𝐒𝐖𝐀𝐍

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ROSEMARY REÍA AL LADO DE TIGRIS MIENTRAS JUGABAN CON LAS TELAS DEL ESTUDIO DE LA rubia, todo a la atenta mirada de Coriolanus quien aprovecho la salida de su prima como la sordera de su abuela para acercarse a la castaña.

- ¿Podemos hablar? - pide con suavidad

- Por supuesto Coryo - acepta sonriente Stark

- ¿Qué pasó con tu madre exactamente? - fue al punto

La sonrisa de Rose en seguida desapareció dejando un semblante casi devastador ante aquellas palabras, los recuerdos la golpearon como un golpe en una puerta.

- Ella... - su voz comenzó a quebrarse, el solo recuerdo la rompía - Hizo que algunas personas me vigilarán durante mi tiempo en el distrito doce y... Descubrió mis salidas nocturnas -

El joven observa como comienza a soltar varias lágrimas.

》Nunca había visto antes que me mirara de esa manera, estaba tan decepcionada de mi Coryo, me arrojo los papeles al rostro, me grito e incluso me golpeó alegando que yo ya no era más su hija y yo... Solo corrí a mi habitación en busca de un refugio.

El joven en seguida la abraza rodeando todo su cuerpo, básicamente atrapando su anatomía contra la de él mientras acaricia su cabello embriagado su ser con el perfume de rosas.

- Quédate - pide el rubio, no, ordeno - Si te sientes así te miserable en tu hogar será mejor que vengas conmigo, Abuelatriz y Tigris estarían más que encantadas en recibirte -

- No puedo Coryo, seria abusar de tu amistad, además mi padre no lo sabe al igual que mi hermano, un paso en falso y mi madre se lo contará a mi padre, no podría lidiar con su mirada también -

El rubio asintió para luego alejarse, abrir un gabinete y finalmente acercarse a la castaña para rodear su cuerpo con un chal naranja, como el de un atardecer.

- Era de mi madre - informa Coriolanus - Si alguna vez te sientes sola, recuerda que podrás venir a esta casa -

En seguida Rosemary hizo lo impensable y beso con suavidad la mejilla de su amigo para luego abrazarlo con fuerza.

- Gracias - murmura realmente agradecida

Las palabras y la atención de Coriolanus aún eran extraños, pero sus intenciones eran tan reconfortantes que no pudo evitar estar conmovida, realmente él la apreciaba tanta y eso la hacía sentir seguro, saber que tenía un lugar a donde recurrir debido a la incomodidad de su propio hogar.

- Si lo deseas puedes dormir aquí esta noche - propone el rubio

- No quiero molestar -

- No es molestia, quédate - ordena observándola directamente a los ojos

El comportamiento de Coriolanus seguía siendo demasiado confuso para Rosemary, pero después de todo era Coryo, su amigo.

- De acuerdo - acepta al final

Por supuesto Abuelatriz estuvo más que contenta teniendo a la nieta del presidente ahí en su hogar, Tigris no dudo en prestarle algunas de sus cosas para que se sienta cómoda así que estaba ahí en la sala de estar con un camisón rojo vino cubierta por una bata negra que le presto Coriolanus mientras veía algunas fotos familiares de los Snow.

- Ella era mi madre - señala el rubio a su lado

Era una mujer rubia, ojos verdes, vestida con un tono pastel del verde, perlas adornando su cuello y entre sus brazos pudo ver un pequeño Coriolanus envuelto en una manta blanca.

- Te pareces a tu padre - comenta viendo al hombre al lado de la mujer

- Si, me gustaría más ser como mi mamá -

- ¿Como era ella? - se atrevió a preguntar

- Olía a rosas - sonríe - Siempre tenía una sonrisa cálida en su rostro, solía llamarme su dulce niño, le gustaba mucho los postres -

- Suena que era una mujer encantadora - sonríe con calidez

Él joven observa a su amiga y asiente con su cabeza.

- Si, lo era - desvía la mirada - Puedes dormir en mi habitación -

- No tienes que molestarte, dormiré en la de invitados después de todo es tu casa - niega con amabilidad

- Y justamente por eso te digo que vayas a mi habitación, mi cama es la más grande de todas y me atrevo a decir que la más cómoda así que ve - ordena

- De acuerdo, pero en manera de agradecimiento permíte que haga el desayuno mañana - propone con una sonrisa

- ¿Sabes cocinar? - duda Snow

- Por supuesto que se - responde indignada - Para los cumpleaños de mi familia era yo quien hacía sus desayunos -

- De acuerdo - sonríe divertida para luego abrazarla - Descansa Rose -

- Descansa Coryo - sonríe dulcemente

Ambos se van por distintos lugares del apartamento hasta llegar a habitaciones diferentes, Rosemary durmió como un bebé esa noche al rededor de un aroma masculinos a comparación de su usual aroma a rosas, mientras que Coriolanus en una parte de la noche camino hasta su habitación quedando al borde de la cama observa a la castaña dormir.

- Eres raro - rodó los ojos cuando la voz de aquella ilusión llegó a sus oídos

- Solo... Quiero cuidarla, lloro en cuanto a penas menciono a su madre - responde

- Pero sigue siendo raro que la veas dormir, como un acosador - sonríe divertida

- No lo soy, solo quiero - es interrumpido

- Que sea tuya ¿Así lo conseguirás? Poco a poco caerá ante ti y cuando menos lo esperes estarás pidiendo su mano a su padre y vivirá en estas mismas paredes -

- Me necesita más que nunca y le daré un hogar permanente no uno que dure simplemente días - responde quedando arrodillado en frente de la castaña dormida - ¿No lo ves? Ella me necesita y yo estoy dispuesto a darle todo de mi, mientras me deje tomar todo de ella -

Con esas palabras beso la frente de la castaña con cierta posesividad para luego sonreír al ver la reacción tan calmada de la castaña.

- A ella le gustan castaños, no rubios -

- Pues tendré que gustarle, después de todo nuestros hijos serán rubios -

Treech murió en la arena gracias a Lucy Gray, no tuvo nada que ver con su muerte; Sejanus cabo su propia tumba siendo sensible con los del distrito, Lucy Gray lo amenazó diciendo que dirá todo lo que él hizo así que acabo con ella, Anthony cometió un error que aprovecho para sacarlo de los agentes de la paz convirtiéndolo en un simple panadero y ahora sus obstáculos eran Ágata Cowell y Cosette Ravinstill.