CAPÍTULO XXIII: RECUERDOS

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NARRA MERCEDES

No siempre fui una buena y como todos tuve mis errores, se que mis hijos ya no me culpan sin embargo no me perdono haberles hecho tanto daño en el pasado sin embargo me he prometido apartir de ahora ser la mejor madre posible y espero que no sea demasiado tarde pata lograrlo. El verlos reír tan agusto en esta manada me llena de alegría y más al ver que Lilian esta volviendo a ser la misma de antes de que pasara aquel incidente donde sus ojos perdieron el brillo que hoy vuelve poco a poco.

-Madre ¿Porque no te unes a nosotros?- me pregunto Pedro con esa sonrisa tan hermosa y llena de vida que lo caracterizaba, mirándome con esos ojos azules tan hermosos que tiene cada ángel del paraíso.

Negué con la cabeza y hablé- No cariño, me gusta verlos desde aquí además les ganaría muy facil- y no mentía en mi juventud fui una de las mejores guerreras de mi manada hasta que me enamoré de un ángel que me enamoro y abandono al saber que tendríamos un hijo, fue doloroso pero no me dejé caer y seguí adelante con mi hijo hasta que mi manada me acusó de traidora y tuvimos que huir antes de ser asesinados por aquellos que un día juré proteger.

-¿Quién? ¿Tú? Venga madre te desafío a un mano a mano y el que gane ayudará a las encargadas de la limpieza por una semana- me retó mi hija con una sonrisa de suficiencia y mirada desafiante. La misma mirada y sonrisa que su padre tenía en el momento en que lo conocí.

-Acepto el reto- me levanté y quité los aretes y anillos, esta 9elea sería interesante.

-¡Vamos madre!-gritaba mi hijo desde afuera del círculo que se había formado a nuestro alrededor-¡Tu puedes!.

-¡VAMOS LUNA!- gritaban también varios miembros de la manada.

-¿Y quién me apoya a mi?- pregunto mi hija fingiendo decepción.

-¡VAMOS LILIAN!- gritó un pequeño grupo de tres personas mientras Lilian sonreía felizmente.

~Deberíamos dejarla ganar Merci~ habló mi loba Malía.

~¿Y quedar en ridículo como luna? Ni lo pienses~dije riendo~ además hace mucho que no entrenamos y si ella gana este encuentro será por mérito propio nunca dejaría que gane sabiendo que no lo dio todo, ella es fuerte sé que me ganará sin que yo la deje~ estaba seguro de eso.

NARRADOR OMNICENTE

Con miradas decididas, madre e hija se posicionan en lados opuestos del círculo, listas para empezar. El viento agita sus cabellos mientras se preparan para el enfrentamiento, sus músculos tensos y sus mentes enfocadas en la batalla que está por comenzar.

El entrenamiento comienza con movimientos rápidos y ágiles, madre e hija intercambiando golpes y bloqueos con destreza y precisión. Cada movimiento es calculado y ejecutado con determinación, mientras luchan por ganar la ventaja sobre la otra.El sonido de sus respiraciones agitadas se mezcla con el suave crujido de las hojas bajo sus pies, creando una sinfonía de esfuerzo y dedicación.

A medida que la pelea avanza, madre e hija se empujan mutuamente al límite, desafiándose una a la otra a dar lo mejor de sí mismas.El sol brilla sobre sus cuerpos sudorosos, destacando la fuerza y ​​la gracia de cada movimiento.

A pesar del calor sofocante, madre e hija continúan luchando con determinación, sin ceder ante la fatiga que amenaza con abrumarlas.Con cada intercambio de golpes, madre e hija se impulsan mutuamente a superarse, empujando más allá de sus límites físicos. Finalmente ambas caen muertas del cansancio ante tanto esfuerzo dejando a toda la manada con expresiones sorprendidas al ver tal enfrentamiento.

-Sin duda nuestra luna y su hija son muy fuertes- habló uno de ellos.

-Estoy de acuerdo contigo- habló otro, todo el campo de entrenamiento  que se había acercado para ver el entrenamiento, explotó en aplausos mientras madre e hija SD miraban sonrientes.

-Muy bien hecho Lilian estoy muy orgullosa de lo fuerte que te has hecho hija mia- habló Mercedes feliz y lleno de orgullo mientras su hija se lanzó a abrazar a su madre con lágrimas en los ojos por lo feliz que sus palabras le habían hecho sentir.

-Gracias mamá-respondió aún reteniendo las lágrimas de felicidad.

NARRA MERCEDES

Fue una ardua pelea con mi hija que al mi parecer es la vencedora de este encuentro, estoy totalmente orgullosa de ella es igual a su padre en casi todos los aspectos sobre todo en lucha.

Observé cómo se levantaba del suelo y me tenía la mano para ayudar a levantarme la cual acepte gustosa.

-¡Fue increíble mamá! ¿Cuando se repite?- la emoción estaba totalmente presente en su voz.

-Cuando quieras pero que sea un futuro lejano, de verdad estoy agotada- me senté al lado de Pedro que me te dio un agua- Gracias cariño.

Seguía viendo a mi hija y su gran parecido a su progenitor, su cabello negro, piel pálida con pequeñas pecas en su hermosa nariz respingona, sus ojos marrón claros que a la luz del sol se veían naranjas signo de la realeza demoníaca, ¿Cómo podría ser mi hija una demonio? Ella tiene sin duda la belleza embelesadora de uno, pero era poco creíble que en algún lugar de su bello corazón exista maldad.

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