𝐒𝐖𝐀𝐍¹

xx.

ROSEMARY NUNCA ANTES HABÍA REÍDO TANTO COMO ESE DÍA DONDE AL DESPERTAR vio a Anthony con su uniforme de agente de la paz, pero este hacia pequeñas muecas o expresiones graciosas con tal de hacerla reír, y vaya que lo logro ya que su extrañeza le parecía divertido.

- Estas demente - le confiesa con una sonrisa

- Solo quise alegrarte el día y por cierto te traje algo - saca un ramo de flores, eran primorosas - Escuche que te gustaban estas flores y pensé en traer algunas -

Ella las toma con delicadeza sin percatarse de que el castaño sintió un escalofrío cuando sus manos se rozaron.

- Te lo agradezco, son preciosas - sonríe para luego oler las flores

- Es una manera de agradecerte por haber aceptado mi invitación para ir al lago -

- No debiste de hacerlo, yo debo de agradecerte por la invitación, me divertí mucho ayer -

- Si quieres podemos divertirnos hoy también, solo si tu quieres -

- ¿Qué tienes en mente? -

- Te espero hoy en la noche, a las diez -

Con esas palabras se va haciendo que ella sonría divertida, a lo lejos esa pequeña interacción era vista por Sejanus quien tiene una pequeña mueca.

Su castigo no era mayor como el de Coriolanus, pero aun así se quedará en el distrito doce durante un tiempo y luego regresara al Capitolio.

Había escuchado a sus padres hablar sobre un posible compromiso entre él y Rosemary ya que la imagen de ella podría elevar también la de ellos, nunca le molesto la idea ya que la castaña era su amiga desde ya hace años, la primera amiga que tuvo.

Además ella producía en él algo, no sabría como describirlo, pero era como un calor intenso que recorre todo su cuerpo al estar con ella.

- Sej - saluda la castaña con su sonrisa habitual

Actuaba de una manera más abierta ahora, cuando estaban en el Capitolio varias veces se veía como alguien muy asustadiza debido a que prefería estar en su cabeza que prestarle atención a los demás.

- Hola Rose, veo que te llevas bien con Anthony - dice con algo de seriedad

- Si, es muy agradable -

- Me alegro, en el Capitolio siempre estas muy callada -

- En casa nunca se cuando alguien se acerca a mi por interés genuino en mi o por lo que represento - explica con la mirada baja - Anthony solo fue amable conmigo, por ser yo -

Él siempre será su buen amigo Sejanus, nunca algo más.

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TRAE PUESTO UN GRAN ABRIGO NEGRO DEBIDO AL FRÍO DE LA NOCHE EN EL DISTRITO DOCE aunque por un momento recordó los abrigos que su padre utilizaba siempre tan largos y de colores oscuros.

- Llegaste - habla contento el castaño cuando la ve

- Por supuesto que si -

En seguida el joven la tomó de la mano para poder guiarla hacia el distrito doce, caminaron en las sombras pasando por varias casas unas mejores que otras, pero usualmente eran pequeñas e incluso tenían varios hoyos aunque esa idea se fue cuando las casas desaparecieron y comenzó a aparecer los grandes bosques verdes que ya se veían oscuros debido a la noche aunque la luna estaba iluminando su caminos.

Cuando estaba a punto de preguntar que sucedía en seguida se queda callada cuando millones de luciérnagas comenzaron a salir, eran como si las estrellas decidieran acercarse a ellos para poder bailar a su al rededor.

- Es muy hermoso - murmura como cierto brillo en sus ojos

- Si, realmente es muy hermoso - comenta Mellark viendo a la castaña

Los insectos comenzaban a rodear a ambos, como si bailaran entre ellos y fue una bella imagen y más cuando al final se quedó sentada en el césped viendo como vuelan a su al rededor.

- Gracias - habla Rosemary viendo a Anthony

- No es nada, aunque estoy seguro que esto no se compara al Capitolio -

- Es mucho mejor que cualquier cosa que haya visto en el Capitolio -

Anthony había sido tan amable con ella sin esperar nada a cambio de su cortesía así que comenzó a pensar que podría darle para recompensar su amabilidad hacia ella así que con cuidado se quito su anillo, era uno de color plateado con varias joyas pequeñas de distintos colores que formaban una playa.

- No puedo aceptarlo -

- Tienes que, has sido muy amable conmigo y quiero darte algo tan hermoso como tus actos -

El joven con cierto sonrojo toma la joya con delicadeza tratando de no soltarla al sentir su tacto con la castaña para luego con su cadena de agente de la paz colgarla ahí.

- Así la llevare todo el tiempo, incluso cuando tu te vayas -

- Me gusto mucho conocerte, nunca antes había conocido a alguien como tú, además de Sejanus -

- Pues yo tampoco he conocido a alguien como tú, dudo poder hacerlo en el futuro -

- Digo lo mismo, dudo que alguien más me muestre cosas que a simple viste sean sencillas, pero son las más hermosas -

- Me alegro ser el primero -

- Y el único - agrega la joven

Ambos se sonríen y fue en ese mismo momento que la joven siente aquellas mariposas en el estómago que revolotean por doquier como si quisieran salir de ahí en forma de palabras que expresen como la hacen sentir cuando está al lado del bello castaño con ojos de ciervo.

- ¿Pronto se irán verdad? - susurra a penado el joven

- Casi, fue más rápido de lo que pensé -

- Podrás ver a tus padres, eso es algo bueno -

- Si, pero me gustaría quedarme un poco más, solo un poco -

- Tengo una idea - aquello llama su atención - Te daré un despedida ya saben con la bardada -

- Eso me gustaría, pero por favor sin peleas -

- Como usted ordene, señorita Stark - sonríe el joven

Se quedaron ahí por mucho más tiempo observando las luciérnagas que los rodea aunque si alguien más estuviera ahí se daría cuenta de inmediato aquellas miradas cómplices que comparten, era un amor juvenil algo que llega a ser tan hermoso que no dura para siempre porque en este mundo nada hermoso durará para siempre debido al egoísmo del hombre, pero nadie los puede culpar después de todo son dos jóvenes tontos que decidieron enamorarse.