Capítulo 2: Feliz cumpleaños

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Clara:

Todo ha sido bastante raro desde que mi padre falleció en un accidente hará cuatro meses. Era un gran hombre y no se merecía acabar de ese modo. Al ser su única hija, heredé su empresa de moda, todo por lo que él había luchado de la noche a la mañana pasó a ser mío. Por suerte me había estado preparando desde pequeña por si llegaba a suceder algo.

Hoy es mi primer cumpleaños sin él y Diego, mi novio, a pesar de lo que le había pedido ha reservado la discoteca más lujosa de la ciudad para el evento. Es el hijo del mayor inversor de la empresa y estuvo ahí a mi lado tras lo de papá, así que cuando se me declaró no supe decirle que no.

Ahí estaba junto a la barra, con mi vestido hecho a mano, algo apartada de la gente ya que Diego había invitado solo a sus amigos cuando alguien llamó mi atención a lo lejos.

Fuera del local podía ver a un chico discutiendo con el miembro de seguridad y a otro mirándome fijamente, como si hubiera visto una obra de arte. Al ver su mirada embobada ante mí le sonreí y su reacción no tuvo precio. No tiene pinta de ser algún amigo de Diego así que dudo que lo dejen pasar, sobretodo cuando me doy la vuelta un segundo y ya no están en la puerta.

Lo busco con la mirada por si ha entrado y me choco contra un chico, derramándole la copa encima.

Me disculpo con él y descubro que es el chico de la puerta. Se le ve algo nervioso y ya puedo asegurar por cómo va vestido que no es amigo de Diego. No sé porqué le he dicho que Diego es mi amigo, ahora mismo solo puedo pensar en los pectorales de este chico transparentando  tras su camisa blanca debido al líquido que le he vertido y en donde está Diego, que se pondría muy celoso si me viera ahora mismo.

Estoy un rato charlando con él y me encanta que me trate como una chica normal y no como la hija del recientemente fallecido dueño de una de las firmas de moda más importante del país. Por unos minutos me siento arropada en mi propia fiesta hasta que llegan dos chicos de seguridad, seguidos de Diego y lo echan del lugar.

-¿Te estaba molestando ese personaje? No sé cómo ha pasado mi amor, no volverá a ocurrir.- algo molesta por lo que acaba de suceder le pongo la mejilla cuando va a besarme los labios.

-No me molestaba, estaba muy cómoda con él.- le respondo- Seguro que era un gorrón buscando una copa gratis.- dijo él enfadándome aún más

-No malpienses tanto, parecía un buen chico, no te me pongas celoso.- intento que se vaya mostrándome algo arisca pero no lo consigo.

-Luego te doy mi regalo, ¿vale?-  me parece bastante explicativo sobre su ego que piense que es un regalo lo que quiere darme.- Hoy no Diego, me duele la cabeza.- Le miento ya que no tengo muchas ganas de acostarme con él después de cómo ha tratado a ese pobre chico, cuando hablar con él ha sido lo mejor de la fiesta.

-Entiendo, mujeres...nunca conformes con nada- dice refunfuñando mientras se aleja. Al oír esas palabras salgo del local y pido un taxi a casa, ya he tenido suficiente fiesta por hoy y mañana va a ser un día duro. La fábrica no se va a dirigir sola y encima mañana se añade al servicio un chico de 18 años.

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora