. Y la casa tenía pinta de película de terror cuando llegamos, menos mal que sé disimular.

Esta mañana me despierto y lo primero que hago es girarme para besar y despertar a Alex, pero en su lugar no hay nadie, solo una nota y una bandeja de desayuno en su mesilla de noche.

"He salido antes para estudiar en la biblioteca, lo siento mi amor.Pd: Te hice el desayuno"

Joder que mal, pobrecito. Pero es lo que tiene la carrera de periodismo. Quién me lo iba a decir a mí. La niña de papi de la prensa rosa, toda la vida huyendo de cámaras y periodistas para acabar enamorada de uno.

Me ducho, desayuno (esta mañana me quedo con las ganas) y llamo a un taxi para que me lleve a la oficina. Imaginaba que el día iba a mejorar, pero lo malo solo acababa de empezar.

Al llegar veo a mi secretaria más nerviosa de lo normal, algo está pasando y me quiero enterar ya. - ¿Qué pasa Lucía?

-Señora... su madre nombró a un nuevo vicepresidente de la empresa.- Me quedé blanca. Mi madre tras el fallecimiento de mi padre pasó de vicepresidenta a presidenta, quedándome yo en el puesto que tenía. El hueco de vicepresidencia quedó vacío esperando a que me lo ofrecieran. Mi padre quería ese puesto para mí, yo quería ese puesto para mí. ¿Y va ella y se lo da a otro?

Estoy yendo al despacho de mi madre cuando paso por delante del despacho de vicepresidencia, el que debía ser mío y ahora tenía otro nombre grabado en la puerta. Ese era... no puede ser ¿DIEGO MARTÍNEZ?

-¿Cómo tienes la tan poca vergüenza de quitarme el puesto en vicepresidencia y dárselo a Diego?- digo entrando al despacho de mi madre sin ningún cuidado y levantando la voz.

-Te fuiste de casa rompiendo el corazón de tu madre y empañando la memoria de tu padre, ¿qué querías que hiciera?

-No metas a papá en esto. Además yo no me fui, TÚ ME ECHASTE.

-YO NO TE ECHÉ, me obligaste al irte con ese perro pulgoso al que llamas novio.

-No digas esas cosas de Alex, no se lo merece.

-Pero si es verdad, vivía en el peor barrio de la ciudad, adoptado y encima por una pareja lesbiana y no tiene donde caerse muerto. ¿Cómo llamas tú a eso Clara? Es un perro que te ha echado un polvo seguramente mal echado, te ha embarazado y le ha tocado un sueldo de por vida.

Las lágrimas ya invadían mi cara.- Para empezar la familia de Alex es maravillosa y no tendrá un padre ni muchos lujos ni compatibilidad de sangre, pero se quieren y mucho. Y segundo no estoy embarazada, me fui con él porque lo quiero con locura y mi vida sexual es muy placentera para que lo sepas. Ah y otra cosa, desde que se fue papá te has convertido en una bruja.

-Pues si piensas que soy una bruja recoge tus cosas. Si quieres les digo a recursos humanos que te hagan tu finiquito y te vas ya.

-Mejor porque no quiero estar aquí cuando hundas la empresa de tu marido por culpa de un inútil estafador como es Diego.- Cerré la puerta y me fuí, recogí mi finiquito y esperé en la puerta hasta que fuera la hora en la que Alex me recoge siempre. 

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora