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SE BAÑO CON PÉTALOS DE ROSAS YA QUE ESE DÍA ERA MUY ESPECIAL DEBIDO AL INICIO de los juegos del hambre algo que la tenía muy preocupada ya que la vida de Treech estaba en peligro y no quería ver como él o Lamina e incluso Lucy Gray murieran.

- Te vez encantadora - halaga su padre besando su frente

- Gracias padre - dice la joven sonriendo dulcemente al mayor

- Mi preciada niña - dice su madre con un vestido hasta la pantorrilla de color verde olivo, perlas como aretes y collar y tacones negros - Te acompañaré este día-

- ¿De verdad? - pregunta ilusionada

Quería hacer sentir orgullosa a su madre dejando ver que estrategia eligió para que Treech pudiera ganar.

- Así es - afirma - Es hora de irnos, tenemos que llegar temprano -

- Nos veremos luego - habla su padre besando con cariño los labios de su esposa

Madre e hija caminaron hacia las afueras de su hogar para entrar al ya conocido auto negro con un lobo al frente y por supuesto con su chófer esperando por ellas.

- Te ves preciosa mi niña - halaga la mujer mayor

Trae puesto el uniforme de la escuela por supuesto, pero su cabello castaño brillaba y se veía sumamente sedoso además de traer puesto aretes de su difunta abuela al igual que un labio rosa.

- Gracias madre - agradece para luego verla detenidamente - ¿Mamá? -

- ¿Si mi niña? -

- Te vez muy bonita -

- Gracias mi dulce niña -

Ambas se sonríen para luego salir del auto caminando con gracia demostrando aquel estatus social que tienen ambas por eso mismo varios alumnos de la academia se sintieron intimidados sobretodo al ver a la mujer mayor quien se ve un tanto intimidante ¿Un tanto? Era muy intimidante ya que todos saben quien era.

- Coryo - habla la joven caminado hasta el nombrado quien sonríe - ¿Como te encuentras? -

- Mucho mejor y por cierto debo agradecerte por las peonias -

- No es nada quise darte de cierta manera algún regalo -

- Fue muy amable de tu parte así que quise darte eso - le ofrece una bella rosa que era de un color rosado a lo cual la joven sonríe - Mi abuela la escogió especialmente para ti -

- Es preciosa - agarra con delicadeza la flor para llevarle a su nariz - Te lo agradezco mucho Coryo -

- No es nada, si fuera posible te daría rosas todos los días de tu vida -

Aquello la hace sonreír, pero son interrumpidos ya que los juegos pronto empezarán así que camina hacia su lugar y jugando con las manos levantó la vista hacia la pantalla solo para ver como en medio de la arena estaba el amigo de Sejanus atado en una columna que cayo y por supuesto herido de una gran manera.

Suelta un grito ahogado cuando Sejanus tira su escritorio hacia al frente furioso.

- ¡Son unos mounstro, todos ustedes! - grita hacia la cámara

Lo observa con ojos llorosos que pronto trata de disimular viendo como su amigo se aleja del lugar furioso y si no fuera porque necesitaba saber lo que sucederá con Treech hubiera ido detrás de él.

Lleva su mano a su boca causando que lastime sus dedos, pero eso poco le importo ya que ver como los juegos del hambre empiezan provoca un escalofrío en todo su cuerpo.

Sus frente estaba sudado, fue cuando su cuerpo comenzó a temblar cuando todo comenzó y vio como un baño de sangre daba inicio a los décimos juegos, fijo su vista en seguida en el joven del distrito siete quien sin importar quien estaba al frente suyo en seguida lo acababa.

Por varios momentos tuvo que apartar la mirada cuando las escenas eran demasiado fuerte para ellas y que bueno que lo hizo ya que una de sus compañeras vomito a lo cual no supo donde mirar hasta que por fin todo terminó.

En pocos minutos varios tributos habían muerto y con ella varios de sus compañeros se fueron, por suerte Treech estaba aún con vida así que pudo respirar en paz e incluso cuando Lamina salió entre los escombros donde estaban las armas también pudo respirar mucho mejor.

Tuvo que limpiar sus lágrimas con rapidez ante la escena de Lamina y el amigo de Sejanus: Marcus, no sabía si era compasión o algo más, pero si sabía que eso era mucho mejor que dejarlo ahí sufriendo así que al saber que su imagen no tenía alguna muestra de lágrimas voltea para ver a su madre quien le sonríe orgullosa debido a que su tributo aún sigue con vida.

- Hiciste un buen trabajo con tu tributo, mi preciada niña - felicita la mujer cuando su hija se acerca

- Gracias madre -

A lo lejos Coriolanus observa la escena. Recuerda muy poco de su madre, solo sabe que se parece a ella además de su gran olor a rosas, de hecho Rosemary huele igual a su madre aunque hay algunas más cosas que comparten, como el color de ojos ya que su madre tenía los ojos verdes como los de Rosemary, le gustaba usar vestidos de tonalidades pasteles como Rosemary, amaba las perlas como Rosemary y era callada e incluso jugaba con sus dedos como la hace Rosemary.

- Coryo - voltea viendo a la castaña

- ¿Sucede algo? - pregunta con suavidad

- Quería preguntarte si te quedaras aquí o iras a tu casa -

- Me quedare un poco más-

- ¿Quieres que me quede? Para hacerte compañía-

Eso quería, quería tenerla a su lado e incluso verla dormir solo para hundir su rostro en el cuello de la chica para poder embriagarse de su suavidad y olor, pero se veía cansada con los ojos ligeramente llorosos, prefería que regresara a su hogar donde estará a salvo y podrá dormir.

- No, estaré bien Rose - niega - Duerme bien -

- Tu igual Coryo - se despide con una dulce sonrisa

Voltea encontrándose con la mirada sería de la progenitora de la castaña así que simplemente inclino la cabeza tratando de evitar aquella mirada tan fría que resultó ser demasiado escalofriante ya que sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo aún cuando trató de evitar la mirada de la mujer mayor.

Para Cosette su hija Rosemary era lo más preciado que tenía en su vida así que obviamente no dejara que se junte con muertos de hambre que son los Snow.