Capítulo 36: 1+1=4

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Clara: 

Todo volvió más o menos a la normalidad. Alex poco a poco se va acordando de más detalles de nuestra historia juntos. Me pidió cinco veces ya perdón por el malentendido con Nuria y me ha tocado recordarle otras cinco veces que eso ya pertenece al pasado y ya está olvidado.

Hemos comprado una casa nueva con el dinero que había conseguido ahorrar de mi sueldo en la empresa estos meses. Un gran chalet, amplio jardín para que corran los niños cuando crezcan, piscina. En la planta de abajo está el salón, la cocina y una pequeña sala de juegos donde pondremos los juguetes de los niños. En la planta de arriba hay un par de aseos y cuatro habitaciones, dos serán para los niños, la pequeña para mi vestidor y la grande para la parejita.

Esta vez el pobre Alex se ha comido toda la mudanza  y el acondicionar la casa, en mi estado no he podido. No se ha quejado en ningún momento, como no quererle. Aunque viendo lo irascible que he estado y mi mal humor como para enfadarse conmigo, le hubiera tocado dormir en el suelo.

He decidido echarme una siesta porque el calor ya era insoportable, Alex se tumbó a mi lado para que pudiera dormir pero cuando me despierto ya no está.

-¿Alex mi vida dónde estás?- No recibo respuesta.

Me pongo a buscarle por todo el piso de arriba y ahí lo encuentro, en la habitación donde de momento vamos a dejar las dos cunas. La ha dejado preciosa. Ha pintado la habitación de blanco impoluto, en las esquinas se ha quedado el cambiador, ha puesto también un par de mecedoras para cuando no puedan dormir. Cuando llego le veo montando la segunda cuna con los auriculares puestos. Va canturreando y no puedo evitar reirme al verle así.

Está imitando un solo de guitarra cuando se gira y descubre que le estoy viendo.- H-Hola mi amor,¿llevas mucho tiempo ahí?

-El suficiente para darme cuenta que eres el mejor padre del mundo.- Me acerco y le beso con ganas.

-Veo que has descansado bien y se te ha pasado el calor.

-Si... Ahora el calor se me ha ido un poco más abajo.

-¿Cómo dices?- Se pone rojo, ay que bonito.

-Es que ha sido verte ahí sudadito sin camiseta, montando las cunas y buff necesito que me folles.

-¿Perdona? N-No puedo hacer eso.

-Sí que puedes y debes.

-Cariño... quedamos en que no, estás a punto de reventar y...

-Ah, es que no te parezco atractiva. Vale entiendo.

-No es eso. Sigues estando buenísima.

-Pues entonces ven a tu novia y lléname de tu hombría.

-¿Aún más?

-Cállate y bésame- Me lanzo a él y me coge en brazos, poniendo mis piernas alrededor de su cintura.

Tengo la líbido por los cielos, sobretodo cuando me desnuda y se pone a la altura de mis piernas echándome esa miradita con la que me pide permiso para llevarme a los cielos con su lengua.

-E-Eso está muy bien amor pero te quiero a ti.- Le digo con los ojos soltando fuego entre mis primeros gemidos.

Me quedo hipnotizada viendo como se termina de desnudar, como le queda ese boxer apretado marcando la dureza de su miembro. Abre mis piernas y me mira con una sonrisa de oreja a oreja.-Te amo.- Dice antes de entrar dentro mía.

Terminamos en un gran abrazo, asfixiados por la calor que emanan nuestros cuerpos pero con una gran sonrisa por la sensación de tener algo que hacía mucho que no sentíamos.

-Me voy a dar una ducha porque no sé como no te he matado de la peste a sudor.- Me dice riendo.

-No me dejes sola.- Le digo agarrándole de la mano.

-¿En serio quieres venir a ver como me ducho?-Asiento y le sigo. Él suspira y se ríe.

-No corras la cortina, quiero verte.

-Esto ya me parece demasiado.- Me coge en brazos y me mete a la ducha con él.

-Eu que yo si quería quedarme cochina.

-Pues si quieres mirar te toca ducharte.

-Venga vale.- Me echo jabón en las manos y le empiezo a enjabonar todo su cuerpo, él me copia y hace lo mismo con el mío.

Me saca de la ducha envuelta en una toalla y me seca como si fuera una niña pequeña.

-¿Vas a ser muy protector con Emma?

-Esa niña no va a tener novio hasta los cuarenta.- Dice riendo mientras va a por su toalla pero cuando vuelve a mí se resbala y casi cae.

-¿Te has meado Clara?- No controlo ya mi vejiga así que podía ser pero creo que ambos pensamos lo mismo.

-He roto aguas. Ya vienen los peques

-Vale calma, ¿tenemos todo listo?

-Deberíamos vestirnos creo yo.

-Emm sí, eso está claro.

-La bolsa con las cosas del hospital está en la habitación de los nenes

-Voy a por ella mientras te vistes

Llegamos al hospital y ya estoy empezando a tener contracciones. Estoy ya de Alex y su "respira amor respira" hasta el mismísimo.

-Porfa sáquenme a estos dos monstruitos ya

-Poco a poco Clara, ahora te vamos a llevar al paritorio.

-¿Y yo que hago?- Dice Alex cogiéndome la mano

-Tú te quedas en la habitación que os demos.

-¿No puede venir conmigo?

-Lo siento mucho pero las matronas te ayudarán en todo lo que necesites corazón

Alex me da un beso en la frente.-Lo vas a hacer muy bien. Te espero poniendo la habitación cómoda.

-Avisa a todo el mundo porfaahhhh.-aprieto la mano de Alex cuando tengo otra contracción.

Me llevan al paritorio y empiezan los nervios, esperaba tener a Alex conmigo en el momento más importante de nuestras vidas.

-Ponedme la epidural ya porfavor.-Les digo llorando. No me imaginaba que expulsar dos bebés de mi útero fuera tan doloroso.

Llevamos dos horas de parto y esto empieza a doler cada vez más.

-Un poquito de fuerza Clara que ya llega uno.

Empujo con todo lo que me queda de fuerza hasta que oigo esos pequeños llantos que me derriten el alma.

-Ya tenemos al peque, ahora vamos a por la niña.

-¿Joder aún queda Emma?-Digo con lágrimas en los ojos

-Ella parece que ya estaba colocada, va a ser rápido. Otro empujón igual al de antes reina.

Repito mis gritos anteriores y siento una ligereza irrepetible cuando oigo a mi niña. Veo como los limpian y enseguida me los dejan en el pecho. Sentir como se calman al sentir mi corazón me da una sensación de protección brutal.

-Mami os cuidará siempre, os quiero con todo mi alma

Nuestro amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora