Alex:
He conseguido darle la vuelta mi vida. Empecé a cuidarme de nuevo y volví al gym. Poco a poco voy recuperando mi físico de antaño y sobretodo mi sonrisa. Todo gracias a volver a ver a esa chica tan especial para mí, todo gracias a mi Clara.
Cada día veo más cerca la posibilidad de que seamos de nuevo una familia, ahora de 4 componentes. Volví a redes sociales solamente para ver sus historias y publicaciones. Lleva un seguimiento muy activo de su embarazo, aunque en la últimas semanas ya me contesta los mensajes y me va diciendo cosas de mis dos pequeños.
Estoy en el gym y vuelven a acercarse a mi chicas para conseguir mi número, pero siempre consigo esquivarlas dulcemente. Mi corazón pertenece a Clara y solamente a Clara de momento, en unos meses será también de Emma y Mateo. Salgo del gym y tras ducharme en casa me pongo a seguir con lo que me ha quitado horas de sueño estas últimas semanas. El asesinato de mi suegro.
El problema de haber cogido las grabaciones tan rápido es que tengo miles de horas de cinta inservible con las que no puedo hacer nada y que tengo que pasar a cámara "rápida" hasta llegar a la semana de la muerte de mi suegro. Hoy por fin llego y estoy emocionado, si hay suerte sabré ya quien es el culpable.
Algo me frena un par de semanas antes, veo un par de operarios revisando la zona y uno se fija en la cámara de seguridad, se acerca y le pega un golpe. La grabación entonces salta una semana y tiene otra toma. Esto alimenta mis sospechas, sabían lo que iban a hacer y no querían pruebas. Por suerte el joyero necesitaba esa cámara y la cambió de sitio para que no volviera a verse, ya que una semana antes del accidente se ve otra vez a esos hombres derribando cámaras de otros establecimientos de la zona.
Llego al día de antes y lo que veo me deja a cuadros. En la acera veo a Diego hablando con un hombre, señalando una zona de la carretera y haciendo un gesto de un coche con la mano. El hombre asiente, recoge un fajo de dinero que le da Diego y se va del plano.
Avanzo, dos de la madrugada, el señor Estévez está justo en el punto que había señalado Diego. Mira su teléfono, parece que está esperando a alguien. A toda velocidad entra un coche en plano y se lo lleva por delante, sacando a ambos del plano. Necesito ver esa cámara más detenidamente, quiero ver que hay en ese coche.
Tras varias horas de avance a cámara lenta y enfoque de cámara consigo ver quien conduce. Es el mismo hombre con el que hablaba Diego. Ya está, Diego contrató a un sicario para quitarse de enmedio al señor Estévez y que Clara fuera la heredera. Así, al casarse con ella sería dueño de la firma y aumentaría su riqueza y poder a cuotas inimaginadas por él. Lo que no se esperaba es que meses después entrara un joven de 18 años a la casa de su chica y le robara su amor.
Necesito llevar esto a la policía pero estas pruebas no sirven si las entrego yo. Dirán los abogados de Diego que son pruebas robadas y pueden estar retocadas, necesito hablar con el señor de la joyería. Así que me arreglo y me dispongo a hacer una visita de nuevo a ese hombre, esta vez en solitario.
Me siento observado en la calle, y no como antes cuando sentía a los paparazzis en todos lados, sino que siento una presencia maligna acechándome. Tengo que arreglar este tema lo antes posible joder.
-Eyy, yo a ti te conozco. ¿Todo bien con tu chica?
-Señor tengo que serle honesto.
-Dime hijo
-Yo no vine aquí hace unos meses con la intención de comprarle un anillo de compromiso a mi chica. Hablando de lo cual tome el dinero que me falta por pagar.- Se lo doy y sonríe.
-Chico soy muy mayor, explícame bien.
-La chica con la que vine y yo no somos pareja, somos estudiantes de periodismo, mi pareja era Clara Estévez, ¿la conoce?
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Nuestro amor prohibido
RomanceAlex y Clara. Dos personas de mundos totalmente opuestos cuyas vidas se cruzarán y un flechazo surgirá. Amor, celos, drama, amistad, lujuria, rebeldía y mucho más te espera en esta mi nueva historia. Espero que os guste