Capítulo 17: La hora de la verdad

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Clara:

¿No os parece increíble la energía que tienen los niños pequeños? Estuve jugando toda la tarde con la prima de Alex y sus amigas y parecían tener batería infinita por Dios. Menos mal que esta princesa tenía a su caballero esperándole para animarla con unos buenos besos.

Jamás había sido yo la que empezara una relación, os lo juro, pero es que Alex...No podía dejar que se me escapara.

Más tarde me fui a casa de Alex, no me apetecía volver a la mía y dormí con él. SÍ DORMIMOS, no hubo nada más. No quiero otro accidente con mis suegras en casa, me muero de la vergüenza si eso vuelve a ocurrir. Me desperté apoyada en el torso desnudo de mi chico, con la luz tenue del nuevo día entrando ligeramente por la ventana. Podría acostumbrarme a esto.

Alex seguía durmiendo, así que cogí el móvil y nos saqué una foto juntos. Por supuesto esa foto fue directa a mi fondo de pantalla y al grupo de WhatsApp con mis amigas: "Borrachas pero buenas muchachas". A que mola el nombre. En ese grupo estamos Mery, Julia y yo. Inseparables desde que éramos unas enanas. Nada más enviar la foto veo el doble check azul, curioso que ambas estén despiertas a estas horas.

Julia: No puede ser. ¿Ese es quién yo creo?

Mery: AJAJAJA eres la puta ama, ¿te has tirado al empleado buenorro? 

Ella tan fina como siempre

Yo: Eso lo hice ya hace unas semanas. Ahora somos oficialmente novios.

Mery: ESA ES MI CLARITAAA. ¿Cómo la tiene?🍆🍆 Este no le tendrá miedo a bajarse al pilón, ¿no?

Julia: ¿Cómo le preguntas esas cosas? Que burra eres.

Yo: Solo voy a decir que me parece que no voy a tener que usar más el juguetito que me regalasteis.

Mery: SIIIIII. TE DIJE QUE ESTE ERA EL CORRECTO. TE LO DIJEEEEE.

Julia: Primera vez que acierta en toda su vida. Ya iba siendo hora.

Mery: Por lo menos tengo mejor ojo que tú. También acerté con que Diego era imbécil.

Ahí las dejé discutiendo como siempre y me fui directa a la ducha. Estaba ya enjabonándome y canturreando cuando noto una presencia en el baño y al abrir los ojos me encuentro a Alex mirándome con una sonrisa de pillo.

-¿Qué miras tanto?- le digo intentando parecer sensual.

-A ti. Que eres lo más bonito de este mundo.

-¿No te quieres venir a la ducha con lo más bonito de este mundo? Así ahorramos agua.

-Y así terminamos antes, que tenemos prisa. No puedo llegar tarde mi último día de trabajo.- Se desnudó bajo mi atenta mirada y entró a la ducha junto a mí, quedándose de espaldas y besándome el cuello.  Al sentirlo me doy la vuelta y me echo jabón en la mano.

-¿Quieres que te enjabone?

-Obvio que sí.

Comienzo a pasar mis manos jabonosas por su pecho y torso, para luego mirarle a los ojos mientras enjabono su miembro viril.

-Sabes que no tenemos tiempo para eso así que no te la juegues tanto a que se despierte.- Ignoro sus amenazas y sigo igual, dándome la vuelta cuando noto el mínimo movimiento. Dejo caer el jabón y me inclino a por él, dejando mis nalgas rozando su erección.

-Estás jugando con fuego Clara.

-No tengo miedo a quemarme, ya estoy muy caliente.

Justo cuando noto sus manos en mis caderas oigo cómo tocan a la puerta del baño. Siempre tan inoportunas señoras.

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora