capitulo 1

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‒ Tokio es una ciudad grandiosa, con grandes oportunidades‒ mencionaba un vendedor de ramen mientras serbia uno plato a su nuevo cliente, este simplemente sonríe,  y acepta el plato, pero en la cara del cocinero se nota algo de angustia.

‒¿que sucede?, no es el peor ramen que e probado lo juro‒ menciono el hombre mientras comenzaba su plato, este tenia una capa sucia que cubría su cuerpo.

el cocinero niega con la cabeza y suspira ‒hoy me toca pagar protección, y por estas fechas las ventas nunca van bien‒ el hombre niega con la cabeza ‒solo son las preocupaciones de un viejo, no se preocupe‒ rio levemente el cocinero.

el sonido del plato golpeando la mesa sorprendo a este, al ver que el hombre acaba de terminarse un lato grande de ramen en un instante ‒¡Ohma, ya terminaste?!‒ grito.

‒ah, disculpe, ¿Quién es ohma?‒ pregunto el cocinero, mientras que por el rabillo del ojo vio a un chico salir del callejón de al frente, este llevaba una capa que cubría su cuerpo al igual que el otro hombre, el chico coloco una billetera en el mostrado y comenzó a caminar, el hombre se despidió y hiso lo mismo.

el cocinero estaba sorprendido, pues por un momento pudo ver el gran físico que ambos cargaban debajo de sus capas, también, se sorprendió al ver que dejaron su billetera.

"que descuidados" pensó mientras la habría, para saber a la identidad del chico, grande fue su sorpresa al ver que la foto era del matón que le cobraba protección todas las semanas, el cocinero corrió hacia el callejón encontrando el cuerpo maltrecho del matón.

...

‒doctor Kureha, esa fue una magnifica operación, es usted increíble‒ dijo una enfermera mientras ella y Kureha salían del quirófano.

‒sin duda usted es el mejor cirujano de la ciudad, o de Japón‒ dijo otro doctor que lo seguía

el doctor Kureha solo sonreía mientras era alagado por las enfermeras y sus colegas doctores, pero el solo levanto la mano, ya era hora de descansar un poco,  ya llevaba mas de veinticuatro horas trabajando, y tenia que descansar si quiera estar en forma para el torneo máximo de Tokugawa.

‒ustedes encárguense del papeleo, yo iré a descansar a mi oficina, muchas gracias por su asistencia a la cirugía, hicieron un gran trabajo‒.

la enfermera y el doctor se sonrojaron emocionados, decidiendo marcharse para ayudar mas a Kureha.

este por su parte se fue hacia su oficina a descansar, con un suspiro, abrió la puerto solo para encontrar a dos personas esperándolos en la oscuridad, una de ellas estaba sentada con los pies sobre su escritorio.

‒perdonen, pero no hago consultas sin cita previa, tendrá que irse‒.

dándoles un vistas a los dos, uno se veía como como un hombre de cuarenta años mientras el otro era un joven de veintitantos años, ambos estaban cubiertos por unas capas sucias, mostrando que no son el tipo de pacientes adinerados que atiende.

‒perdone doctor pero necesitamos de su ayuda, hemos escuchado que usted es capas de hacer milagros en una cirugía ‒ dijo el mas viejo.

el doctor Kureha solo dio por lo bajo ‒ ¿y ustedes tienen alguna forma de pagar esta cirugía que desean?, yo no hago caridad‒.

muchas veces en el pasado personas acudieron a el pensando que los ayudaría, pero una cosa era verdad, el nunca haría caridad, todo tenia su precio, y sus cirugías milagrosas solo serian dedicadas a aquellos cuya importancia el determinara o aquellos capases de pagarlas, nadie mas, nadie menos.

‒aun no tenemos el dinero, pero lo consegui... ‒su palabras fueron interrumpidos por Kureha.

‒¡fuera!, no me hagan perder el tiempo o lo lamentaran‒

Baki : la lucha del AshuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora