Capítulo 17

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2 corazones sincronizados

El pelinegro caminó lejos del clóset, tratando de controlar la temperatura de su rostro antes de levantar su mirada a la cámara que se encontraba en la esquina de la habitación, posicionada de manera en que pudiera vigilar todo el cuarto

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El pelinegro caminó lejos del clóset, tratando de controlar la temperatura de su rostro antes de levantar su mirada a la cámara que se encontraba en la esquina de la habitación, posicionada de manera en que pudiera vigilar todo el cuarto.

Buscó a su alrededor algún objeto sobre el cual subirse para lograr llegar al aparato y al encontrarlo tomó rápidamente su silla para acercarla a la zona entre ambas paredes.

— I can't desactivate the camara but I'm going to move it [No puedo desactivar la cámara pero la voy a mover]

Le dice al moreno que seguía dentro del mismo lugar mientras se subía al asiento. Se estiró lo suficiente para poder mover de la manera más sutil posible la cámara, logrando crear un punto ciego en el fondo del lugar que Miguel podría aprovechar para moverse tranquilamente.

— And... done. [Y... hecho.]

Apenas dijo esa palabra, Miguel abrió la puerta del armario, observando a Hiro desde adentro y asegurándose de no estar en el rango de visión del aparato. Al notar que no era así, salió del lugar y estiró su cuerpo con una gran sonrisa.

— Por fin.

El mayor observó el cuarto a su alrededor con más atención que antes. Este lugar estaba inundado principalmente por herramientas y aparatos dignos de un instituto tecnológico. A pesar de tener varios de esos objetos esparcidos sobre los escritorios y estantes, era obvio que el espacio de trabajo del japo-americano se encontraba mucho mejor ordenado que su habitación.

— Why didn't you just use your powers to turn off the camara? [¿Por qué no simplemente usaste tus poderes para apagar la cámara?]

Pregunta el más alto, interrumpiendo los pensamientos de Miguel y haciendo que este último volteara a verlo, notando como se recargaba en su escritorio con sus brazos cruzados.

— Para ser sincero, no tengo ni idea de como se hace eso. —Acabó por contestar el más bajo algo avergonzado, ni siquiera sabía si lo podría hacer en primer lugar pero en el caso de que la respuesta fuera positiva nunca pensó necesario entrenar un poder de esa clase— Además, si las rompía de manera física iba a ser muy raro.

Lo último fue mencionado cuando notó que el menor quería hacer otra pregunta, brindándole una contestación antes de que lograra hacerlo, ya sabiendo que querría decir. Levantar sospechas en aquel lugar no encabezaba su lista de deseos.

El pelinegro solo asintió, considerando la razón de su amigo lo suficientemente válida. Aún así, no pudo evitar mantener su curiosidad y confusión con respecto a algo...

— And... How did you know this was MY place? [Y... ¿Cómo sabías que este era MI lugar?]

A pesar de haber invitado a Miguel en repetidas ocasiones a visitarlo en la universidad, jamás le comentó donde se encontraba su espacio privado de trabajo por lo que no comprendía como él llegó allí.

El problema de amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora